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12/20/2011

Cap. 42

Hunter's POV
Viernes 05 de Mayo
10:00 A.M.

Cuando desperté noté que había algunas cosas que no se sentían bien en ese momento, me tardé unos minutos en darme cuenta que ya era tarde para ir al colegio, pero no expresé una verdadera apuración por llegar, abrí el puño de mi mano sólo para descubrir un montón de pastillas y píldoras para dormir. Algunas veces pienso que no lograré lidiar con los estudios mucho más tiempo, estoy harto. La segunda cosa que me hizo sentir mal fue el notar como me siento vacío por dentro, en mi pecho, como si me faltara algo, algo que no puedo identificar, un vacío tan grande que pesar cargar con él. No me siento bien, como si estuviera deprimido, pero peor, como si estuviera muerto. Miré hacia la luz que trataba de entrar a través de las cortinas y no logré enfocar mi vista, iba de aquí allá como un lente de cámara que está desajustado y necesitar se acomodado para que funcione correctamente, o como un lente empañado. Extraño. En la casi completa oscuridad, la luz me lastimó la vista.
     –Vaya, estas paredes me deben estar hablando o algo –me dije a mí mismo colocando mi mano en mis ojos para taparme de la luz–. No, seguramente ya perdí la cabeza.
     Tengo la impresión de que las paredes me están diciendo algo. Sabía que pasaría, que perdería la cabeza, sólo que nunca pensé que pasaría tan rápido. El vacío no desaparece, es como si estuviera cargando algo pesado en mi pecho, pero a la vez tan hueco, como una presión contra éste. No puedo explicarlo, como la mayoría de las cosas que están sucediendo. Esto llega más lejos que algo físico, lo sé, sólo siento la necesidad de dormir y, si es posible, no despertar en un largo tiempo, hasta el día de mañana, tal vez. No sé de dónde viene todo esto, jamás me había sentido de esta manera, siento como si estuviera perdiendo el control sobre todo lo que hago, y lo que pienso. Definitivamente mi mente debe estar en algún lugar por aquí cerca, pero no la puedo encontrar, al igual que no puedo explicar el sentido mínimo de las cosas. Jamás me había imaginado pensando en esto.
     Salí de mi habitación y caminé escaleras abajo hacia la cocina, donde estaba mi mamá. Ella me volteó a ver, nada sorprendida de que yo estuviera en la casa y no en el colegio, como debería ser. Me miró como si algo grave estuviera pasando o como si algo fuera a pasar, o como si me fuera a dar una mala noticia. O tal vez también imagino esto.
     –¿Cómo te sientes? –me preguntó preocupada–. Cuando fui a tu habitación para ver porqué no te habías despertado para ir al colegio me dijiste que te sentías muy mal, decidí dejar que durmieras un poco más, pero el tiempo pasó volando.
     –Estoy bien –le mentí con la voz débil–. Sólo un poco cansado.
     –No te ves bien… –me insistió.
     –Mamá, estoy bien –le repliqué molesto.
     –Hunter…
     –¡Maldita sea, mamá, estoy bien! –le grité harto. Ella se quedó callada, no dijo nada más. Respiré hondo para calmarme–. Cuando digo que estoy bien es porque estoy bien –suspiré–. Estoy bien –repetí–. Estoy bien, pero no creo que pueda lidiar con esto mucho más tiempo, mamá –le dije con un nudo en la garganta–. Es como si me estuviera ahogando entre todo esto. ¡Ni siquiera sé como explicarlo! –grité frustrado y salí caminando rápidamente a mi habitación antes de que me pudiera decir algo, me encerré en el baño. Sí, estoy de mal humor, y cuando estoy de mal humor suelo salirme de mis casillas en menos de lo esperado. Algunas veces me pregunto en lo que soy y porqué soy así. ¿Por qué me hice así? Simplemente se han apoderado de mi mundo, todo. Las drogas, sobre todo esas pastillas, que justo ahora mi mente y cuerpo me suplicaban que tomara, como si las necesitara para poder vivir. Como si estuvieran rogando por mi ayuda, como si ellas necesitaran de mi, pero yo la necesito más. Busqué en mi repisa del baño la caja de pastillas, sólo quedaban unas pocas, por la prisa que tenía por sentirlas resbalar por mi garganta, las tragué todo. Cuando lo había hecho fue demasiado tarde para hacer consciencia de cuantas había tomado, y lo peor del caso, para actuar para evitar que algo terrible me pasara.
     Ahora estoy espantado, pero a la vez trato de estar despreocupado. No puedo ni siquiera dejar de pensar que para lo que tengo, prefiero perderlo todo justo ahora, para lo que me pasa, prefiero abandonar la partida. Realmente me da igual, y debatirme en dejar este mundo sería una pérdida de tiempo, lo hago o no lo hago. Y lo peor de todo esto es que nadie lo sabe, camino jovial, con una sonrisa en mi rostro como si nada sucediera, y todos piensan bien, actúo como si estuviera bien y a veces como si estuviera colocado, drogado, pero la verdad es que por dentro me mata la ansiedad, el temor, la pérdida de control, todo. Y simplemente ya no lo soporto. Me come, me consume, todo lo que soy, todo lo que no soy, todo lo que trató de ser y lo que dejé de intentar. Absolutamente todo.
     He estado muchos días pensando en parar toda esta mierda aquí, pero no es tan sencillo como parece, no es suficiente el ánimo de hacerlo, necesito fuerza de voluntad, de la cual carezco porque todo me controla. Me hace odiarme a mi mismo, todo lo que digo y todo lo que hago, l forma de ver las cosas, la forma de verme a mi mismo. Todo. Camino por la casa, evito mi reflejo porque sé que lo veré no me gustará, estoy gordo, mis músculos se deformaron, mi cara se hinchó, estoy descuidado, mi cabello está entre una tonalidad de castaño oscuro y rubio, e incluso tengo mal aliento la mayoría de las veces. Pero si supe desde el principio que esto iba a terminar conmigo, ¿por qué habría de preocuparme ahora sino me importó cuando comencé? Si lo único que me importa es salir de esto lo más pronto posible, ahora que es tarde, no debería esforzarme. Ojalá pudiera cerrar mis ojos y abrirlos y saber que nada de esto jamás pasó. Todo lo que comenzó como un juego terminó siendo mi mayor problema. Vete al infierno quien sea que me provee de todos mis deseos prohibidos.
     –¡Nunca quise esto! –grité enojado, con todas mis fuerzas.
     Y después de esto, siguieron las lágrimas.
     Estaba echado en mi cama, no sé cuánto tiempo había pasado, pero seguramente sólo unos pocos minutos o unos pocos segundos, ya que la cantidad de pastillas que me había tomado no tardarían en hacer lo suyo, no sé como si quiera me da tiempo de pensar en todo esto, es casi como un castigo: morirás, pero antes tienes que pensar porqué y culparte de todo lo malo que has hecho en esta vida. La noción del tiempo la pierdo siempre, otra cosa de la que estoy harto. ¿Como es que no he podido controlar todo lo que me esta pasando? Ojalá fuera lo suficientemente hombre para tener mi situación controlada, ojalá y fuera lo suficientemente maduro. Sé que muchas de las personas con mis problemas pelean por estar bien, y es porque quieren, tal vez ese sea mi problema, tal vez, después de todo, no quiero estar bien. Si tan solo tal vez… si tan solo dejara de pensar y comenzara a actuar sería todo diferente. Miré a mi izquierda lentamente. Mi celular estaba sonando. ¿Hablar con alguien? ¿Por qué alguien sería más afortunado que mi mamá de escuchar mis últimas palabras? Debería por lo menos intentar pedir ayuda, pero no soy capaz.
     –Oye, Hunter –comenzó a hablar una persona al otro lado del la línea, pero estaba más bien murmurando. Es uno de esos malditos vendedores, les debo algo de dinero desde hace unas semanas, si no les pago pronto, harán cualquier cosa para recuperar su dinero, pero ¿cuánto daño me pueden hacer ya estando muerto? ¿Cuánto me puede importar? Repito, no me importa nada. Así que colgué. Esos malditos vendedores están en todos lados porque saben que es algo que necesito. Y me darían cualquier cosa con tan solo yo decirles. Pero su mayor negocio es proteger su mercancía. Es por eso que nada con ellos es sencillo, por más que parezca serlo. ¿Como he llegado a lidiar con ellos? ¿Por qué estoy aquí? ¿¡Por qué!?
     Mis amigos, ellos no me entienden, como si fuera un nuevo yo, o ellos fueran los que cambiaron, no lo sé, pero si lo pienso, en todo esto como un zoo, la droga son como la comida, yo soy el animal, los vendedores pueden ser los cuidadores y las demás personas son los visitantes, y si lo seguimos viendo de la misma manera, cada quien es un animal para diferentes alimentos. ¿No? Pero la mayoría es libre y si estuvieran atrapados en una jaula como yo, y todo mundo los estuviera juzgando ¿qué es lo que ellos harían? Entonces sería más fácil comprenderme si lo vieran de esa manera. Algunas veces me despierto en medio de a noche, las pastillas ya no me hacen efecto, poco a poco necesito más y no fui yo quien se condenó a esta tortura, mi cuerpo eligió de la manera más malévola encontrar placer en estas cosas. Me importa poco lo que los demás piensen, me importa muy poco.
     Me distraje pero no lo suficiente para ignorar el hecho de que mi cuerpo está temblando y todavía no logro enfocar mi vista. No logro mover ni un sólo músculo. Entre el pánico, pues no era nada me hubiera pasado con anterioridad como un simple desmayo, traté de gritar, pero sólo produje gemidos, gruñidos y nada parecido a una palabra. No tengo la menor idea, debería dejar de comprar estas cosas. Sólo puedo escuchar los gritos de alguien en el fondo, las palabras de otras personas se revolvían entre mis pensamientos, desaparecían, se desvanecen antes de que pueda comprender lo que dicen, son lejanas, no comprendo nada lo que está pasando a mi alrededor pero estoy consciente de las manos que me están tocando, de las manos que me están sosteniendo en el duro y frío piso.
     –Hunter –me llamaba alguien–. Hunter –repetía mi nombre y me daba algunas palmadas en mi mejilla para que la mirara–. Hunter, mantén tu vista en la mía –me pidió–. Hunter, mírame –seguía diciendo esa persona ahogada en llanto–. Hunter.
     –¿Mami…? –preguntó alguien llorando, probablemente un niño. Michael.–. ¿Mami, qué está pasando? –seguía preguntado, pero la voz pronto se esfumó.
      Sentí las manos de esa persona enredadas en mi cabello, sosteniendo mi cabeza, de alguna manera tengo una idea de lo que está pasando, aunque no estoy mirando directamente a esa persona, pero puedo deducir que es mi madre, y ese niño es sin duda alguna Michael, a menos que me equivoque y sea Ethan. No puedo permitir pensar en eso justo ahora, tengo que tomar control de mi cuerpo, o al menos intentarlo para poder responder sus llamados. Me frustré al no lograrlo y dejé escapar unas lágrimas, sólo quiero informarles que sigo aquí, que me sostengan un tiempo más. Sigo aquí. Sólo que no sé por cuánto tiempo; siento los latidos de mi corazón latir un poco más lento conforme el tiempo transcurría, los puedo escuchar en mi cabeza, su sonido llena mi cuerpo. Pero todo a poco se hacía más lejano: las voces, mis latidos, el ruido, mis pensamientos… se desvanecían. Lo último que alcancé a escuchar y sentir fue alguien entrando bruscamente, separando a mi mamá de mi, alejándola de mi, y cuando otra persona tomó su lugar, cerré los ojos para perderme en la oscuridad.

1 comentario:

Alejandra Valle dijo...

Vaya, espero que este bien.
¿Y Hunter ya no piensa en Emma?
Besos.