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12/02/2012

Cap. 77


Jade’s POV
Flashback
25 de Diciembre de 2012

–¿Charles? –pregunté y comencé a analizar ese nombre.
     Ese nombre… ese nombre estaba en… el mensaje que destapó el engaño de mi mamá. Él es… él. Me tardé unos segundos en reaccionar correctamente.
     –Hola –me saludó él.
     –¿Qué está haciendo él aquí? –pregunté.
     –Bueno, lo invité a pasar la navidad con nosotros –me contestó mi mamá.
     –Él destruye nuestra familia y le abres la puerta a nuestra casa –dije sorprendida.
     –Ha pasado tiempo de la separación de tu padre y yo –objetó–. Charles y yo terminamos nuestra relación por su bien, pero nos decidimos dar una segunda oportunidad, lo invité a cenar como parte de nuestra reconciliación y espero que logren aceptar que…
     –Vamos, Charlotte –la llamé y ella caminó hacia mí–. No puedo creer que hayas hecho esto, mamá –la acusé y avancé unos pasos delante de Charlotte, como protegiéndola–. Arruinaste esta oportunidad que tenías, porque es él o nosotras –la condicioné.
     –No seas grosera, si tu papá puede ser feliz otra vez, yo también –me reclamó.
     –No, tú no, no con él –agregué y la miré, juzgándola con toda la fuerza que mi mirada podía reflejar–. Estaremos en casa de papá –le informé y me di media vuelta, caminé hacia la puerta y Charlotte caminó detrás de mi, salimos de la casa y sorprendí a Regan sentado en el porche todavía. Me quedé de pie un momento pensando, él no se percató de mi presencia ni la de mi hermana, probablemente sumido en sus pensamientos.
     –¿Qué estás haciendo aquí? –le preguntó Charlotte a la defensiva.
     Él nos volteó a ver extrañado de nuestra presencia y la actitud de Charlotte.
     –Charlotte, está bien –le dije–. Espérame en el carro –le ordené y ella me volteó a ver y sin quejarse, me obedeció. Una vez que la escuché cerrar la puerta del automóvil, me acerqué a Regan y me senté a su lado, él me volteó a ver.
     –¿Qué pasó? –me preguntó–. Si se me permite preguntar…
     –Está bien –le dije–. Algo con mi mamá, pero está bien.
     –No pareces estar bien –notó y yo fruncí el ceño, una forma para tratar de contener el llanto, pero mi corazón se aceleró tanto y el nudo en mi estomago se formó nuevamente y no pude sostenerlo más tiempo. Regan me observó mientras lloraba y decidió abrazarme, colocó sus brazos alrededor de mi y me atrajo a su cuerpo, yo jalé de su playera para sostenerme mejor y la dejé empapada en unos pocos segundos, pero él no se quejó.
     –Te quiero tanto –le dije y él me volteó a ver–. No te quiero, te amo.
     –Tú sabes que yo también –me replicó y yo cabeceé, me limpie las lágrimas y me alejé de él para poder verlo–. Jade, te juro que jamás quise arruinarlo todo, lo único que pretendí era hacerte feliz y tú sabes que lo hice, sabes que lo hago y puedo seguir haciéndolo—
     –No –le interrumpí–. Sé que me quieres, lo puedes demostrar, puedes hacerme feliz, pero no lo harás mientras sigas siendo incapaz de comprometerte con una sola persona: yo, y eso no es amor, totalmente lo contrario a lo que acordamos cuando regresamos la última vez –hice una pausa y me puse de pie, preparada para irme–. Pero te perdono –su mirada se iluminó y me sonrió, yo me incliné hacia él y dejé que mis labios rozaran los suyos por un momento. Yo también sonreí–. Te perdono porque sé que lo intentase.
     –¿Y entonces que sigue después? –me preguntó–. ¿Encontrarás a tu hombre perfecto?
     –Ojalá existieran –le contesté.

Presente
Domingo 17 de Febrero de 2013
3:00 P.M.

Regan tuvo hasta el 15 de enero para regresar a Palo Alto, lo que significa que estuvo en la pequeña fiesta que Hunter realizó por su cumpleaños. Entre los presentes, además de los de siempre, había un amigo de Hunter de “la cuadra.” Para ser sincera, Hunter nunca fue de relacionarse con vecinos, además de que ha vivido en la misma casa desde que era niño y jamás mencionó a tal chico, lo hubiera visto, a menos que sea un recién llegado. Pensé en acercarme a él, pero Regan lo impedía a toda costa, cada vez que me movía de lugar para intentar hablarle, Regan caminaba detrás de mi diciéndome cómo lo estaba tratando de reemplazar con otro universitario más y me harté, más tarde esa noche tuve la oportunidad de hablar con él, pero resultó ser que era demasiado malcriado para mí.
     No ha cambiado su actitud desde entonces, pensé que habíamos tenido una ruptura limpia, sobre todo de mi parte, pues soy yo la que debería estar herida, pero en su lugar, él es quien llama ebrio a mitad de la noche. Hoy deberían ser dos fines de semana consecutivos que marca en ese estado, el lunes de San Valentín también lo hizo. Saqué mi celular de mi bolso y me acomodé el cabello detrás de la oreja, entones me acerqué el teléfono y reproduje el mensaje de voz. No había nada más que ruido y música, también risas.
     –¿Nunca te dije cómo la conocí? –preguntó y suspiró–. De hecho fue una noche fuera de serie, pero mi intención no es herirte o molestarte –se detuvo un momento y escuché como gritó pidiendo por otro vaso de alcohol a uno de sus amigos, probablemente Tyler–. Lo que estoy tratando de decir es que sí, sí he conocido a muchas chicas aquí y si, hermosas, y sí, también he querido algo de libertad, pero estoy tan acostumbrado a ti que se me hace extraño estar con alguien más y necesito estar contigo –y colgó abruptamente.
     El mensaje no me decía nada más de lo que ya sé. Estando con él, él siempre solía mantener el control, pero está fuera de sí y me atrevo a decir que está extrañándome, obviamente, y tanto las cosas no le pintan bonito a él, por su propia culpa, como a mi tampoco: mi mamá sigue siendo algo sin terminar. No puedo verla sin pensar en lo que hizo para navidad, siendo como si no hubiera pensando en nosotras, de nuevo, en Charlotte y en mi, lo que sentiríamos, en cómo reaccionaríamos. Charles fue el hombre con el que engañó a mi papá, el motivo por el cual nuestra familia se destruyó y esperó que lo aceptáramos, lo peor de todo, el día de navidad, una fecha para pasar con seres queridos. Fue lo peor que ha hecho hasta ahora y aunque mi papá me obligó a que hablara con ella, el asunto no se ha solucionado del todo.

Lunes 18

Los días de San Valentín son tan aburridos sin nadie con quien compartirlos, y al abrir mi casillero recordé lo que Regan había hecho para esa fecha. A pesar de haber estado lejos, no perdió el contacto y supongo que había dejado algo preparado con alguien antes de irse, pues al abrir mi casillero había demasiadas cartas sin remitente, obviamente fue él, pero me gustaría saber por qué después de más de un mes, sigue insistiendo, no regresó sus llamadas, mensajes o correos, incluso lo eliminé de Facebook, lo que fue un poco difícil porque en realidad quería seguir sabiendo todo lo que estaba haciendo estando lejos, pero lo hice, incluso eliminé el teléfono de mi identificador de llamadas en mi casa y celular. Agarré las cartas que mantuve en mi casillero durante dos días y el fin de semana y caminé al bote de basura que estaba a la vuelta del pasillo, ahí las hice bola y las tiré, cuando levanté la mirada había un chico de cabello castaño oscuro observando lo que para él seguramente fue un gesto algo grosero. Me limité a sonreírle como si nada hubiera pasado y regresé a mi casillero.

Más tarde, durante clases, estábamos hablando sobre lo que haríamos con la feria escolar, los del comité de preparación para las fiestas o como se llame, jamás me interesó, se encargarían de las atracciones más difíciles, como los juegos mecánicos y esas cosas, mientras los alumnos debíamos tomar partido en los puestos más sencillos, ahora que estoy soltera y dispuesta, me gustaría participar en la casilla de los besos. Un dólar por un beso.
     –¡Yo me ofrezco! –exclamé levantando la mano y el maestro me volteó a ver.
    –De acuerdo, Jade, te ocuparás de esa casilla –me dijo y yo sonreí mientras asentía–. Pero lamentablemente no podemos dejar que beses a todos en la fila y necesitaremos tres chicas más para cambiar turnos en las dos casillas –continuó y todas se quedaron calladas, supongo que la idea de tener que besar a un chico con frenillos puede incomodarlas un poco, pero hay que aprender a dejar los prejuicios a un lado–. No se preocupen, señoritas, no tienen que ser de este grupo, estaremos discutiendo el mismo tema en otros salones. –Se escuchó una ola de suspiros provenientes de chicos aliviados de que sus novias no se postularan y de chicas que creyeron estar salvadas.
    Al terminar la clase me puse de pie y sin querer tiré uno de mis libros al suelo, pensé en recogerlos inmediatamente pero recibí un mensaje, así que los dejé a un lado y saqué mi celular y vi que era de Regan, lo volví a guardar y cuando bajé la mirada, un chico de cabello castaño oscuro me estaba ayudando a recoger mis libros. El mismo que me vio tirar las cartas al bote de basura. Yo le sonreí.
     –Uh, gracias –le dije y me agaché para terminar de ayudarlo.
   –No hay problema –me dijo y me entregó mis libros, ambos nos pusimos de pie y nos miramos un momento. Noté sus ojos verdes y él sonrió–. Creo que ahora podré tener la dicha de besarte –me dijo y soltó una carcajada nerviosa–. Hace tres años intenté –comentó.
     –¿Trataste? –le pregunté extrañada y confundida.
     –Sí, recuerdo que colgaste unos anuncios en distintos corchos, ofrecías besos gratis y en el momento yo tenía mucho acné, usaba frenillos y dije: está es mi oportunidad de estar cerca de una chica bonita –me platicó–. Claro que tu novio llegó y te robó el beso, nos robó la oportunidad y la multitud de niños nos fuimos.
     –¿Eso fue hace tres años? –pregunté pensante.
     –Sí –me contestó y yo me quedé callada, melancólica–. ¿Estás bien? –me preguntó.
    –¿Qué? Ah, sí –le respondí–. Sólo un poco… no me había dado cuenta que ya habían pasado tres años de eso –le dije y me acomodé el cabello–. Estuve atrapada con ese idiota durante más de tres años, increíble –murmuré y el se rió.
     –Bueno, más bien dos años y unos cuantos meses –me corrigió y yo asentí–. Y… ¿qué pasó? –me preguntó–. Parecían ser muy unidos, tú y… ¿Regan?
     –Sí –suspiré–. No… al parecer no –le dije.
   –Bueno, no importa, habrá demasiados allá afuera –me dijo–. Nos vemos después –se despidió y yo asentí, él se dio media vuelta y caminó hacia la puerta, antes de salir me volteó a ver–. Jade… –me llamó–. ¿No tendrás nada que hacer este fin de semana? –me preguntó.
     Yo me quedé callada un momento y cabeceé.
     –En realidad todavía no lo sé, es lunes y cosas surgen –le respondí.
     –Claro –dijo y miró hacia el suelo–. Claro, no importa –y salió del salón.
     Permanecí de pie sin hacer nada un momento.
     –¿Nombre? –pregunté–. Ni siquiera sé su nombre.

Sábado 23

Aunque siga siendo febrero, el clima no es tan frío por aquí, y como nuestro colegio se encuentra en una calle muy transitada, una buena forma de hacer fondos para la feria escolar es lavado de automóviles en bikini. La escuela normalmente no regula la forma de obtener fondos, sólo la reciben y mientras nosotras traigamos dinero a la cuenta, ellos están bien con esto, es por eso que toda la semana estuvimos organizando este día y varias chicas se apuntaron para hacerlo, para ser exactos, diez, tal vez quince, entre ellas, mi hermana, Meghan, sorprendentemente Emma y yo. Los primeros en llegar fueron Hunter y su amigo de la cuadra. Dijeron que si algún hombre se quería pasar de la raya con nosotras, ellos estarían allí para protegernos, bonita excusa para ver a más de una docena de chicas en traje de baño.
     –De acuerdo, tu camioneta está vista –le dije a Alexander al acercarme, él llegó un poco más tarde, también para cuidar a su chica, quiero creer.
     –Gracias, Jade –me dijo y yo asentó, él intentó pasarme de largo, pero me opuse–. Cierto, el dinero –recordó y sacó su billetera–. ¿Cuánto va a ser?
     –No es eso –le respondí–. ¿Fuiste tu quién puso las cartas de San Valentín en mi casillero por parte de Regan? –le pregunté y él me miró sorprendido.
     –¿Yo? –me preguntó–. A Regan no le haría ni un favor.
     –Pues le has hecho varios favores antes, como Meghan antes del baile escolar, ¿lo recuerdas? Dios, recuerdo que te odié durante una temporada, a Hunter también –le dije.
     –Jade, en serio no fui yo –me insistió molesto y me entregó el dinero, después se fue.
   No pude evitar mencionar el tema mientras estábamos lavando otro carro, Meghan me escuchó e inmediatamente me platicó su historia de hace dos años, cuando Hunter le hizo la broma de poner cartas en su casillero y me hizo pensar si alguien estaba haciendo lo mismo conmigo, pero ¿quién? ¿Samuel? No. ¿Hunter? Ahora que está ocupado con Emma no creo que tenga tiempo para una broma extra, así que no. En realidad no tengo ningún candidato que llene el puesto. Caminé decepcionada hacia el dueño del carro para decirle que estaba listo y me sorprendí cuando vi que era el chico de cabello castaño oscuro.
     –Vaya, hasta siento que me estás acosando –le dije bromeando y él rió.
    –Pensé que si no tenías este día libre yo podría venir a ti –me dijo y ambos mantuvimos la sonrisa un momento, pero la suya se fue esfumando al paso de un segundo–. De acuerdo, te escuché hablar con tu amiga sobre las cartas de San Valentín –me dijo y yo escuché atentamente–. Fui yo –me informó y yo me quedé callada–. Estaba cerca cuando te vi tirarlas porque te iba a decir que era yo, me acobardé al principio cuando las dejé y después fue un poco tarde, así que perdona por la confusión –se disculpó y yo parpadeé, es lo único que pude hacer–. ¿Estás enojada? ¡Di algo! –me pidió desesperado.
     –No estoy enojada –lo tranquilicé–. Aunque si hubieras puesto tu nombre desde el principio, tal vez hubiéramos arreglado una cita más rápido.
     –¿Cita? –dijo ilusionado–. Me encantaría una cita.
     –Espero que no sea por el hecho de que estoy parada aquí, muerta de frío, en un bikini que tal vez deja ver algo más de lo que desearía –le dije y el cabeceó.
     –Haré una mayor donación para la causa y así te podrás ir más temprano –me dijo.
     –¿Harías eso? –le pregunté y él asintió.
     –Lo haré.

Regresé a casa a cambiarme porque saldría con el chico que seguía sin tener nombre para mi. Dejé la chaqueta que me había prestado a un lado y entré a mi closet, saqué una de mis chamarras y me cambié de zapatos, estaba tan apurada que incluso me dejé el bikini puesto debajo de mi ropa y salí corriendo de mi habitación, le avisé a mi papá que volvería a salir y azoté la puerta en el camino. Él me estaba esperando en su carro, metí las manos en las bolsas de mi chamarra y noté un papel, lo saqué para revisarlo y vi que era un ticket, lo leí y la fecha marcada era del 27 de Agosto del 2010. Los recuerdos volaron a mi mente como una corriente de agua e hice bola el papel y lo volví a guardar, ahora en mis jeans. Tal vez la cita que tuve con Regan no fue perfecta, probablemente la peor cita que tuvimos, pero definitivamente marcó el inicio de una relación de dos años que no funcionaría.
     Continué hasta su automóvil y me subí, él me volteó a ver.
     –Así que… ¿a dónde quieres ir? –me preguntó.
     –Sorpréndeme –le contesté con una sonrisa.
   Hasta el momento no tengo ningún interés en saber su nombre. Debe ser porque, dependiendo de como va la cita, podría o bien no volver a hablarle o hablarle lo suficiente para saber su nombre. No saber su nombre me hace pensar que no tengo ninguna clase de compromiso y hasta lo considero una cita a ciegas.
     A pesar de que le pedí que me sorprendiera, no fuimos a un lugar fuera de serie, es más, ni siquiera tuvimos que salir del automóvil, lo único que hicimos fue pasear por toda la ciudad, cosa que jamás había hecho por gusto y no fue aburrido, él subió el volumen a la música y cantamos canciones que a ambos nos encantan, platicamos y cuando vi reconocí la calle que nos guía a mi casa, supe que esta noche había llegado a su fin. Ambos nos bajamos del carro y él me acompañó hasta mi porche.
     –Pasé un buen rato –le dije y el sonrió.
     –Me alegro, yo también –me replicó.
     Yo me quedé callada un momento.
     –¿Me darías tu número o algo? –le pedí.
     –Claro que sí –me contestó.
     Cuando subí a mi habitación, después de que él se hubiera ido, saqué una caja que había escondido debajo de mi cama. Es cierto que devolví la mayoría de las cosas, pero no todo, no me creía capaz, pero ahora me doy cuenta que es tiempo de volver a iniciar. Acepto que fui algo ilusa al pensar que Regan y yo éramos para siempre y la única manera de superar una relación, hay que admitirlo, larga como la nuestra, es deshaciéndote de todos los recuerdos. Eso es de lo que no soy capaz. Por eso se lo dejaría todo a él. Le pegué una etiqueta y marqué la dirección de su edificio, la dejé sobre mi escritorio y me senté en el borde de mi cama. Sé perfectamente lo hay que dentro de la caja.
     Y también sé perfectamente lo que tengo que hacer ahora.
     –¿Hola? –me contestó y sonreí.
     –Sólo… –suspiré–. No te enojes.
     –¿Por qué? –me preguntó extrañado.
     –No sé tu nombre –le contesté apenada y me eché de espaldas en mi cama, tenía ganas de gritar de la emoción dentro de mi y no sabía de donde provenía.
     –¿En serio? –me preguntó sorprendido y rió–. ¿Y te interesa saberlo?
     –Sí –le contesté–. Me encantaría saber tu nombre.
     –Soy Marco, mucho gusto –me dijo y yo sonreí incluso más.
     –Marco –repetí en voz alta–. Hola, Marco.
     –Hola, Jade –me dijo y ambos reímos.
     –¿Te veré el lunes, Marco? –le pregunté, sin poder dejar de repetir su nombre.
     –Si me dejas, puedes verme todos los días, si quieres… –me contestó.
     Respiré hondo y me incorporé.
     –Sí quiero.

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Y bueno, espero que ese Marco sea bueno para Jade. Y Hunter, Hunter sólo estaba allí para cuidar de su mujer, ok no . _. jaja, bueno, casi salimos de vacaciones! aosdipunasdinsad! Que tengan excelentes semanas y publico pronto, eh? Atentas! y gracias por seguir leyendo ;)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

MUCHAS,MUCHAS,MUCHAS,cosas para comentar.Dios,Mar,cuanto tiempo? soy demasiado colgada.
Primero,HOLAAA!.Segundo,¿Como estas?.Y tercero,Hunter,Jade,Regan,wow.Tuvieron muchos cambios,demasiados.Primero que Regan,lo amo,pero que se la aguante ahora.Igual me da ternura ver como la llama borracho,JAJAJAJAJ,no se.
En cuanto a Marco,me cae bien,enserio.Espero que logre algo con el y Regan no se meta,pero ya veremos.
Y Charles,estoy totalmente de acuerdo con Jade no me parece que la mama tenga que llevarlo a la casa,una desubicada total.
Vayamos a un tema mas pesado,Hunter,mi vida,se esta arruinando la vida,por lo tanto arruina la mia,okno.Pero no quiero que termine mal por vender esas cosas,o muerto,o no se.Quiero que corte con todo eso,ya.
Tenia miles de cosas mas para decir pero me olvide,matame jajajaja.
Que genial,primer comentario soy!
Bueno,que andes muy bien Mar,exitos♥

A.S. dijo...

Por alguna razón la ruptura de Jade y Regan ya no me produjo nada ._. realmente ese era el fin de ellos :c oh Marco me parece bueno (? pero buena persona no bueno del termino "estás bueno"(? ah... bueno...seguiré leyendo! Perdón por no comentar la anterior pero no me dejó comentar .___.