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1/12/2012

Cap. 47

Jade's POV
Miércoles 25 de Mayo
12:00 P.M.

En cuanto sonó el timbre todos saltaron de la alegría, las vacaciones comienzan hoy. Todos tomaron sus anuarios y comenzaron a pedir firmas, yo agarré el mío, pero no pedí ni una firma, realmente no me interesan sin no son de mis amigos, y mis amigos ni siquiera están aquí. Alexandra faltó hoy, Hunter también, con Regan no quiero hablar, Meghan jamás ha sido mi amiga y Tony está al otro lado del colegio, aún así personas varias personas se acercaron a pedirme una firma y yo la ponía junto con una carita feliz. Me puse de pie y salí del salón. Abrí mi anuario sólo para ver cómo salí en la foto, pero pasé tan sólo tres páginas más y me encontré con la generación del onceavo grado, primero me encontré con la foto de Tony, hasta el último Hunter y en un apartado especial para alumnos que permanecieron en el cuadro de honor se encontró Regan. Mis mejores amigos y después Regan. Sólo me torturo viendo fotos de él, pero cómo darle una segunda oportunidad si fue él quien sugirió que termináramos, de alguna manera lo dijo, él ya no quiere estar conmigo. Pedir un tiempo es dudar sobre lo que sientes y yo no lo había dudado en lo más mínimo, pero ahora me orilló a un punto donde me preguntó es cierto que lo quiero o no.
     Vi a Regan acercarse desde lejos, así que caminé hacia el lado contrario. Tal vez él no se dirigía hacia mí, tal vez estaba simplemente caminando, pero no quiero hablar con él o mirarlo más de cerca, estoy más enfada más que triste. Pasé de largo a Tony cuando me lo encontré y caminé hacia la alberca del colegio, me senté en las gradas, coloqué el anuario en mis piernas y lo abrí en la página de alumnos en el cuadro de honor, arranqué la hoja, la hice bola, y la arrojé al piso, enojada. Con suerte el aire se la llevará volando o se quedará ahí, realmente no me importa. Divisé a alguien acercarse, Tony. Subió las gradas y se sentó al lado mío, me volteó a ver sonriente y me ofreció una mano.
     –¿Qué? –le pregunté confundida.
     –Encantado de conocerte, me llamo Anthony, pero puedes decirme Tony –me dijo. Yo lo observé un minuto y su mano seguía ahí sostenida sobre el aire, esperando a la mía. La estreché y le ofrecí una pequeña sonrisa.
     –Encantada de conocerte, Tony, me llamo Jade Elizabeth, pero me dirás Jade, porque te lo ordeno, no hay otro manera –le dije.
     –Bonitas piernas –me comentó.
     –Pervertido –me quejé, pero en broma.
     –Y así fue como comenzó nuestra amistad –me dijo riendo–. Mira, sólo quiero agradecerte porque tú fuiste, sin duda, mi primera amiga aquí, sentí que podía serlo en el momento en que tuve la confianza suficiente para decirte lo de tus piernas, realmente no soy así, pero me sentí cómodo contigo –me explicó–. Pero no lo sé, eres tú, eres buena persona. Y yo pensé que eras otras de las muchas chicas a las que sólo les interesa tener novio, ser popular, estar en fiestas, ser zorras haciéndose las víctimas de esta sociedad y por eso no creo que Regan merezca tener a alguien como tú con él…
     Hubo un silencio incomodo. Tony se aclaró la garganta para hablar, pero lo interrumpí.
     –Él es mejor de lo que parece también –defendí a Regan–. Él es mejor de lo que todos piensan de él, nadie lo conoce como yo y nadie me conoce como él –le dije–. Siento como si todo fuera mi culpa –me quejé.
     –¿Qué? No, no fue tu culpa –me dijo.
     –Él me pidió perdón tantas veces en menos de cinco minutos y yo lo único que dije fue “no” sin detenerme a escucharlo, pero quiero estar con él justo ahora, quiero que caminemos por el pasillo, agarrados de las manos de nuevo y que me vea entre las clases aunque sea por un minuto, quiero que me llame solo para recordarme lo mucho que me quiere y que cuando vea a mi papá, él le sonría y estreche su mano, y que se sienta cómodo con mi mamá, y extraño su sonrisa y su risa, y su ojos. Hace poco menos de un mes que no ocurre nada de eso, y solía pasar todos los días, y ahora no tengo nada de él, ni siquiera lo tengo a él –le dije con un nudo en la garganta.
     –Si él se disculpó, entonces… deberías ir tras él. No creo que cambie de opinión en tan solo un día –me aconsejó–. Además...
     –¿Debería? –me pregunté y Tony asintió con una sonrisa tímida–. Sí –me animé y me puse de pie–. ¡Gracias Tony! –le dije mientras bajaba las gradas. Corrí por todo el colegio, en busca de Regan, hasta que reconocí su espalda, y mochila, y me paré justo detrás de él, porque estaba hablando con alguien. Mantuve mi distancia a esperar pacientemente a que terminara de hablar con esa persona.
     –¿Sabes? No vale la pena, hermano –le dijo la persona con la que estaba hablando. ¿Hablando de mi?–. Olvídala, hay muchas chicas por aquí que quisieran estar contigo, deberías darles una oportunidad, todos este año con la misma chica. ¿Qué te ocurre? Tú no eras así, ella te cambió, no eres el mismo.
     –Tienes razón –le replicó Regan.
     –Claro que tengo razón –exclamó el amigo riendo–. Ya era hora de que despertaras.
     –Debería darle una oportunidad a Meghan, después de todo, siempre la he querido como algo más que amigos, sabes a lo que me refiero –le dijo Regan con un tono juguetón y coqueto, tanto que dolió el darme cuenta que jamás hablo así de mi con nadie, excepto cuando mintió sobre lo que hicimos. Su amigo sonrió, yo retrocedí unos pasos hacia atrás. ¿De verdad lo está considerando? ¿Meghan?–. Bueno, tengo que irme, creo que nos veremos por ahí –le dijo su amigo, se dieron un abrazo y el amigo se fue. Regan se quedó quieto unos minutos con su mirada enfocada en el suelo, suspiró y murmuró algo que no alcancé a escuchar acompañado con un cabeceó de negación acompañado con sus palabras, después se dio media vuelta hacia donde yo estaba, cuando me vio, se quedó quieto un momento, como si hubiera visto a un fantasma, y después se acercó a mi apurado–. Eso no fue lo que parece –se trató de excusar nervioso–. Lo juro.
     –Pensé que… –comencé–. Pensé que todo lo que dijiste ayer era verdad, pero al parecer cambias rápidamente de opinión –lo acusé–. Te iba a dar otra oportunidad –él se quedó callado y después se cruzó de brazos y me miró con indiferencia.
     –¿Ibas a hacerlo? –me preguntó–. Ayer sonaste demasiado seria sobre lo que habías dicho también –me acusó molesto–. ¡Y no mentí sobre todo lo que te dije! –me dijo alzando la voz–. ¿Sabes lo que sentí cuando cerraste la puerta en mi cara? Y después me deprimí unas cuantas horas. ¿Por qué no? Pero me di cuenta de que no todo es mi culpa aquí. ¿Acaso no fui yo el que hizo todo funcionar? Dime cuando tú hiciste algo por nosotros. Si, no te voy a mentir, estuve con otras chicas al principio, sí, Meghan incluida y lo hice un par de veces hasta que me di cuenta de que no quería hacerlo porque, aunque no lo sabias, te lastimaba y a mi me lastimaba el tan solo pensar en herirte, pero a pesar de eso, siempre estuve ahí cuando me necesitaste y cuando yo te necesité, me cerraste la puerta –me dijo.
     Pensé que diría algo después, pero en vez de eso suspiró y se fue caminando rápidamente en la dirección contraria mirando hacia el piso, evitando a las demás personas.

25 de Junio
12:00 P.M.

Ha pasado un mes desde la última vez que vi a Regan y este hecho me está matando. No puedo creer que he desperdiciado todo mi verano torturándome viendo fotos, mensajes y recordando todo lo que me decía, y el pensar que en este momento puede él estar Meghan o con otras chicas simplemente me deprime, sabiendo que puedo ser yo en su lugar o más que posibilidad, debo ser yo. Lo único que quería para este verano era verlo entrar por la puerta todos los días y es lo que quiero justo ahora. Pienso que en cualquier momento puede llegar a disculparse de nuevo, aunque conociéndolo, no creo que él en verdad crea que esto sea del todo su culpa, después de lo que me dijo el último día de clases es nada más que la verdad. No es que yo hubiera hecho muchas cosas, pero por lo mínimo que pude hacer fue ser fiel. Y siempre dije la verdad, nunca mentí. Y eso es más que suficiente en una relación para hacerla funcionar, esa es mi humilde opinión. Y él cree que necesita regalarme muchas cosas, o ser perfecto, cosa que nunca será, pero yo lo acepto así. Ahora que me doy cuenta, no tenemos demasiadas cosas en común como pensé que teníamos.
     En eso sonó mi celular, me tardé un rato en contestar, era él. Había llamado muchas veces, pero siempre terminamos diciendo lo mismo: seguiremos tomándonos este tiempo y veremos cuando regresemos a clases. Pero lo extraño y él me extraña, es como si necesitáramos estar juntos, cada momento, pero a la vez no, a la vez se ve como si fuera algo que no llegaría a nada. Es complicado, es por eso que esta vez lo dejé sonar. No quería seguir teniendo la misma conversación una y otra vez si no lográbamos llegar a nada.
     Después de unos minutos, sonó mi celular, tenía un mensaje de voz. Lo escuché.
     –Jade, soy yo… –comenzó Regan–. No has contestado mis llamadas, tal vez soy un poco molesto, si quieres que deje de llamarte solo dilo. ¿De acuerdo? No quiero molestar.
     –No quiero –le contesté, aunque sé que él ya no está escuchando–. Jamás dejes de llamar.
     –Te extraño –me dijo.
     –Yo también –le dije.
   –En realidad pensé que podía olvidarte fácilmente. ¿En serio pensé que sería tan fácil arrancarte? –se preguntó irónico–. No hay nadie a quien pondría por encima de ti –dijo–.  Te llamo porque no hay nada más que pueda hacer. Estuve tan mal al decirte que no habías hecho nada, hiciste más de lo que puedas imaginar, más de lo que yo hice, más de lo que jamás haré. Estuve mal al tratar de probar si podíamos estar separados y esto es lo más que puedo seguir –me dijo–. Sé que no merezco decirte, después de todo lo que te he hecho pasar, que te quiero –pronunció y hubo una larga pausa, tan larga que pensé que el mensaje había terminado, pero antes de cerrar mi celular, continuó:– Lo siento por todo.
     Y ahí fue donde el mensaje termino.
     Regan era de esas clásicas personas que cambiaban de idea constantemente, como cuando vino a mi casa, prácticamente rogando por perdón, pero al otro día parecía estar enojado conmigo, y justo una semana después me habla diciendo que me extraña. Me confunde todo lo que dice, y la verdad es que es una de las muchas razones por las que dudo el regresar con él, tengo miedo a que vaya a cambiar de mente rápidamente. Porque comienza por decirme que me quiere, pero termina diciendo que deberíamos tomarnos un tiempo más. ¿Que pasaría si dijera lo mismo una vez que hayamos regresado?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

woow siguela que me a encantado el capitulo!!

Alejandra Valle dijo...

Me encantó, y yo quiero que esten juntos. Es que esta pareja me encanta, y bueno tambien la de Liam con Alexandra.
Besos.