Regan's
POV
Lunes
23 de Mayo
12:30
P.M.
No iba
a negarlo, últimamente las cosas no van tan bien, no con Jade. Trato de
evitarla la mayoría de las veces desde que surgió ese rumor. Hay tantas cosas
que le oculté durante los primeros meses, sobre Meghan, y simplemente no he
sido honesto. Tengo miedo de que se vaya a enterar por otras personas, y ahora
me llevó hasta la alberca del colegio, qué es el lugar más remoto y alejado,
detrás de las gradas, donde no hay nadie. Donde podrá interrogarme. De hecho,
tal vez ya lo sepa.
–¿Por qué estamos aquí? –le pregunté un
poco nervioso.
–¿Te acuerdas de ese rumor? –me preguntó.
Yo me quedé callado un momento y asentí.
–¿Qué con eso? –le pregunté.
–Bueno, desde que pasó has actuado
diferente –me contestó.
–¿A que te refieres? –le pregunté fingiendo
estar confundido al respecto.
–Sí, a penas me quieres ver después del
colegio, me ignoras, me evitas y no contestas mis llamadas, ni mis mensajes,
casi no hablamos, es como si fueras una persona totalmente diferente –me
respondió–. La única vez que estuviste bien a mi lado fue cuando Hunter estuvo
grave, desde entonces me evitaste a evitar de nuevo. Y me importa, me siento
mal por eso…
–Bueno, no lo hice intencionalmente –me
defendí y de alguna manera me disculpé.
–Debe haber un buen motivo, tú no eres así
–me dijo.
–No es nada –insistí.
–Ahora sé que me ocultas algo –me dijo
cruzando sus brazos–. ¿Qué es? –me preguntó con autoridad, como si fuera mi
madre, o mi padre, y eso me hizo enfurecer.
–¡Nada! –le respondí molesto.
–¿Y ahora me mientes? –me preguntó enojada.
–¡Por qué yo comencé el rumor! –le confesé
de golpe. Ella se quedó callada, abrió la boca para hablar, pero no dijo nada y
salió caminando rápidamente de ahí, yo la seguí –¡Jade, espera! –le pedí
desesperado.
–¡Déjame sola! –me gritó desde lejos.
–¡Si
me dejaras explicarte! –le grité.
–¿Explicar qué? –me preguntó–. ¿Cómo
pudiste? –noté en su voz que quería llorar, sus ojos estaban rojos, pero se
limitó a seguir caminando–. ¡En serio confíe en ti! –me gritó. No puedo
explicar como me sentí al saber que lo había hecho llorar, jamás habría hecho,
jamás. Nunca. Mi intención era ser honesto. Además, si quisiera terminar con
esto, lo hubiera hecho ya, pero no quiero terminar, no. ¿Por qué querría
destruir algo que yo mismo ayude a construir? No. Y no me dejo terminar de
explicarle, no era todo lo que había que decir, no era lo que yo quería que
ella escuchará. No.
2:30
P.M.
A la
hora de la salida, guardé mis libros lo más rápido que pude y salí corriendo
hacia el casillero de Jade, pero ella ya no estaba ahí. No quería verme, y es
totalmente comprensible, pero habría sido diferente si me hubiera dejado
terminar de explicar.
5:00
P.M.
Estaba
en mi habitación, enojado conmigo mismo por todo. Estaba esperando su llamada,
enojado, harto, desesperado por su voz, la cual sonaba en mi cabeza, repitiendo
la misma pregunta: ¿Como pudiste?. Esto no puede terminar. No ha
concluido, me niego a esa posibilidad. Haré lo que sea, pero no ha concluido,
lo nuestro no ha concluido. No me dejó terminar, si tan solo hubiera terminado…
Martes
24
5:00
P.M.
Había
tocado ya varias veces la puerta de la casa de Jade, pero no me abren. Sé que
están ahí, pero no me quieren recibir esta vez. No quiero irme a casa, tengo
que arreglarlo de alguna manera. Solo han pasado unas horas, pero estoy cansado
de esta situación, como si me persiguiera la culpa. Me senté en el porche y
esperé, mirando hacia la calle, tal vez… deberíamos, después de todo, tomarnos
un tiempo, mi papá me ofreció acompañarlo a Francia a un viaje de negocios y
después quedarnos ahí durante las vacaciones, si acepto, mi hermano y mi mamá
también irán. Sería un buen tiempo, pero si eso puede aclarar las cosas para
las dos, entonces lo haré. Escuché como abrieron la puerta a mis espaldas, pero
no volteé a ver quién era hasta que Jade se sentó al lado mío, pasó su mano por
su cabello y se lo acomodó, la observaba por el rabillo del ojo y ella ni
siquiera me volteó a ver.
–Tenemos que hablar –comencé y suspiré–.
Las cosas no van bien, ¿cierto? –pero ella no me respondió, así que continué–.
Tengo mucho que decir, pero primero quiero aclararte que nunca mentí cuando
dije que te amaba –le dije–. ¿Entiendes? Jamás.
–No –me replicó–. ¿Me amabas? Bueno,
debiste amarme muy poco para poder decir eso de mi –me juzgó–. Simplemente no
puedo creer que fueras tú.
–¿Puedo explicarlo? –le pregunté un poco
harto, ella se encogió de hombros, indiferente, pero sé que por dentro el
motivo le importa–. Eso no fue exactamente el rumor que yo comencé –le dije y
ella me volteó a ver. He capturado su atención–. En realidad ni siquiera fue un
rumor, sólo le mentí a uno de los chicos del equipo de fútbol diciendo que tú y
yo habíamos pasado la noche haciendo algo más que dormir –le expliqué–. Le dije
que lo habíamos hecho, que por fin lo habíamos hecho.
–¿Y porque dijiste eso? –me preguntó
ofendida.
–Creo que quiero que se haga tanto realidad
que me simplemente lo dije –le contesté.
–Sé que no es por eso –me replicó–. Sé que
te da pena el que no hayamos dado el siguiente paso porque todos tus amigos ya
lo hicieron, y te frustra el hecho de que no sea tan fácil como las demás –me
dijo–. Desde el principio.
–¿Y qué si me siento de esa manera? –le
pregunté molesto–. Te respeto, no te presiono, jamás lo hice y jamás lo haré
porque me importa como te sientes. Y cuando ese chico te ofendió, me sacó de
mis casillas, no solo porque te haya dicho, también porque me sentí culpable de
que lo más probable es que hubiera comenzado el rumor por mi culpa y tenía
miedo de que te fueras a enterar y… lo siento –le dije y la volteé a ver–. Lo
que te voy a decir ahora sólo me tomará unos segundos, no es lo que yo quiero,
pero…–suspiré–. No te quiero mentir, no quiero… pero creo… necesitamos un
tiempo.
–¿Un tiempo? –me preguntó poco
sorprendida–. ¡Puedes tener todo el tiempo que quieras! –me gritó, de la nada,
enojada y entonces se puso de pie.
–Espera… –le pedí y me puse de pie
rápidamente–. Lo he estado pensando este día, más bien, lo había considerado,
pero no me creía que capaz de decirlo, mucho menos de hacerlo, pero creo que es
lo mejor. Me voy a ir a Francia con mi papá este verano, veremos como van las
cosas, tú sin mi, yo sin ti y cuando regrese, podemos resolverlo. Tenia que dar
este paso. Pero lo podemos resolver.
Ella se quedó callada.
–No –me contestó un momento después–. No lo
vamos a resolver. Vete, está bien. Cuando regreses yo no estaré aquí para ti,
porque no lo podemos resolver, no sé que cambio, algo nos salió mal, y ya no es
lo mismo. No volverá a hacer lo mismo y no quiero que vuelva a ser lo mismo –me
dijo–. Y sólo quiero que sepas que no es sólo por el estúpido rumor.
–Detente… –le pedí–. No puedo hacerlo,
olvida lo que te dije… estoy mal… perdón –e hice un intento de acercarme a
ella, pero me empujó para que me alejara–. Nena, estamos mal, pero lo podemos
resolver, lo prometo –le dije en un intento de salvarlo todo. ¡Demonios! Sólo
lo empeore todo, pensé que esto es lo que ella querría.
–No lo podemos resolver –me repitió.
–No digas eso.. no puede acabar… –le dije–.
No hemos terminado.
–Sí, ha acabado –me dijo–. ¡Hemos
terminado! –me gritó–. Lo siento, es la verdad.
–¡Me estás destruyendo! –le grité–. No
digas eso, no digas que no durará para siempre –le pedí–. Lo hará, porque si te
niegas, romperás mi corazón, así que no lo digas. ¡Podemos estar juntos! Una y
otra vez, una y otra vez, para siempre –insistí con los ojos cristalizados y un
nudo en la garganta–. No lo digas, estaremos juntos, para siempre, una y otra
vez, somos tú y yo, nada más, nada más importa –dije desesperado.
–No, jamás, nunca, no de nuevo, no contigo
–me dijo y entró a su casa, dio un portazo de lo rápido que cerró la puerta. Yo me quedé ahí, inmóvil.
–No… –murmuré–. ¡Jade! –le grité–. ¡Lo
siento! –le grité con la voz quebrantada.
Así que terminó. No quería que terminara,
quería un tiempo, pero me di cuenta que estaba mal, ahora no lo puedo resolver.
Lo arruiné. No sabía a lo que la gente se refería con tener el corazón roto,
pero sé que el mío lo está. Creo que es mi recompensa por no restarle
importancia a los corazones de las demás personas por meses. Es como si
tuvieras un motivo para vivir, y de pronto, todo eso desaparece, sin dejar
huella alguna. Ganas de llorar incontrolablemente por no poder tener a esa
persona nunca más, llorar porque lo quieres arreglar, quieres hacer algo para
repararlo, pero no saber qué hacer, o no saber cómo hacerlo, y la desesperación
sale representada en lágrimas. ¿Por qué?
Me quedé un rato ahí, después de unos
minutos, me marché de ahí.
Había acabado.
10:00
P.M.
Sé que
las cosas no estaban bien y sólo las arruiné más, pero Jade tiene razón, algo
salió mal, algo fue mal, en algo nos equivocamos, algo ocurrió y estoy seguro
que no fue ese estúpido rumor, fue algo más, pero ya no es lo mismo. Pero la
amo tanto que es como si me mente estuviera ocupada solo por pensamientos sobre
ella. Es más bien deprimente. Me preguntaría qué es lo qué hice mal, pero
perfectamente sé lo que hice. Y no quiero culparme, quiero pensar que no todo
fue mi culpa, y si tengo que culpar a alguien. ¿Por qué no culpar a ese
estúpido ángel de Cupido? Le deseo la peor de las muertes, todos saben que se
la merece.
De pronto sonó mi celular y contesté.
–¿Hola? –contesté desanimado.
–Lo siento –me dijo, era Jade,
inmediatamente me acomodé para hablar mejor.
–Perdóname
–le pedí–. Por todo –hice una pausa. Iba a decir algo, pero Jade había
terminado la llamada–. Sólo quería ser perfecto para ti –le dije a la nada–.
Perdón.
2 comentarios:
Pobre Regan... enserio es un lindo y un idiota al mismo tiempo es decir... ¿Quien le cuenta su vida intima a chicos que solo ve en la escuela? ¡Luego fue mentira! (?) Lo estropeo TODO. Creo que deberían perdonarse ¿No? Ellos estando juntos se complementan...creo yo y como para que Regan llorara por Jade ella debio darse cuenta que para el, ella significa demasiado. (?) Me emociono porque hace mucho que no comentaba y soy la primera en comentar :B
Cuidate^^
Estuve apunto de llorar. Es que cuando me meto en una historia y pasa algo lloro, y tu historia me tiene bien engachada.
Espero que lo arreglen, porque de verdad esta pareja me encanta.
Besos.
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