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12/18/2011

Cap. 41


Liam’s POV
Viernes 29
4:30 P.M.

Estamos en la sala de espera de la clínica donde hoy, justo en unos minutos, nos dirán el sexo del bebé. Es una espera larga porque la verdad estoy bastante emocionado, feliz, nervioso, ansioso por saber si será un niño, o una niña. Me encararía que fuera niño, jugar con él y sería mi pequeño compañero, le enseñaría cosas de hombres; por otro lado me encantaría que fuera una  niña, no dejaría que nada le pasará, y sería como mi pequeña princesa. Nunca me imaginé estar en esta posición pensando todo esto tan pronto, no lo planeé, pero supongo que será un buen y gran cambio en mi vida, después de todo, pasaría algún día.
     Por otro lado, no puedo dejar de sentirme incómodo por algunas miradas acusadoras de las personas que están ahí en la sala con nosotros, saben que vengo con Alexandra y también se que ellos no tienen la menor duda de lo que Alexandra y yo somos, pues la diferencia de edad es notoria y seguramente piensen que es inapropiado. Me tranquiliza pensar que al menos no soy como otros idiotas que se han enrollado en la misma situación y las han dejado solas y abandonadas. No creo que sería capaz, eso hace una gran y enrome diferencia.
     –Nos están mirando –le mencioné a Alexandra, incómodo.
     Ella se rió levemente y después me volteó a ver.
     –¿Y eso te importa? –me preguntó–. Pero bueno, creo que me he acostumbrado a esas miradas, en todos lados es lo mismo, es tu turno de acomodarte –me respondió–. En las calles, en la escuela; inclusive mis amigos en algunas ocasiones.
     De pronto llamaron el nombre de Alexandra y se puso de pie, yo me quedé sentando hasta que me ofreció una mano, la tomé, me puse de pie, como si necesitara ayuda para enfrentarme a esto, y entramos a la habitación donde harían la ecografía.
     –Hola, Alexandra y Liam –nos saludó la doctora.
     –Hola, doctora –la saludamos al mismo tiempo.
     –¿Cómo han estado? –nos preguntó.
     –Bien –respondió Alexandra.
     –Nervioso –respondí–. Ansioso –añadí.
     –¿Nervioso? No estés nervioso, en la última ecografia el bebé estaba en excelente estado, espero que todo siga igual –me trató de tranquilizar la doctora. Y después comenzó le comenzó a preguntar algunas cosas a Alexandra mientras la preparaba para la ecografía; yo estaba sentado junto a ella, esperando. Después de unos minutos, mientras veíamos por la pantalla, la doctora señaló en la pantalla algo, podemos ver todo, su perfil, sobre todo sus dedos y su posición. Pequeños detalles y nos iba informando y explicando cada pequeña cosa que apareciera en la pantalla, hasta que se detuvo en un punto fijo–. ¿Lo ven ahí? –nos preguntó y yo enfoqué mi mirada en donde ella señalaba–. No hay nada que indique es un varón… –e hizo una pequeña pausa, caminó hacia su escritorio, del cajón sacó una tarjeta y me la entregó–. Felicidades, es una niña –continuó, yo le presté poca atención a la tarjeta porque me quedé mirando la pantalla.
     –Es una niña –repetí con una gran sonrisa y entonces volteé a ver a Alexandra–. Es una niña –repetí una vez más–. Dios, una niña hermosa –noté la alegría en mi voz y mis ojos cristalizados. Jamás me había sentido así de feliz. Alexandra no dijo nada, solo me observó con una gran sonrisa. Sin habla.
     –Felicidades –nos dijo la doctora.
     Por fin volteé a ver la tarjeta y leí: “Felicidades, es una niña.”

5:00 P.M.

Después de darle las buenas nuevas al padre de Alexandra, ella se encargó de entregarle la foto para que él la pudiera ver. La observó y me volteó a ver y después a Alexandra.
     –Bueno, si algo puedo decir de esto es que ella tiene tu nariz –hizo la observación con mucha seguridad, ella sonrió y él se quedó callado un momento–. ¿Ya tienen pensando algún nombre? –nos preguntó mostrando interés.
     Ambos nos quedamos callados.
     –Nada en absoluto –le respondí.
     –Ya pensarán en alguno, faltan algunos meses –nos dijo, después hubo un silencio–. ¿Me dan un minuto? Ahora regreso –nos dijo y salió de su oficina.
     –Creó que fue a llorar –le dije a Alexandra bromeando.
     –¿En serio? –me preguntó sarcástica–. Tú también llorarías –me acusó.
     La verdad es que el llanto lo había sabido sostener desde el momento en que me enteré de que sería padre, y de diferentes tipos de emociones que lo provocaban.
     –Será hermosa –le dije convencido de ello.
     –Apuesto a que se parece a ti –me dijo.
     –Oh, no. Tiene que parecerse a ti, tiene que tener tus ojos, y tus labios, y tus orejas, también tu nariz, una mini-tú –le dije y ella sonrió.

Sábado 30
2:30 P.M.

Habíamos recorrido un buen número de tiendas en la plaza, sólo observando un poco de todo, en busca de ropa para bebé, ahora que sabemos que será una niña, podemos comenzar a comprar las cosas que necesitaremos en unos meses.
     –¿Está buscando algo en específico, señorita? –le preguntó una de las empleadas de la tienda con amabilidad–. Usted y su… –se detuvo en cuanto me vio.
     –Mi… –comenzó Alexandra, pero se trabó–. Mi esposo –continuó y me ofreció una sonrisa para que le siguiera el acto. Yo asentí poco convencido y forcé una sonrisa.
     –¿Están buscando algo en especifico? –nos volvió a preguntar.
     –No, gracias, sólo estamos observando –le contesté.
     –Bueno, si necesitan estaré por aquí –nos dijo y se quedó mirando a Alexandra–. Luce usted muy joven –le mencionó–. Me hubiera gustado a su edad lucir como usted.
     –Bueno, justo terminé la universidad, debería verme joven. ¿No es así? –le dijo.
     –Si, exacto… –dijo la señorita poco convencida, sonrió una vez más y se fue de ahí.
     –¿Desde cuándo estamos casados? –le pregunté a Alexandra.
     –Fue lo único que se me ocurrió –me respondió.
     –Y no sabía que ya habías terminado la universidad, supongo que es bueno, eso cambia toda la historia –le comenté y ella me volteó a ver molesta.
     –Me dejé llevar, ¿de acuerdo? –me replicó–. Pensé que me daría esa mirada de desaprobación como todos lo hacen y por eso lo dije –me explicó.
     –Bueno, podrías tratar de no decirlo demasiado –le dije.
     –Eres alérgico al compromiso, ¿cierto? –me preguntó–. No te gusta ni siquiera pensar un futuro en el cual te veas demasiado comprometido con alguien.
     –No, lo que no me gusta es que tú ya comiences a pensar en eso –objeté–. Vamos –le dije y entonces agarré su mano y la apresuré a salir de la tienda, ya me quería ir, pero justo al salir nos encontramos con uno de mis mejores amigos, Byron. Iba acompañado con su novia, la diferencia de edad entre ella y Alexandra es notoria, traté de esquivarlos cuando pasé entre la gente, pero él me vio y no pude hacer nada más que detenerme y hablar con él. Alexandra parecía disgustada.
     –Liam, vaya, hace tiempo que no te veía. ¿Que ha sido de ti, hermano? –me preguntó con alegría y se acercó para darme un abrazo, después se separó y me sostuvo de los hombros para poder verme–. En serio ha pasado un largo tiempo, ¿eh? Desde hace un par de años, como pasa volando el tiempo –exclamó.
     Me tardé un minuto para responder.
     –Bueno, todo como siempre, ya sabes, ocupado, aquí y allá –le respondí por fin. Alexandra se aclaró la garganta para hacerse notar en la conversación y ambos la volteamos a ver mostrando un poco de sorpresa–. Ah, y bueno, ella es mi novia, Alexandra –la presenté.
     Ella estrechó la mano de ambos, él me volteó a ver buscando una explicación porque era obvio que se había dado cuenta de lo joven que era, a lo que yo le respondí rascando mi nariz un poco y después detrás de la oreja, eso era una clase de 'clave' que utilizábamos cuando éramos más jóvenes, significaba te explico luego. Lo usábamos en numerosas situaciones, sobre todo en la universidad cuando nos encontrábamos en la universidad.
     –Ella es mi novia, Nicole –nos presentó a su novia, y una vez que las habían presentado, Alexandra y Nicole comenzaron a entablar una conversación, mientras que Byron y yo nos alejamos un poco para poder hablar más tranquilos–. Solo dime que está gorda y no embarazada –me pidió Byron después de que le contara la mitad de la historia, o yo diría, sólo el inicio. Yo me quedé callado y lo miré unos cuantos segundos, él capto la idea y antes de que pudiera hablar me defendí como siempre hago:
     –Pero estoy enamorado de ella –le dije.
     –¿Qué? ¡No! –exclamó molesto–. Ella cumplirá 16 en unas semanas, tú tienes 25, mientras tú estabas teniendo tu primer amor, ella apenas había nacido, o pero aún, estaba en su camino –me dijo–. Perdiste tu trabajo, es la hija de tu primer jefe, la viste por primera vez cuando acababa de cumplir 14. ¿Hablas en serio? Es una niña, y Liam, mi trabajo es traerte de vuelta a la realidad, amigo, tú no eres un adolescente.
     –Tú claramente no entiendes –me quejé–. Aprecio que estés preocupado por mi, pero… solo déjalo de esa manera. Es mi vida.
     –Como tú digas y felicidades, supongo –me dijo sin insistir más. Me abrazó como despedida–. Te cuidas, nos vemos por ahí.
     Es difícil explicarle a alguien como es que estás enamorado y sobre todo de alguien que es diez años menor que tú, suena como si estuvieras loco, pero la realidad es que la edad no debería importar, después de todo sigue siendo el mismo problema: amor. Y no es que me moleste el que Alexandra sea menor, lo que me molesta son todas las personas diciendo que está mal, eso es lo que realmente me molesta y me afecta, porque ellos simplemente no entienden. Debe pasarle exactamente igual a Alexandra, lo sé, pero creo que es más difícil explicar desde mi posición.

Más tarde, ese día, me encontraba en mi casa, Alexandra se había ido y mi hermano había llegado de un lugar el cual no me interesa saber. El caso es que había estado pensando en todo lo que haríamos cuando la bebé naciera y creo que será necesario una habitación más. Realmente fue dura esta decisión, pero sumamente necesaria, es por eso que le estoy avisando con tiempo a mi hermano de que se tendría que mudar. No se lo tomará bien, lo sé porque lo conozco, pero desde el inicio y no quiero sonar malo, nunca quise que se mudara conmigo aquí.

3 comentarios:

Alejandra Valle dijo...

Me gustó el cap., y espero que todo les vaya bien.
Besos.
PD: Pasate por mi blog.

A.S. dijo...

Me encanto ^^ jajajaja no se porque pero me hubiera gustado que fuera niño(? Ya...que el hermano de Liam se consiga novia y se vaya a vivir con ella o que regrese con sus padres, no sé(? e.e

Continuala pronto ñ.ñ (Elpoder de la "Ñ"(?))

mary dijo...

¡Me encanto! ¿Como es que escribes tan bien? :) Sigue!!!