Emma’s POV
Flashback
05 de Julio
Ni siquiera puedo decidir cuándo fue el momento exacto
que en el que comencé, y finalmente, perdí la cabeza. Debió ser justo después
de que Hunter me llamó y me pidió urgentemente que llamara a la policía, ahí
finalmente entendí lo peligroso que es estar con él, pero eso no me preocupó. Lo que me preocupó fue mi
indiferencia ante el peligro cuando estoy con él, cerca de él, junto a él, o
inclusive, pienso en él. No me hace sentir más segura, simplemente me hace
sentir que él es la respuesta a todos mis problemas. Es un alivio.
Desde
entonces han pasado varios eventos significativos, tengo que mirar a mis amigos
sufrir por él y yo no puedo sufrir algo que no perdí. Tengo que aceptar pésames
de todas las personas que saben que Hunter y yo estábamos en una relación y
fingir que estoy destrozada cuando en realidad estoy ansiosa. Ansiosa de
volverlo a ver, de reencontrarme con él y escuchar que todo está bien, porque
me ha estado llamando desde teléfonos públicos, pero no me dice absolutamente
nada de cómo le va. Ha pasado un mes desde la última vez que lo vi, y mis ideas
sobre sus planes han cambiado, él todavía no sabe nada sobre mis deseos de ir a
Londres, y no planeo decírselo hasta que lo vuelva a ver, y eso será pronto.
Tan pronto
que ya terminé de empacar mi maleta y dejé una nota escrita a mano sobre mi
cama. Entré al baño por una última vez, me miré en el espejo y sonreí para
tratar de convencerme que cuando esté con Hunter otra vez, todo estará bien.
Pero el ánimo que me di pocos segundos atrás desapareció cuando salí del baño y
sorprendí a mi mamá con la nota en sus manos. No supe qué hacer, simplemente la
rodeé y agarré mi maleta.
–No espero
que entiendas –le dije y le arrebaté la nota de las manos.
–Emma, sé
que esto es difícil para ti. Tú y Hunter compartían esta unión que no había
visto en otra pareja de tu edad, y perderlo fue algo horrible, pero no puedes
huir –me dijo–. Tienes una vida aquí con la cual continuar, él hubiera querido
que…
–Tú no sabes
lo que él hubiera querido –la interrumpí–. Él hubiera querido que fuera feliz
otra vez, y no puedo ser feliz en un lugar donde su recuerdo inunda mis
pensamientos. Necesito escapar, y ya no necesito tu permiso para hacerlo.
–¿A dónde
planeas ir? –me preguntó–. Merezco saberlo.
–Londres –le
respondí y ella pareció en desacuerdo por la idea.
–Así que es
por Isaac –asumió–. ¿Crees que él te hará feliz?
–Esto no
tiene que ver con Isaac, mamá –le repliqué disgustada y salí de mi habitación.
Mi mamá me siguió hasta la entrada–. Esto no tiene que ver en absoluto con
Isaac –reiteré–. E incluso si pudiera hacerme feliz, no trataría de buscarlo
como un reemplazo, él es demasiado bueno para conformarse con ser solo eso –le
dije–. Y no estoy buscando un reemplazo.
–¿Entonces
de qué se trata? –preguntó desesperada.
–Se trata de
alejarme a un lugar donde Hunter no esté presente en cada esquina –le respondí
con un nudo en la garganta y ella pudo observar como estoy a punto de
quebrantarme, así que se quedó callada. No estoy fingiendo esto, no sé de dónde
salieron estas absurdas ganas de llorar–. No quiero verte infeliz, y sé que tú
quieres lo mismo para mí, así que no te preocupes, estaré bien. No es para
siempre –le prometí.
–Vas a
necesitar a tus amigos –me dijo–. A mí, a tu papá…
–Por eso voy
a regresar –le dije–. Tal vez no inmediatamente, pero lo haré. Simplemente
tienes que dejarme ir, mamá, y por favor, nos vayas con mis amigos, ellos no
saben más de lo que tú sabes, así que no lo llames buscando por explicaciones
que no vas a conseguir en ningún lado –le pedí y escuché un claxon fuera de mi
casa. El taxi llegó justo a tiempo. Me acerqué a ella y ella me abrazó a mi, me
apretó fuerte, pero no la sentí aferrándose a mí cuando me quise separar. Está
dispuesta a dejarme ir–. Lo siento tanto –me disculpé con un nudo en la
garganta y mis ojos cristalizados, después salí de mi casa con la maleta.
No puedo
creer todo lo que hago por una persona.
Presente
08 de Julio
Han pasado tres días en los que he aprendido y reafirmado
mi idea sobre no quedarme en San Francisco. Al principio me sentí un poco, solo
un poco bien de estar con Hunter otra vez, y me ha explicado todo lo que ha
hecho aquí, pero no es un alivio. Nos estamos quedando en la casa de una
persona que era una completa extraña para mí cuando la vi por primera vez, pero
ahora me siento identificada con ella. Vive en una zona donde las casas son
todas corridas, es una bonita calle. Ella se llama Kirsten y tiene una hija,
Hunter no me quiso decir quién era Kirsten hasta que encontré el momento
indicado para platicar con ella mientras Hunter estaba fuera. Su historia es,
de alguna manera, complicada, más complicada que la mía, eso sin añadir la
muerte de Axel, la cual, según ella, no la afectó tanto porque ya había
aceptado el hecho de que lo perdería algún día e incluso dijo que ya lo había
perdido desde hace tiempo. Coincidí con ella que a pesar de lo complicado que
resulta, no cambiaría mi relación con Hunter, porque soy así de estúpida, y
estoy así de enamorada.
O al menos
eso es lo que estaba sintiendo hasta que ella me hizo ponerlo en duda.
–Axel hizo
lo que Hunter no fue capaz de hacer contigo, y no quiero ofenderlo, ni a ti,
pero él es un pequeño cobarde y un poco egoísta, aunque no lo parezca. Si en
realidad te amara, o se preocupara tanto por ti como él dice que lo hace, te
hubiera dejado creer que él murió en lugar de ponerte en esta situación donde
te viste obligada a dejar a tu familia y a tus amigos –me dijo, pero yo no pude
decir nada al respecto–. Axel él me dejó por mi propio bien –continuó–. Justo
después de que se enteró de que estaba embarazada, sonará espantoso, pero no lo
es, te lo puedo asegurar, porque jamás dejó de preocuparse.
–Entonces él
no te amaba –me defendí–. Te dejó sola con un bebé en camino, creo que eso
también fue un poco… egoísta. Tendría que haber estado contigo.
–No, cariño
–me contestó con dulzura–. Significa que me amaba más de lo que te puedes
imaginar. Solo contempla esto: él ya estaba en líos, no podía arriesgarme y yo
no me quejé ante su decisión porque lo quería tanto que mi fe fue siega en él.
Creí en la decisión.
–Pero no te
alejó del todo, me refiero a que todavía tienes contactos, los mismos que
ayudaron a Hunter –noté y ella asintió–. ¿No lo obedeciste del todo, o sí?
–le pregunté.
–Tienes
razón, no lo obedecí del todo, pero esos contactos son confiables, créeme –me
contestó y yo me quedé callada–. Emma… sé lo que se siente estar en tu
situación, y sé lo que está detrás de esa pared de sentimientos aparentemente
indudables hacia una sola persona –me dijo y yo bajé la mirada–. Está el temor,
desconfianza e incluso arrepentimiento. Habla con él, dile cómo te sientes y lo
que quieres hacer, si él se enoja por tu decisión, si no te entiende, entonces
empaca y vete, porque este chico no quiere lo mejor para ti.
–Hunter me
ama –sentencié y levanté la mirada para verla–. Me ama –repetí.
–Seguro que
lo hace, pero Emma, se realista, ¿qué pasa si la relación termina? –me preguntó–.
¿Qué harás entonces? Para ese momento ya habrás arruinado tu vida por él y te
darás cuenta que no valía realmente la pena –me dijo y suspiró–. Ahora, no
quiero ponerte en su contra, simplemente no quiero que cometas errores
irreversibles –me explicó.
–No sé cómo
decirle –le dije–. No quiero dejarlo, quiero que venga conmigo.
–Vale la
pena intentarlo –me animó y yo sonreí, ella me devolvió la sonrisa y momentos
después se puso de pie–. No le tengas miedo –me aconsejó y salió de la cocina.
Cada vez que
hablo con ella me sorprende más su habilidad para traspasar todo mi ser y ver
con claridad lo que pienso o lo que siento, casi como si compartiera mi mente y
pudiera leerla, para después decirme lo que quiero hacer pero no he hecho. Ella
es como mi voz de la razón y tengo que escucharla porque una parte de mí sabe
que está en lo correcto y sabe exactamente de lo que está hablando, incluso
cuando no quiero que sea verdad.
Más tarde esa noche Hunter llegó. Nunca le preguntó a
dónde va, me imagino lo que hace y posiblemente esté equivocada, no quiero
saberlo de todos modos. Subimos a nuestra habitación. Sí, compartimos la cama
matrimonial que Kirsten nos donó porque somos la pareja de la cama. Ella
accedió a quedarse en la otra cama individual de la habitación de su hija. Tres
días y han sido las peores noches de mi vida, no puedo dormir, no porque esté
junto a él, sino porque ninguno de los dos puede dormir. Estamos acurrucados y
ambos con los ojos abiertos como platos mientras miramos al techo, no decimos nada,
solo respiramos y esperamos a que la oscuridad inunde nuestras vistas lo
suficiente para dormitar un poco.
Tengo un
presentimiento de que está noche no será diferente, e incluso será peor.
–¿Sabes
cuánto tiempo nos vamos a quedar aquí? –le pregunté y él me volteó a ver.
–¿Por qué?
–me preguntó como si estuviera adivinando que no me gusta esta casa.
–Solo estoy
preguntando –le contesté y él asintió
poco convencido–. Solo quiero…
–Estás
actuando muy extraña –me interrumpió con su comentario.
–¿No debería?
–pregunté ofendida–. Han pasado tres días, ¿no me quieres preguntar cómo le
está yendo a los demás con la noticia de tu repentina muerte? –le pregunté y él
permaneció callado–. Sé que prefieres no saberlo, pero yo siento que los estoy
traicionando.
–Bueno, tú
pediste esto, no fui yo quien te pidió que vinieras conmigo –me replicó molesto
y harto por mi actitud, sé que tengo una actitud–. Sabes que esto fue tu
decisión.
–¡No hagas
como si no te importara que mañana mismo me fuera porque tú me necesitas más de
lo que yo te necesito a ti! –le dije–. No te atrevas a decir que no, una clara
prueba fue que me enrollaste en tus asuntos cuando no quería estar involucrada.
–¡Adelante,
Emma, cúlpame de todo! –me gritó enojado.
–¿Si no eres
tú, entonces quién? –le pregunté enojada–. Lo siento, Hunter, pero no vine aquí
para quedarme –le dije y él se congeló en ese momento. Ya no terminé mi
pensamiento. El enojo desapareció de su rostro–. Lamento darte la espalda en un
momento así, sé que contabas conmigo, pero… simplemente no puedo hacerlo.
–¿A qué te
refieres con qué no puedes? Ya estás aquí –me replicó más calmado, yo creo que
atemorizado ante la idea de que lo vaya a dejar–. No puedes regresar –me pidió.
–No voy a
regresar… pronto, pero lo haré –le dije–. Mientras tanto planeo ir a Londres.
–Lo estás
dejando todo –me replicó, con la ira regresando a sus ojos en lo que menos me
di cuenta. Apretó sus labios al final de la oración para evitar continuar con
algo que viniendo de él, se saldría fuera de control–. No puedo creer esto.
–Hunter,
quiero que vengas conmigo –le pedí y traté de acercarme a él.
–No puedo
–contestó inmediatamente–. No puedo ir contigo, o estar contigo.
–¿Qué?
–pregunté sorprendida–. Hunter, yo hice lo que prometí, esperaba que al menos
pudieras sacrificar esto por mí como yo hice por ti –le dije y él pareció
enojarse de nuevo.
–No, no lo
hiciste, cumpliste con media promesa –me replicó–. ¿Es qué no lo entiendes? –me
preguntó molesto–. ¡Tu vas a regresar algún día! –exclamó enojado–. ¿Qué va a
ser de mi ese día, eh? ¡Tienes que pensar en todo, Emma, por el amor del Dios
en el que crees! –dijo y se acercó a la puerta–. ¡Era todo o nada, era una sola
cosa y no pudiste hacerlo bien! –exclamó alzando la voz y salió furioso,
dejando escapar su ira azotando la puerta y sus fuertes pisadas al bajar las
escaleras para finalmente dejar la casa.
Siento que
debería estar familiarizada con esta clase de reacción incontrolables cuando un
plan aparentemente perfecto sale tremendamente mal. Supongo que el motivo por
el cual nunca me tocó verlo así fue porque debería ser yo a la que corre para
poder calmarse en lugar de estar, y peor aun, ser el inicio del problema.
Salí de la
habitación e hice el mismo recorrido que Hunter, pero no tuve que ir más lejos
de las escaleras fuera de la casa, donde Hunter se encontraba sentado mirando
directo a la calle sin despegar distraerse cuando me escuchó sentarme a su
lado. No supe qué más hacer que contemplar como sus hermosos ojos azules
estaban luchando por contener lágrimas que yo provoqué. Me hice sentir peor y
desvié la mirada.
–No quiero
verte infeliz –me dijo en casi un murmuro y me volteó a ver–. Pero lo más
importante, no quiero ser yo la cause de tu miseria…
–No tienes
que ir hasta ese extremo –lo interrumpí.
–Como sea
–continuó haciendo casa omiso–. Si te vas a ir, solo vete.
–¿Así de
simple? –le pregunté y él asintió, poco convencido de sus propias palabras–. No
quiero perderte, o dejarte –le dije–. Ven conmigo –le pedí una vez más–. No
vamos a estar solos allá. Tengo amigos, bueno, Isaac, y Alexander va a estar
allá también, Oxford está a una hora y media de Londres, podríamos visitarlo de
vez en cuando –lo animé.
–Pero no
quiero ir, Emma, y si quisiera, no puedo –me contestó con lástima.
–Te voy a
extrañar a muerte –le dije y él me dejó de ver para mirar a la calle
nuevamente.
–Sí, sería
mejor que comiences a pensar que estoy muerto, como todos los demás que ignoran
el hecho de que estoy con vida –excepto por Regan, que esperemos que no le haya
dicho a nadie todavía–. Porque tan pronto como cruces esa puerta con tus
maletas mañana, no tendremos otra oportunidad y lo nuestro se habrá acabado –me
advirtió–. ¿Sabes por qué? –me preguntó, pero no contesté aunque tengo una idea
del porqué–. Porque estoy comenzando limpio aquí, un borrón y cuenta nueva,
diecinueve años de mi vida se supone que debo dejar atrás, pero tú… tú ibas a
ser parte de cinco que se mantendrían presentes, ahora también tengo que
olvidarme de esos –me respondió.
–Estoy consciente
–afirmé y me volteó a ver–. Y siento tanto haber cambiado de idea.
–No tengo
que perdonarte por nada, no estás haciendo nada malo –objetó–. No puedo rogarte
que te quedes porque prefiero que seas feliz en otro lado que mantenerte
conmigo a la fuerza –me dijo y me sentí aliviada. Este es el momento del que
Kirsten habló, no sobré la primera reacción, si no sobre lo que hay después de
eso, la verdadera argumentación de los motivos. El momento en que me doy cuenta
de cuánto Hunter me quiere y tanto me ama que está dispuesto a dejarme ir,
justo como mi mamá, y espero que mi papá, Jade, Regan, Alexandra y Meghan. Que
ninguna de las personas que más aprecio en este mundo me pidan que me quede no
lo percibo como indiferencia ni mucho menos, en realidad me hace sentir
liberada y apoyada. Agradezco la comprensión de todos–. Aunque… –pronunció
Hunter dudoso–. ¿Puedo preguntar, por qué Londres? –me preguntó.
–Porque ahí
es a donde corrí la primera vez y me fue muy bien. Espero regresar esta segunda
vez para darme cuenta que esto ha sido solo un mal sueño –le respondí.
–¿Eso es lo
que soy para ti? ¿Una pesadilla? –me preguntó con media sonrisa, así supe que
su pregunta no era seria, aunque aun así decidí contestarla.
–Claro que
no –le dije–. Nuestra situación es una pesadilla –aclaré. Él asintió hasta que
el movimiento desapareció y sé quedó petrificado unos segundos, con su vista
enfocada en el asfalto. Cuando se dio cuenta de que se había sumergido en sus
pensamientos, sacudió la cabeza, se puso de pie y me ofreció una mano–. Creo
que estaré aquí un rato.
–Bien,
entonces me iré a dar una ducha o algo –me dijo y yo asentí. Él subió los otros
dos escalones y entró a la casa. Yo me quedé en la soledad y oscuridad hasta
que decidí hacer una llamada y esperé paciente hasta que escuché una voz
contestar.
–¿Hola? –preguntó
somnoliento, con ese típico acento inglés.
–Isaac, soy
yo, Emma –le dije y lo escuché acomodarse en su cama–. ¿Te desperté?
–Bueno, son
las seis de la mañana, así que sí, se podría decir que me despertaste –me
respondió y rió un poco, pero yo me quedé callada–. ¿Todo está bien? –me
preguntó preocupado al notar que no había dicho nada en alrededor de un minuto.
–Lamento si
no te hablé tan seguido como prometí, pero todavía te considero mi amigo y necesito
un favor –le dije y él solo pronunció un simple uhm–. Voy a ir a Londres
por un tiempo y necesitaré un lugar para quedarme, ¿crees que puedas…?
–Claro que
sí –me contestó sin dejarme terminar mi petición–. Sabes que aquí tienes un
amigo y una casa donde quedarte por tanto tiempo necesites –me dijo.
–Gracias
–suspiré–. Estaré allí pronto, te mantendré al tanto –le dije y él respondió
con un aja–. Bueno, entonces… adiós –me despedí y colgué. Sabía que
sería incómodo para mí pedirle eso, pero era necesario. La siguiente parte es
irme, finalmente.
09 de Julio
Antes de ir al aeropuerto, me despedí de Kirsten, pero
no fue nada especial, un simple adiós y salí de la casa, aunque cabe mencionar
que sí me dio el teléfono de su casa en caso de que necesitara algo o para
saber cómo está Hunter, ya que él no me… corrección, no nos quiso dar el
teléfono de su celular. Y ahora en el aeropuerto no sé que hacer con Hunter. Ya
hemos pasado por esto, por lo que se nos dificulta más despedirnos una segunda
vez.
–Sería más
fácil si no decimos nada más que lo esencial –le dije–. Entonces… adiós –le
dije y él se acercó a mí, me dio un beso en la coronilla, me sonrió y me
entregó mis maletas y se retrocedió unos pasos, agitó su mano hacia mí y se dio
media vuelta para irse–. Hunter –lo llamé con un nudo en la garganta y mis ojos
humedecidos–. No quise decir que no tuvieras que decir nada, algunas palabras
serían realmente agradables –le dije y él se detuvo en seco, me volteó a ver y
caminó de regreso en mi dirección.
–No
tengo que decir nada, Emma –me replicó–. Verás, hay algo que la policía hace
cuando una persona compra un boleto de avión una hora antes del despegue, y no
puedo arriesgarme a ser inspeccionado en este momento, aunque si puedo
arriesgarme a comprar un boleto de avión con partida en una semana –me explicó
y no pudo esconder más tiempo su sonrisa–. No puedo permitirme quedarme sin ti
aquí, no puedo permitirme dejarte ir otra vez, así que no hay necesidad de
despedidas, te veré en unos días –me dijo y sentí mi exterior iluminarse con
una gran sonrisa, él me guiñó un ojo y se dio media vuelta otra vez para
evitarse la molestia de tener que responder todas las preguntas que surgieron
con esta noticia de último momento. Al parecer los planes iniciales no van a cambiar
del todo: él y yo juntos. Eso es todo lo que importa.
—————————————————————————————————
¿Quién fue la que dijo que Hunter y Emma eran para siempre? ¿Yo?
¿Que si en alguna momento consideré separarlos para siempre? Sí.
¿Lo hice? No. ¿Por qué? Porque se que a algunas les gusta esta pareijta, así que decidí darle a este capítulo un final feliz poco convencible.
En fin, aidssd, examenes la próxima semana así que estaré ocupada.
Respuesta a comentarios.
Nana & Mind in motion & Maria: De nada por el premio, lo merecían. Nana, suerte en tus exámenes; Mind in motion, gracias por lo del blog, si me quedo bonito, ¿verdad? :3 Jaja Y María, tu tranquila, ponte al corriente cuando puedas (?
Milagros: Gracias y gracias ;) Que bueno que te haya gustado el capítulo y si, Tony se coló (? Y Hunter ya tomó sus decisiones, así que… ya veremos que pasa con estos dos tórtolos.
TormentosDulces: Pues sí con todos los comentarios de los tres capítulos (? Me alegro que ya no andes atrasada, continua así ok no . _. jaja Uff, yo también estoy ansiosa de ver en cómo va a acabar todo a´sdoksadnosad.
Rommy: Lamento lo de tu abuelita :( Perder a alguien siempre es difícil, siendo de la familia y amigos cercanos. La verdad a mi no me gusta ir a los velorios ni nada por el estilo, y en realidad eso de que se van a los restaurantes después me da furia, he visto en varias ocasiones y simplemente me da rabia, no sé. Jaja, si, siempre se quedan con ganas esos tipos aprovechados de meiufad. Y si siempre le toca guardarse los secretos, como el de Tony. Y si Rommy, ya estoy un poco mejor, como que quise recaer pero no, soy fuerte (? jaja bye! :)
Beatriz Alva: *o* que bueno que ya comentas, ajaja. un mes, wow. no suena hace mucho tiempo, eh? je, que bueno que te haya gustado como escribo, jaja en realidad lo he pensando, pero obviamente no esta, haría una historia parecida con otros personajes, pero no sé, es muy dificil la verdad. Que padre que te gusten todos los personajes, ey! Otra más se unió al fandom de Tony, jaja. Y aquí estuvo el otro capítulo, saludos, besos! :)
2 comentarios:
Jojojo*---* Hola Mar(; ¡OH POR DIOS!;O Casi grito cuando vi que respondiste mi comentario, Jajajaxd Siento como si me hubiera comunicado con una super-estrella (? Jajaja.___.
En fin....Felicidades por otro capitulo maravilloso*--* La pareja de Hunter y Emma es bellisima:3 Y pues si, ya apurate con el libro ¿eh?...Okno-.-
PD: Me gusta comentar e__e (?
Muchos Saludos y abrazos aplastantes;o
Yoo Te Puedo Asegurar Qee No Tengoo Favoritos.. Todos Mee Encantan ;) Aunqee Con Algunas Historias Me Siento Mas Identificada... YY Siii Qee Ricoo Qee Sigan :D Qee Lindaa Parejaa :DDDD ..... Tormentos Dulces
Publicar un comentario