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12/26/2011

Cap. 44


Meghan's POV
Sábado 14 de Mayo
11:00 A.M.

Ha pasado una semana desde que Hunter entró en el coma. Está internado en el hospital. Verlo acostado en su cama, sin moverse, sin saber que será de él me ha puesto en una difícil situación. Lógicamente fue a causa de sus problemas, lo desintoxicaron y los doctores han hecho todo lo que pueden, pero no él no responde. Según lo que su madre me platicó, Hunter actuó muy extraño esa mañana que no fue al colegio, dijo algo, pero ella lo dejó pasar, pensó que iría a dormir porque todavía se sentía mal, pero cuando entró para hablar con él de lo sucedido lo encontró en el suelo medio inconsciente. Los doctores dicen que está estable, pero no hay que confiarse. No quiero ni siquiera pensar en eso, pero es inevitable, pienso como sería si él… se fuera o no despertara jamás. Sé que es duro perder a alguien cercano, pero tan cercano como él sería algo que no podría superar. Mejor desearía dejar de existir o morir junto a él. Es mi mejor amigo.
     –Meghan, deberías ir a casa, ducharte, descansar –me dijo la madre de Hunter.
     –¿Dónde está su papá? –le pregunté, ignorando lo que había dicho.
     Ambas estábamos sentadas en el sillón de la habitación, observando a Hunter.
     –Él está en casa, cuidando a los niños –me respondió y entonces sonó su celular–. Ahora vengo –me dijo, se puso de pie y salió de la habitación.
     Yo no tengo problema con cuidar niños, de hecho, me encantan los niños y no sé, el padre de Hunter parece no encontrar tiempo para venir y no quiere que sus hermanos lo vean en esta situación y es totalmente comprensible, es una pena, pero podría cuidar de ellos un rato, una o dos horas. Mientras la mamá de Hunter está afuera hablando por teléfono con alguien, yo me acerqué a él. Podía escuchar su respiración, pareciera como si estuviera durmiendo plácidamente. Caminé de puntillas como si lo fuese a despertar, aunque estoy segura de que no lo despertaré porque no está durmiendo.
     –Hunter… –comencé–. Hunter, sé que puedes oírme –hice una pausa–. Va, esto es ridículo, pero lo tengo que decir. No, no te amo, no es lo que iba a decir –le dije, imaginando como él se hubiera precipitado a acabar mis oraciones como siempre lo hace–. Bueno, sí te amo, pero no en la manera en que tú crees, eres como un hermano para mi –suspiré–. Seguro sueno como si fuera una idiota –me quejé–. Pero eres mi mejor amigo. Dicen que algunas veces hablar así funciona, no sé exactamente para qué, pero lo hace o eso es lo que escuché, no tengo ni la menor idea… –hice otra pequeña pausa–. Sólo… no sé qué es lo que haría sin ti –dije con un nudo en la garganta–. Así que mejor sal de esta vivo o de lo contrario no sé lo que voy a hacer. ¿De acuerdo? –en este punto contener las lágrimas fue aún más difícil–. Despierta, por favor, despierta –le pedí–. Vamos, hazlo, no es tan difícil –insistí y después lo sacudí un poco–. ¡Hunter, vamos! –le pedí. En eso entro la mamá de Hunter y me sonrió–. Si pasa algo, bueno, me avisas, por favor –le pedí.
     Ella asintió y le sonreí, después salí de ahí.

5:00 P.M.

Nada puede desviar mis pensamientos. Necesito entretenerme con algo, pero el problema es que no tengo ganas de hacer absolutamente nada. Entonces llamé, bueno, a Regan. Sé que no es la mejor opción, pero es mi segunda opción porque realmente no tengo muchas, pude haber llamado a Jade, pero no soy de su agrado, aunque ahora que lo pienso, tampoco soy del agrado de Regan. Así que mejor corté la llamada antes de que contestara. En este momento me doy cuenta que todo lo que tengo y lo que tuve desde que llegué aquí, es Hunter.
     En eso sonó mi celular y yo contesté.
     –¿Hola? –contesté.
     –Meghan. ¿Querías algo? –me preguntó, es Regan–. ¿Sabes algo de Hunter?
     –No, sigue igual –le respondí.
     –Oye, todos estamos en mi casa. Queremos distraernos un poco, ¿quieres venir? –me invitó. Yo dudé un minuto y después le respondí que sí–. ¿Voy por ti? –me ofreció.
     –Por favor –le contesté.
     Entonces él colgó.
     ¿Sabe donde vivo?

6:30 P.M.

Todos estaban en casa de Regan: Jade y él, Tony, Alexandra y yo. Nadie me recibió con una gran sonrisa, y es comprensible, pero no sé si es porque no soy de su agrado, o porque nadie está con ánimos para sonreír. Llevamos una hora y media ahí y sólo pocas palabras se han dicho, todos están pensando en diferentes cosas.
     –Meghan… –comenzó Tony–. Hunter dijo algo sobre… no sé, tal vez… –entonces suspiro–. ¿Algo sobre, tu sabes, suicidio? –me preguntó.
     Se me detuvo el corazón de tan solo escuchar eso. Hunter, por más que su cabeza estuviera perdida en algún lugar del universo, jamás mencionó nada y jamás actúo o dio alguna señal. No creo que lo que hizo fuera un intento de suicidio o algo, es horrible. Con tan sólo pensarlo siento un escalofrío que recorre todo mi cuerpo.
     –Jamás –le contesté–. No creo que… no sería capaz –le respondí.
     –Bueno, Hunter siempre estaba con esas pastillas, pero jamás había sido tan grave, jamás había ido tan lejos, hace meses que no estaba en el hospital por algún caso parecido –mencionó Regan–. Parecía que lo tenía controlado.
     –No lo sé –suspiré–. Yo nunca lo había visto en el hospital, pero él nunca haría algo así.
     Nadie dijo nada por un momento, pero el silencio fue interrumpido por la alarma de mi celular, había llegado un mensaje. Lo abrí y decía:

Sonríe, se pondrá mejor.
Lo prometo.

Era de un número desconocido, y a decir verdad, una pequeña sonrisa se dibujó en mi rostro al ver el mensaje y pensar que alguien me estaba tratando de alegrar. Volteé a ver a los demás, y todos estaban viendo sus celulares. Así que no hay manera de saber quién había enviado el mensaje, pero me alegro de que alguien lo haya hecho.
     –Chicos, no es un buen día, y no hemos dormido bien por estar pensando en Hunter, a sido una semana dura. Pero, oigan, todo va a estar bien, Hunter se pondrá mejor. Hay que pensar positivo –dijo Tony.
     Nadie dijo nada y nos limitamos a asentir desanimados.
     –Tú fuiste que el que sugirió la idea de que Hunter se quería suicidar –lo acusé.
     –Sí, pero era una teoría y tal vez me equivoqué, no lo sé –me contestó ofendido–. Ahora hay que pensar en positivo –insistió, pero todos seguimos callados–. Me voy, si saben algo, me avisan –nos pidió y se puso de pie–. Adiós –se despidió y salió de la habitación de Regan. Nadie ni siquiera se despidió de él.
     –Bueno, creo que también me iré –anunció Alexandra.
     Se puso de pie con dificultad y salió de la habitación al igual que Tony.
     –Entonces, creo que yo también me iré –dije.
     –¿Necesitas que te lleve? –preguntó Regan. Noté que Jade le dio un codazo en las costillas de desaprobación ante la oferta, así que la rechacé. Lo menos que quiero es causar una discusión entre los dos–. Bueno, si sabes algo nos mantienes informados –me pidió Regan.
     –Claro –respondí y salí de la habitación, bajé las escaleras y en eso sonó mi celular. Era una llamada, por un momento pensé en ignorarla, no tengo ganas de hablar con nadie, pero si algo he aprendido es que siempre puede ser algo importante, es por eso que casi no rechazo llamadas o trato de no ignorarlas–. ¿Hola? –contesté.
     –Meghan, soy la mamá de Hunter –me dijo–. Él despertó –me informó un poco agitada y con toque de emoción en su voz–. Ven en cuanto puedas –y colgó.
     Yo me quedé de pie en las escaleras un rato, inmóvil, no sabia si debía salir corriendo o anunciarlo. Sonreí, y subí las escaleras de nuevo, entré a la habitación de Regan. Él estaba sentado en el sofá y Jade a su lado. Si, en ese momento deseé ser Jade, pero no dejé que estos pensamientos me distrajeran. Tengo que concentrarme en el momento.
     –Es Hunter, él despertó –les informé con una gran sonrisa.
     Los dos se voltearon a ver felices, sonrientes y después me voltearon a ver. Yo no tenía la misma expresión, a pesar de que había despertado, estaba preocupada.

8:30 P.M.

Hasta después de una hora y un poco más de llegar al hospital, nos dejaron entrar a la habitación de Hunter. Estaban los doctores en la habitación, revisando que todo estuviera bien y no sé que tanto hacen allá adentro; dejaron entrar a sus padres y hermanos primero, y después de un rato más nos dejaron entrar. Él está despierto, sentado en su cama. Se ve un poco débil, pero nos sonrió cuando entramos.
     –Hola… –nos saludó.
     Yo me acerqué a él rápidamente.
     –¡Eres un idiota! –le grité, pero traté de tranquilizarme.
     –Lo siento… –me dijo–. Pero no me acuerdo de ti… –pronunció y yo me quedé helada.
     –¿Qué? –pregunté preocupada–. Hunter soy yo.
     –¿Quién? –preguntó–. ¿Mi mejor amiga o la que me llama un idiota después de que desperté de un coma? –me preguntó riendo y yo le di un golpe en el hombro–. Tal vez no estuviste aquí las demás veces que terminé en el hospital, pero estoy muy acostumbrado a que me digan adjetivos despectivos respecto a mis actos –me respondió. Yo traté de sonreír, pero de la nada sentí esta terrible necesidad de llorar. Traté de evitarlo, lo cual hizo que todos los demás notaran mi postura, y entonces rompí en llanto–. Ah… ¿Meghan?… ven acá –me dijo Hunter y me jaló de la mano para atraerme a él, me abrazó y yo lo abracé aún más fuerte–. Estoy bien, lo juro, estoy bien –repitió tratando de tranquilizarme.
    –Sigues siendo un idiota –le dije cuando paré mi llanto. Me separé de él y me limpié las lágrimas. Pronto no estaba preocupada, más bien enojada con él, como si fuera mi hermano menor, sí, aunque él fuera más grande que yo–. Estaré allá, en el pasillo –les dije.
     Sentada en unas de las bancas que había en el pasillo del hospital observé a Regan salir de la habitación con Jade, iban tomados de la mano. Jade se separó un momento para hablar por celular y Regan se sentó al lado mío.
   –¿Sabes? La última vez que Hunter entro al hospital fue hace mucho tiempo, siempre intentamos que haga conciencia de todo lo que hace y esta vez nos dijo que no iba a parar hasta que esto lo matara. Tú que eres su mejor amiga… ¿crees que algún día sea capaz de ir aun más lejos? –me preguntó preocupado.
     Yo me quedé callada. La fría realidad es que Regan está en lo correcto, pensar en eso es fácil y aún más fácil de creer viniendo de Hunter.
     –No lo sé –suspiré después de un rato.

5 comentarios:

Alejandra Valle dijo...

Me alegro tanto que se haya despertado.
Y Hunter es tan... imbecil.
Pero bueno, a mí me encanta.
Besos.

Anónimo dijo...

Hola! Hermoso capitulo, me encanta la nove. Espero que estes genial, sigue brillando. Besotes ♥

♪Last time around ♫

Nana Gaviria dijo...

Me Encantó! Oye Chica Escribes Genial La Verdad Me Alegro De Haber Encontrado Tu Blog! Me Lo Lei Entenroo HOY! jaja Esque es Adictivo Enserio Sigue Asi No Pares de Escribir! =D

Nzuescritora dijo...

¿COMO HAS ECHO LOS AVATARES, LO DIGO LOS DE TUS PERSONAJES?
PORFI DAME EL PROGRAMA UN BESO

mary dijo...

me encanto de nuevo! Estuve apunto de llorar por Regan. Sigue, no me pierdo ni uno