Regan’s POV
Viernes 28 de Enero
6:00 P.M.
¿Qué es lo qué se hace un viernes por la tarde cuando
estás aburrido? ¿Llamar a tu novia? Lo consideraré. ¿Jugar con tu mascota? ¿O
pasar tiempo de calidad con tu familia? Y en el último de los casos, ¿hacer la
tarea? El aburrimiento es algo con lo que lucho día tras día y esto es lo que
hago, preguntarme que hacer cuando no tengo nada que hacer. Esperando, de
casualidad que a alguien se le ocurra hacer una fiesta, o llamarme.
Entonces
sonó mi celular. Gracias, Dios, que me escuchas, pensé.
–¿Hola?
–contesté emocionado.
–Hola.
¿Adivina qué hay esta noche? –era Hunter.
–¿Una
fiesta? –pregunté con una sonrisa de satisfacción.
–Bravo.
¿Celebrando qué? –me preguntó.
–¿Celebrando
que es fin de semana? –pregunté dudoso.
Esperé una
risita o algún gesto de gracia por parte de Hunter, pero lo único que recibí a
cambio fue un:
–Muy
gracioso. ¿Qué te has olvidado de mi cumpleaños? –preguntó enojado
Y
rápidamente volteé a ver el calendario que estaba colgado a un lado de mi
escritorio. Si, lo había marcado, su cumpleaños.
–Hunter, tu
cumpleaños fue hace tres semanas –le repliqué.
–Lo sé, lo
sé –respondió riendo–. Pero mis papás estaban en la casa. No podía hacer una
fiesta como las que suelo hacer, pero este fin de semana han salido ¡Fiesta
libre de papás! –exclamó.
–Eh, las
fiestas siempre son libres de papás –le dije
–Pero mis fiestas
libres de papás son las mejores. Trae un regalo, si sabes a lo que me
refiero –y colgó.
–Un regalo,
un regalo –repetí para mi mismo imitando la voz de Hunter.
No me gusta
cuando me piden regalos, sobre todo Hunter. Porque los regalos que le tengo que
dar a Hunter siempre me salen caros. Siempre hay algún problema. Sobre todo con
mi hermano, quien cada vez me sorprende tomando, fumando, e incluso en peores e
incomodas situaciones.
9:00 P.M.
–¿Dónde estás? ¿Dónde estás? –me pregunté mientras sacaba
todos los calcetines del cajón.
Eso, la
droga estaba en algún lugar por ahí. Yo… las había guardado hace unos días.
–¿Qué
buscas? –preguntó Alexander entrando en mi habitación.
Lo volteé a
ver. Tenía una clase de sonrisa, como si se estuviese aguantado a reírse.
–¡Dámela!
–le ordené.
–Hermano, no
sé de que hablas –me dijo.
Me acerqué a
él para no tener que gritarle.
–Sabes de
que estoy hablando –le dije.
–No, no lo
sé –me dijo en tono burlón.
–Las drogas,
marihuana, etcétera –le murmuré.
–Oh. Eso, si
claro. La robé ayer –me dijo.
–¿Por qué?
–le pregunté enojado.
–La planeaba
esconder, no quiero que arruines tu vida, Regan. Tienes un gran futuro por
delante o eso es lo que papá espera, estaría muy decepcionado si se enterara de
todo lo que haces a sus espaldas –me dijo.
–¿Quién
eres? ¿Papá? Además, son solo para divertirnos, mi menté se aleja un poco con
esta cosa, pero no arruina mi vida.s
–¿No?
¡Cualquier droga arruina vidas! –gritó–. ¡Está matando tus células lentamente!
–¡Maldita
sea, Alex, cállate! –le grité–. Papá está en casa, mamá está en casa, y esto
terminará mal si se enteran. Sólo cállate. Estaré bien Sr. que de pronto se
preocupa por mí. Ahora dame las drogas y todo saldrá bien. ¿Dónde las tienes?
–Regan…
–¿Dónde
esta? –insistí.
–En mi cajón
de calcetines.
–No lo
vuelvas a hacer.
–¿O qué? ¿Le
dirás a papá? ¿Qué le dirás? ¿Qué te escondí la droga? Veremos que dice al
respecto.
–Cállate –le
dije enojado, y salí de mi habitación.
De alguna
manera, Alexander había ganado.
Cuando llegué a casa de Hunter, no estaba como supuse
que estaría. Era aún peor. Estacioné mi coche en el lugar más cercano que pude
y caminé hacia su casa, si, no estaba tan cerca. Me abrí paso entre todas las
personas que estaban en el jardín delantero, buscando alguna cara conocida.
Pero nada de nada; caminé hacia la entrada, y bueno, entré.
–¡Eh, Regan,
acá arriba! –Me gritó alguien. Volteé hacia arriba, esperando a alguien
asomándose por encima de la barandilla de cristal. Pero nadie–. ¡No torpe,
acá abajo! –me gritó alguien de nuevo–. Aquí –y entonces apoyó la mano en mi
hombro por detrás. Era Hunter, su mano era enorme, fácil de reconocer–. ¿Ves
esto? ¡La fiesta del año! –me gritó en el oído izquierdo–. ¡Mi cumpleaños!
–volvió a gritar.
Noté que
Hunter ya estaba con su menté en las nubes.
–Ya estás
colocado. ¿Cierto? –le pregunté lo obvio.
–¿Qué? Si,
pero esto a penas comienza –dijo con una risita nerviosa.
Esta clase
de cosas si que cambian a Hunter.
Sábado 29 de Enero del 2011
10:00 A.M.
Abrí los ojos lentamente. La luz del sol me caló así
que los volví a cerrar. Coloqué mi mano sobre mi frente y me puse a pensar en
todo lo que pude haber hecho ayer, tal vez podía recordar algo, pero nada de
nada. Seguramente fue una buena noche.
–Dios, mi
cabeza –me quejé.
Abrí los
ojos de nuevo, y me puse de pie. Observe a mí alrededor. Sí, estaba hecho un
desorden. Caminé tratando de no pisar las botellas de diferentes bebidas que
había en el suelo, cajetillas de cigarrillos y algunas cosas no identificadas,
o más bien, incómodas de mencionar. También había unos chicos ahí acostados en
el piso, durmiendo, también traté de no pisar a ninguno. Salí de una
habitación. Ni idea de quien era, pero no era de Hunter. Salí de la habitación
y lo único que vi fue más desorden. Baje las escaleras, y caminé hacia la
cocina, tal vez era el único despierto. Pasé por la cocina, el comedor, y salí
al jardín trasero. Al pie de la piscina estaba Meghan, la reconocí por su
cabello, largo, rubio y ondulado.
Me senté
junto a ella.
–Hola –la
saludé.
Metí mis
pies dentro el agua, estaba fría. Sus pies también estaban en el agua.
–¿Desde
cuándo me hablas? –me preguntó.
–Desde que
eres la única persona despierta en esta casa –le contesté–. ¿Recuerdas algo
sobre ayer? –Le pregunté–. ¿Sobre mí? –especifiqué.
–Bueno…
–dudó–. Dijiste algo –mencionó.
–¿Si? ¿Qué
dije? –le pregunté con interés.
–No lo sé.
Sólo que tú y Jade comenzaron discutir, en serio, parecía muy enojada y tú
estabas en las nubes, como Hunter, no me sorprende que hayas dicho alguna
estupidez –dijo riendo–. Ah, tal vez alguien haya tomado fotos, checa en
Facebook mañana o hoy en la tarde –me aconsejó–. Se fue después de eso. Pero a
nadie le importó, la fiesta siguió, a ti tampoco te importó –me continuó
informando–. Estabas muy divertido haciendo otras cosas.
–Debería
llamarla –le dije.
–No lo hagas
–me pidió. Después hubo un silencio extraño–. Ustedes son como la pareja
perfecta, y esta discusión es muestra que son una pareja más que perfecta.
–¿Qué? –le
pregunté–. Eso no tiene sentido.
–Los he
observado, cuando ella está triste, sólo te voltea a ver y dibujas una sonrisa
en su rostro, igual tú. Es como si supieran que todo está bien cuando están
juntos. Son una pareja perfecta, pero cuando discutieron ayer fue gracioso
verlos, porque nunca discuten, lo hicieron de una manera diferente a las demás
parejas, ella se fue enojada, pero sé que estará bien después de que tú le
digas que tiene unos bonitos ojos o que es hermosa –me dijo–. Son una obra
maestra, ustedes en serio tienen un autentico amor adolescente.
–Si –le dije
con una sonrisa–. Estoy enamorado.
–Lo sé
–entonces me volteó a ver–. ¿Estabas enamorado de mi también? –me preguntó.
No supe que
responder a eso.
–No lo sé
–le contesté incómodo.
Sentí como
sus pies rozaron los míos.
–¿No lo
sabes? –me preguntó decepcionada.
–Sí, lo sé
–corregí–. Si, te quería, y si, lo más probable es que estuviera enamorado de
ti, pero fue por unos pocos meses porque en realidad me heriste cuando te
marchaste sin decir adiós –le dije–. Fue totalmente inesperado como todo acabó.
–No lo hice
con esa intención –me dijo. Entonces alejé mis pies de los suyos. Ella pasó su
mano por su frente para apartar el cabello que caía por ésta–. Bien, ya estamos
a mano.
–¿Qué? –le
pregunté confundido.
–Es
increíble que todavía no lo hayas notado –se dijo a si misma–. Cuando estoy
cerca de ti actúo diferente –se puso de pie y se volvió a pasar la mano por la
frente, acomodando el cabello que nuevamente había caído por su frente y
después se acomodó la blusa. Trataba de no darle mucha importancia a esto, lo
notaba, pero no podía evitarlo–. Y nunca le diría esto a un chico, no tendría
el valor suficiente para hacerlo. Y no sé porque te lo voy a decir a ti. Se me
rompe el corazón cada que te veo con Jade, cada que hablo con Jade porque sé
que ella está contigo y está enamorada de ti y tú de ella. Es así como estamos
a mano –me explicó.
–No, tú
no... pero yo ya no… vamos, eso fue hace años. No puede ser que después de todo
eso…
–Puede ser
que si. De hecho, es de esa manera –me interrumpió. Yo me puse de pie también y
la miré, no sabía que decir o hacia donde moverme, o como moverme–. ¿Pero sabes
qué? Olvídalo, todo lo que te dije. No importa. Quiero ser amiga de Jade, y no
sé si esta se la mejor manera de que confíe en mí, pero por favor, no le digas
nada de todo esto–me pidió.
–No
planeaba hacerlo –le contesté.
3 comentarios:
Tanto q Meghan qeria ser amiga de Jade ¬¬ eso no se hace!!
No puede decirle eso a Reghan ¬¬
aiiii la odio :O
Pero tu historia me encanta jaja
Espero el proximo!!Me gusto mucho este cap.!
Besos!♥~
wow, simplemwnte.. genial! no puedo esperar por el proximo cap. por favor escrbe pronto que me encanta tu historia...
Hola MaR! Es Ga! No t comento con mi cuenta xq desde hace 2 días no he podido acceder a blogger y bno...
Como Meghan le va a decir eso a Reghan?!? Eso no es precisamente la situación de amistad entre ella y Jade!! Me pregunto si de verdad se habrá peleado con Jade cuando estaba drogado... O si solo es mentira de Meghan...
Bno, publica pronto, me estaré pasando. Bye, Ga!
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