Jade’s POV
Flashback
25 de Diciembre de 2012
–¿Charles? –pregunté y comencé a analizar ese nombre.
Ese nombre…
ese nombre estaba en… el mensaje que destapó el engaño de mi mamá. Él es… él.
Me tardé unos segundos en reaccionar correctamente.
–Hola –me
saludó él.
–¿Qué está
haciendo él aquí? –pregunté.
–Bueno, lo
invité a pasar la navidad con nosotros –me contestó mi mamá.
–Él destruye
nuestra familia y le abres la puerta a nuestra casa –dije sorprendida.
–Ha pasado
tiempo de la separación de tu padre y yo –objetó–. Charles y yo terminamos
nuestra relación por su bien, pero nos decidimos dar una segunda oportunidad,
lo invité a cenar como parte de nuestra reconciliación y espero que logren
aceptar que…
–Vamos,
Charlotte –la llamé y ella caminó hacia mí–. No puedo creer que hayas hecho
esto, mamá –la acusé y avancé unos pasos delante de Charlotte, como
protegiéndola–. Arruinaste esta oportunidad que tenías, porque es él o nosotras
–la condicioné.
–No seas
grosera, si tu papá puede ser feliz otra vez, yo también –me reclamó.
–No, tú no,
no con él –agregué y la miré, juzgándola con toda la fuerza que mi mirada podía
reflejar–. Estaremos en casa de papá –le informé y me di media vuelta, caminé
hacia la puerta y Charlotte caminó detrás de mi, salimos de la casa y sorprendí
a Regan sentado en el porche todavía. Me quedé de pie un momento pensando, él
no se percató de mi presencia ni la de mi hermana, probablemente sumido en sus
pensamientos.
–¿Qué estás
haciendo aquí? –le preguntó Charlotte a la defensiva.
Él nos
volteó a ver extrañado de nuestra presencia y la actitud de Charlotte.
–Charlotte,
está bien –le dije–. Espérame en el carro –le ordené y ella me volteó a ver y
sin quejarse, me obedeció. Una vez que la escuché cerrar la puerta del
automóvil, me acerqué a Regan y me senté a su lado, él me volteó a ver.
–¿Qué pasó?
–me preguntó–. Si se me permite preguntar…
–Está bien
–le dije–. Algo con mi mamá, pero está bien.
–No pareces
estar bien –notó y yo fruncí el ceño, una forma para tratar de contener el
llanto, pero mi corazón se aceleró tanto y el nudo en mi estomago se formó
nuevamente y no pude sostenerlo más tiempo. Regan me observó mientras lloraba y
decidió abrazarme, colocó sus brazos alrededor de mi y me atrajo a su cuerpo,
yo jalé de su playera para sostenerme mejor y la dejé empapada en unos pocos
segundos, pero él no se quejó.
–Te quiero
tanto –le dije y él me volteó a ver–. No te quiero, te amo.
–Tú sabes
que yo también –me replicó y yo cabeceé, me limpie las lágrimas y me alejé de
él para poder verlo–. Jade, te juro que jamás quise arruinarlo todo, lo único
que pretendí era hacerte feliz y tú sabes que lo hice, sabes que lo hago y
puedo seguir haciéndolo—
–No –le
interrumpí–. Sé que me quieres, lo puedes demostrar, puedes hacerme feliz, pero
no lo harás mientras sigas siendo incapaz de comprometerte con una sola
persona: yo, y eso no es amor, totalmente lo contrario a lo que acordamos
cuando regresamos la última vez –hice una pausa y me puse de pie, preparada
para irme–. Pero te perdono –su mirada se iluminó y me sonrió, yo me incliné
hacia él y dejé que mis labios rozaran los suyos por un momento. Yo también
sonreí–. Te perdono porque sé que lo intentase.
–¿Y entonces
que sigue después? –me preguntó–. ¿Encontrarás a tu hombre perfecto?
–Ojalá
existieran –le contesté.
Presente
Domingo 17 de Febrero de 2013
3:00 P.M.
Regan tuvo hasta el 15 de enero para regresar a Palo
Alto, lo que significa que estuvo en la pequeña fiesta que Hunter realizó por
su cumpleaños. Entre los presentes, además de los de siempre, había un amigo de
Hunter de “la cuadra.” Para ser sincera, Hunter nunca fue de relacionarse con
vecinos, además de que ha vivido en la misma casa desde que era niño y jamás
mencionó a tal chico, lo hubiera visto, a menos que sea un recién llegado.
Pensé en acercarme a él, pero Regan lo impedía a toda costa, cada vez que me
movía de lugar para intentar hablarle, Regan caminaba detrás de mi diciéndome
cómo lo estaba tratando de reemplazar con otro universitario más y me harté,
más tarde esa noche tuve la oportunidad de hablar con él, pero resultó ser que
era demasiado malcriado para mí.
No ha
cambiado su actitud desde entonces, pensé que habíamos tenido una ruptura limpia,
sobre todo de mi parte, pues soy yo la que debería estar herida, pero en su
lugar, él es quien llama ebrio a mitad de la noche. Hoy deberían ser dos fines
de semana consecutivos que marca en ese estado, el lunes de San Valentín
también lo hizo. Saqué mi celular de mi bolso y me acomodé el cabello detrás de
la oreja, entones me acerqué el teléfono y reproduje el mensaje de voz. No
había nada más que ruido y música, también risas.
–¿Nunca te
dije cómo la conocí? –preguntó y suspiró–. De hecho fue una noche fuera de
serie, pero mi intención no es herirte o molestarte –se detuvo un momento y
escuché como gritó pidiendo por otro vaso de alcohol a uno de sus amigos,
probablemente Tyler–. Lo que estoy tratando de decir es que sí, sí he conocido
a muchas chicas aquí y si, hermosas, y sí, también he querido algo de libertad,
pero estoy tan acostumbrado a ti que se me hace extraño estar con alguien más y
necesito estar contigo –y colgó abruptamente.
El mensaje
no me decía nada más de lo que ya sé. Estando con él, él siempre solía mantener
el control, pero está fuera de sí y me atrevo a decir que está extrañándome,
obviamente, y tanto las cosas no le pintan bonito a él, por su propia culpa,
como a mi tampoco: mi mamá sigue siendo algo sin terminar. No puedo verla sin
pensar en lo que hizo para navidad, siendo como si no hubiera pensando en
nosotras, de nuevo, en Charlotte y en mi, lo que sentiríamos, en cómo
reaccionaríamos. Charles fue el hombre con el que engañó a mi papá, el motivo
por el cual nuestra familia se destruyó y esperó que lo aceptáramos, lo peor de
todo, el día de navidad, una fecha para pasar con seres queridos. Fue lo peor
que ha hecho hasta ahora y aunque mi papá me obligó a que hablara con ella, el
asunto no se ha solucionado del todo.
Lunes 18
Los días de San Valentín son tan aburridos sin nadie
con quien compartirlos, y al abrir mi casillero recordé lo que Regan había
hecho para esa fecha. A pesar de haber estado lejos, no perdió el contacto y
supongo que había dejado algo preparado con alguien antes de irse, pues al
abrir mi casillero había demasiadas cartas sin remitente, obviamente fue él,
pero me gustaría saber por qué después de más de un mes, sigue insistiendo, no
regresó sus llamadas, mensajes o correos, incluso lo eliminé de Facebook, lo
que fue un poco difícil porque en realidad quería seguir sabiendo todo lo que
estaba haciendo estando lejos, pero lo hice, incluso eliminé el teléfono de mi
identificador de llamadas en mi casa y celular. Agarré las cartas que mantuve
en mi casillero durante dos días y el fin de semana y caminé al bote de basura
que estaba a la vuelta del pasillo, ahí las hice bola y las tiré, cuando
levanté la mirada había un chico de cabello castaño oscuro observando lo que
para él seguramente fue un gesto algo grosero. Me limité a sonreírle como si
nada hubiera pasado y regresé a mi casillero.
Más tarde, durante clases, estábamos hablando sobre lo
que haríamos con la feria escolar, los del comité de preparación para las
fiestas o como se llame, jamás me interesó, se encargarían de las atracciones
más difíciles, como los juegos mecánicos y esas cosas, mientras los alumnos
debíamos tomar partido en los puestos más sencillos, ahora que estoy soltera y
dispuesta, me gustaría participar en la casilla de los besos. Un dólar por un
beso.
–¡Yo me
ofrezco! –exclamé levantando la mano y el maestro me volteó a ver.
–De acuerdo,
Jade, te ocuparás de esa casilla –me dijo y yo sonreí mientras asentía–. Pero
lamentablemente no podemos dejar que beses a todos en la fila y necesitaremos
tres chicas más para cambiar turnos en las dos casillas –continuó y todas se
quedaron calladas, supongo que la idea de tener que besar a un chico con
frenillos puede incomodarlas un poco, pero hay que aprender a dejar los
prejuicios a un lado–. No se preocupen, señoritas, no tienen que ser de este
grupo, estaremos discutiendo el mismo tema en otros salones. –Se escuchó una
ola de suspiros provenientes de chicos aliviados de que sus novias no se
postularan y de chicas que creyeron estar salvadas.
Al terminar
la clase me puse de pie y sin querer tiré uno de mis libros al suelo, pensé en
recogerlos inmediatamente pero recibí un mensaje, así que los dejé a un lado y
saqué mi celular y vi que era de Regan, lo volví a guardar y cuando bajé la
mirada, un chico de cabello castaño oscuro me estaba ayudando a recoger mis
libros. El mismo que me vio tirar las cartas al bote de basura. Yo le sonreí.
–Uh, gracias
–le dije y me agaché para terminar de ayudarlo.
–No hay
problema –me dijo y me entregó mis libros, ambos nos pusimos de pie y nos
miramos un momento. Noté sus ojos verdes y él sonrió–. Creo que ahora podré
tener la dicha de besarte –me dijo y soltó una carcajada nerviosa–. Hace tres
años intenté –comentó.
–¿Trataste?
–le pregunté extrañada y confundida.
–Sí,
recuerdo que colgaste unos anuncios en distintos corchos, ofrecías besos gratis
y en el momento yo tenía mucho acné, usaba frenillos y dije: está es mi
oportunidad de estar cerca de una chica bonita –me platicó–. Claro que tu novio
llegó y te robó el beso, nos robó la oportunidad y la multitud de niños nos
fuimos.
–¿Eso fue
hace tres años? –pregunté pensante.
–Sí –me
contestó y yo me quedé callada, melancólica–. ¿Estás bien? –me preguntó.
–¿Qué? Ah,
sí –le respondí–. Sólo un poco… no me había dado cuenta que ya habían pasado
tres años de eso –le dije y me acomodé el cabello–. Estuve atrapada con ese
idiota durante más de tres años, increíble –murmuré y el se rió.
–Bueno, más
bien dos años y unos cuantos meses –me corrigió y yo asentí–. Y… ¿qué pasó? –me
preguntó–. Parecían ser muy unidos, tú y… ¿Regan?
–Sí
–suspiré–. No… al parecer no –le dije.
–Bueno, no
importa, habrá demasiados allá afuera –me dijo–. Nos vemos después –se despidió
y yo asentí, él se dio media vuelta y caminó hacia la puerta, antes de salir me
volteó a ver–. Jade… –me llamó–. ¿No tendrás nada que hacer este fin de
semana? –me preguntó.
Yo me quedé
callada un momento y cabeceé.
–En realidad
todavía no lo sé, es lunes y cosas surgen –le respondí.
–Claro –dijo
y miró hacia el suelo–. Claro, no importa –y salió del salón.
Permanecí de
pie sin hacer nada un momento.
–¿Nombre?
–pregunté–. Ni siquiera sé su nombre.
Sábado 23
Aunque siga siendo febrero, el clima no es tan frío
por aquí, y como nuestro colegio se encuentra en una calle muy transitada, una
buena forma de hacer fondos para la feria escolar es lavado de automóviles en
bikini. La escuela normalmente no regula la forma de obtener fondos, sólo la
reciben y mientras nosotras traigamos dinero a la cuenta, ellos están bien con
esto, es por eso que toda la semana estuvimos organizando este día y varias
chicas se apuntaron para hacerlo, para ser exactos, diez, tal vez quince, entre
ellas, mi hermana, Meghan, sorprendentemente Emma y yo. Los primeros en llegar
fueron Hunter y su amigo de la cuadra. Dijeron que si algún hombre se quería
pasar de la raya con nosotras, ellos estarían allí para protegernos, bonita
excusa para ver a más de una docena de chicas en traje de baño.
–De acuerdo,
tu camioneta está vista –le dije a Alexander al acercarme, él llegó un poco más
tarde, también para cuidar a su chica, quiero creer.
–Gracias,
Jade –me dijo y yo asentó, él intentó pasarme de largo, pero me opuse–. Cierto,
el dinero –recordó y sacó su billetera–. ¿Cuánto va a ser?
–No es eso
–le respondí–. ¿Fuiste tu quién puso las cartas de San Valentín en mi casillero
por parte de Regan? –le pregunté y él me miró sorprendido.
–¿Yo? –me
preguntó–. A Regan no le haría ni un favor.
–Pues le has
hecho varios favores antes, como Meghan antes del baile escolar, ¿lo recuerdas?
Dios, recuerdo que te odié durante una temporada, a Hunter también –le dije.
–Jade, en
serio no fui yo –me insistió molesto y me entregó el dinero, después se fue.
No pude
evitar mencionar el tema mientras estábamos lavando otro carro, Meghan me
escuchó e inmediatamente me platicó su historia de hace dos años, cuando Hunter
le hizo la broma de poner cartas en su casillero y me hizo pensar si alguien
estaba haciendo lo mismo conmigo, pero ¿quién? ¿Samuel? No. ¿Hunter? Ahora que
está ocupado con Emma no creo que tenga tiempo para una broma extra, así que
no. En realidad no tengo ningún candidato que llene el puesto. Caminé
decepcionada hacia el dueño del carro para decirle que estaba listo y me
sorprendí cuando vi que era el chico de cabello castaño oscuro.
–Vaya, hasta
siento que me estás acosando –le dije bromeando y él rió.
–Pensé que
si no tenías este día libre yo podría venir a ti –me dijo y ambos mantuvimos la
sonrisa un momento, pero la suya se fue esfumando al paso de un segundo–. De
acuerdo, te escuché hablar con tu amiga sobre las cartas de San Valentín –me
dijo y yo escuché atentamente–. Fui yo –me informó y yo me quedé callada–.
Estaba cerca cuando te vi tirarlas porque te iba a decir que era yo, me
acobardé al principio cuando las dejé y después fue un poco tarde, así que
perdona por la confusión –se disculpó y yo parpadeé, es lo único que pude
hacer–. ¿Estás enojada? ¡Di algo! –me pidió desesperado.
–No estoy
enojada –lo tranquilicé–. Aunque si hubieras puesto tu nombre desde el
principio, tal vez hubiéramos arreglado una cita más rápido.
–¿Cita?
–dijo ilusionado–. Me encantaría una cita.
–Espero que
no sea por el hecho de que estoy parada aquí, muerta de frío, en un bikini que
tal vez deja ver algo más de lo que desearía –le dije y el cabeceó.
–Haré una
mayor donación para la causa y así te podrás ir más temprano –me dijo.
–¿Harías
eso? –le pregunté y él asintió.
–Lo haré.
Regresé a casa a cambiarme porque saldría con el chico
que seguía sin tener nombre para mi. Dejé la chaqueta que me había prestado a
un lado y entré a mi closet, saqué una de mis chamarras y me cambié de zapatos,
estaba tan apurada que incluso me dejé el bikini puesto debajo de mi ropa y
salí corriendo de mi habitación, le avisé a mi papá que volvería a salir y
azoté la puerta en el camino. Él me estaba esperando en su carro, metí las
manos en las bolsas de mi chamarra y noté un papel, lo saqué para revisarlo y
vi que era un ticket, lo leí y la fecha marcada era del 27 de Agosto del 2010.
Los recuerdos volaron a mi mente como una corriente de agua e hice bola el
papel y lo volví a guardar, ahora en mis jeans. Tal vez la cita que tuve con
Regan no fue perfecta, probablemente la peor cita que tuvimos, pero
definitivamente marcó el inicio de una relación de dos años que no funcionaría.
Continué
hasta su automóvil y me subí, él me volteó a ver.
–Así que… ¿a
dónde quieres ir? –me preguntó.
–Sorpréndeme
–le contesté con una sonrisa.
Hasta el
momento no tengo ningún interés en saber su nombre. Debe ser porque,
dependiendo de como va la cita, podría o bien no volver a hablarle o hablarle
lo suficiente para saber su nombre. No saber su nombre me hace pensar que no
tengo ninguna clase de compromiso y hasta lo considero una cita a ciegas.
A pesar de
que le pedí que me sorprendiera, no fuimos a un lugar fuera de serie, es más,
ni siquiera tuvimos que salir del automóvil, lo único que hicimos fue pasear
por toda la ciudad, cosa que jamás había hecho por gusto y no fue aburrido, él
subió el volumen a la música y cantamos canciones que a ambos nos encantan,
platicamos y cuando vi reconocí la calle que nos guía a mi casa, supe que esta
noche había llegado a su fin. Ambos nos bajamos del carro y él me acompañó hasta
mi porche.
–Pasé un
buen rato –le dije y el sonrió.
–Me alegro,
yo también –me replicó.
Yo me quedé
callada un momento.
–¿Me darías
tu número o algo? –le pedí.
–Claro que
sí –me contestó.
Cuando subí
a mi habitación, después de que él se hubiera ido, saqué una caja que había
escondido debajo de mi cama. Es cierto que devolví la mayoría de las cosas,
pero no todo, no me creía capaz, pero ahora me doy cuenta que es tiempo de
volver a iniciar. Acepto que fui algo ilusa al pensar que Regan y yo éramos para
siempre y la única manera de superar una relación, hay que admitirlo, larga
como la nuestra, es deshaciéndote de todos los recuerdos. Eso es de lo que no
soy capaz. Por eso se lo dejaría todo a él. Le pegué una etiqueta y marqué la
dirección de su edificio, la dejé sobre mi escritorio y me senté en el borde de
mi cama. Sé perfectamente lo hay que dentro de la caja.
Y también sé
perfectamente lo que tengo que hacer ahora.
–¿Hola? –me
contestó y sonreí.
–Sólo…
–suspiré–. No te enojes.
–¿Por qué?
–me preguntó extrañado.
–No sé tu
nombre –le contesté apenada y me eché de espaldas en mi cama, tenía ganas de
gritar de la emoción dentro de mi y no sabía de donde provenía.
–¿En serio?
–me preguntó sorprendido y rió–. ¿Y te interesa saberlo?
–Sí –le
contesté–. Me encantaría saber tu nombre.
–Soy Marco,
mucho gusto –me dijo y yo sonreí incluso más.
–Marco
–repetí en voz alta–. Hola, Marco.
–Hola, Jade
–me dijo y ambos reímos.
–¿Te veré el
lunes, Marco? –le pregunté, sin poder dejar de repetir su nombre.
–Si me
dejas, puedes verme todos los días, si quieres… –me contestó.
Respiré
hondo y me incorporé.
–Sí
quiero.
————————————————————————————
Y bueno, espero que ese Marco sea bueno para Jade. Y Hunter, Hunter sólo estaba allí para cuidar de su mujer, ok no . _. jaja, bueno, casi salimos de vacaciones! aosdipunasdinsad! Que tengan excelentes semanas y publico pronto, eh? Atentas! y gracias por seguir leyendo ;)
2 comentarios:
MUCHAS,MUCHAS,MUCHAS,cosas para comentar.Dios,Mar,cuanto tiempo? soy demasiado colgada.
Primero,HOLAAA!.Segundo,¿Como estas?.Y tercero,Hunter,Jade,Regan,wow.Tuvieron muchos cambios,demasiados.Primero que Regan,lo amo,pero que se la aguante ahora.Igual me da ternura ver como la llama borracho,JAJAJAJAJ,no se.
En cuanto a Marco,me cae bien,enserio.Espero que logre algo con el y Regan no se meta,pero ya veremos.
Y Charles,estoy totalmente de acuerdo con Jade no me parece que la mama tenga que llevarlo a la casa,una desubicada total.
Vayamos a un tema mas pesado,Hunter,mi vida,se esta arruinando la vida,por lo tanto arruina la mia,okno.Pero no quiero que termine mal por vender esas cosas,o muerto,o no se.Quiero que corte con todo eso,ya.
Tenia miles de cosas mas para decir pero me olvide,matame jajajaja.
Que genial,primer comentario soy!
Bueno,que andes muy bien Mar,exitos♥
Por alguna razón la ruptura de Jade y Regan ya no me produjo nada ._. realmente ese era el fin de ellos :c oh Marco me parece bueno (? pero buena persona no bueno del termino "estás bueno"(? ah... bueno...seguiré leyendo! Perdón por no comentar la anterior pero no me dejó comentar .___.
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