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8/05/2011

Cap. 25

Regan’s POV
Viernes 28 de Enero
6:00 P.M.

¿Qué es lo qué se hace un viernes por la tarde cuando estás aburrido? ¿Llamar a tu novia? Lo consideraré. ¿Jugar con tu mascota? ¿O pasar tiempo de calidad con tu familia? Y en el último de los casos, ¿hacer la tarea? El aburrimiento es algo con lo que lucho día tras día y esto es lo que hago, preguntarme que hacer cuando no tengo nada que hacer. Esperando, de casualidad que a alguien se le ocurra hacer una fiesta, o llamarme.
     Entonces sonó mi celular. Gracias, Dios, que me escuchas, pensé.
     –¿Hola? –contesté emocionado.
     –Hola. ¿Adivina qué hay esta noche? –era Hunter.
     –¿Una fiesta? –pregunté con una sonrisa de satisfacción.
     –Bravo. ¿Celebrando qué? –me preguntó.
     –¿Celebrando que es fin de semana? –pregunté dudoso.
     Esperé una risita o algún gesto de gracia por parte de Hunter, pero lo único que recibí a cambio fue un:
     –Muy gracioso. ¿Qué te has olvidado de mi cumpleaños? –preguntó enojado
     Y rápidamente volteé a ver el calendario que estaba colgado a un lado de mi escritorio. Si, lo había marcado, su cumpleaños.
     –Hunter, tu cumpleaños fue hace tres semanas –le repliqué.
     –Lo sé, lo sé –respondió riendo–. Pero mis papás estaban en la casa. No podía hacer una fiesta como las que suelo hacer, pero este fin de semana han salido ¡Fiesta libre de papás! –exclamó.
     –Eh, las fiestas siempre son libres de papás –le dije
     –Pero mis fiestas libres de papás son las mejores. Trae un regalo, si sabes a lo que me refiero –y colgó.
     –Un regalo, un regalo –repetí para mi mismo imitando la voz de Hunter.
     No me gusta cuando me piden regalos, sobre todo Hunter. Porque los regalos que le tengo que dar a Hunter siempre me salen caros. Siempre hay algún problema. Sobre todo con mi hermano, quien cada vez me sorprende tomando, fumando, e incluso en peores e incomodas situaciones.

9:00 P.M.

–¿Dónde estás? ¿Dónde estás? –me pregunté mientras sacaba todos los calcetines del cajón.
     Eso, la droga estaba en algún lugar por ahí. Yo… las había guardado hace unos días.
     –¿Qué buscas? –preguntó Alexander entrando en mi habitación.
     Lo volteé a ver. Tenía una clase de sonrisa, como si se estuviese aguantado a reírse.
     –¡Dámela! –le ordené.
     –Hermano, no sé de que hablas –me dijo.
     Me acerqué a él para no tener que gritarle.
     –Sabes de que estoy hablando –le dije.
     –No, no lo sé –me dijo en tono burlón.
     –Las drogas, marihuana, etcétera –le murmuré.
     –Oh. Eso, si claro. La robé ayer –me dijo.
     –¿Por qué? –le pregunté enojado.
     –La planeaba esconder, no quiero que arruines tu vida, Regan. Tienes un gran futuro por delante o eso es lo que papá espera, estaría muy decepcionado si se enterara de todo lo que haces a sus espaldas –me dijo.
     –¿Quién eres? ¿Papá? Además, son solo para divertirnos, mi menté se aleja un poco con esta cosa, pero no arruina mi vida.s
     –¿No? ¡Cualquier droga arruina vidas! –gritó–. ¡Está matando tus células lentamente!
     –¡Maldita sea, Alex, cállate! –le grité–. Papá está en casa, mamá está en casa, y esto terminará mal si se enteran. Sólo cállate. Estaré bien Sr. que de pronto se preocupa por mí. Ahora dame las drogas y todo saldrá bien. ¿Dónde las tienes?
     –Regan…
     –¿Dónde esta? –insistí.
     –En mi cajón de calcetines.
     –No lo vuelvas a hacer.
     –¿O qué? ¿Le dirás a papá? ¿Qué le dirás? ¿Qué te escondí la droga? Veremos que dice al respecto.
     –Cállate –le dije enojado, y salí de mi habitación.
     De alguna manera, Alexander había ganado.

Cuando llegué a casa de Hunter, no estaba como supuse que estaría. Era aún peor. Estacioné mi coche en el lugar más cercano que pude y caminé hacia su casa, si, no estaba tan cerca. Me abrí paso entre todas las personas que estaban en el jardín delantero, buscando alguna cara conocida. Pero nada de nada; caminé hacia la entrada, y bueno, entré.
     –¡Eh, Regan, acá arriba! –Me gritó alguien. Volteé hacia arriba, esperando a alguien asomándose por encima de la barandilla de cristal. Pero nadie–. ¡No torpe, acá abajo! –me gritó alguien de nuevo–. Aquí –y entonces apoyó la mano en mi hombro por detrás. Era Hunter, su mano era enorme, fácil de reconocer–. ¿Ves esto? ¡La fiesta del año! –me gritó en el oído izquierdo–. ¡Mi cumpleaños! –volvió a gritar.
     Noté que Hunter ya estaba con su menté en las nubes.
     –Ya estás colocado. ¿Cierto? –le pregunté lo obvio.
     –¿Qué? Si, pero esto a penas comienza –dijo con una risita nerviosa.
     Esta clase de cosas si que cambian a Hunter.

Sábado 29 de Enero del 2011
10:00 A.M.

Abrí los ojos lentamente. La luz del sol me caló así que los volví a cerrar. Coloqué mi mano sobre mi frente y me puse a pensar en todo lo que pude haber hecho ayer, tal vez podía recordar algo, pero nada de nada. Seguramente fue una buena noche.
     –Dios, mi cabeza –me quejé.
     Abrí los ojos de nuevo, y me puse de pie. Observe a mí alrededor. Sí, estaba hecho un desorden. Caminé tratando de no pisar las botellas de diferentes bebidas que había en el suelo, cajetillas de cigarrillos y algunas cosas no identificadas, o más bien, incómodas de mencionar. También había unos chicos ahí acostados en el piso, durmiendo, también traté de no pisar a ninguno. Salí de una habitación. Ni idea de quien era, pero no era de Hunter. Salí de la habitación y lo único que vi fue más desorden. Baje las escaleras, y caminé hacia la cocina, tal vez era el único despierto. Pasé por la cocina, el comedor, y salí al jardín trasero. Al pie de la piscina estaba Meghan, la reconocí por su cabello, largo, rubio y ondulado.
     Me senté junto a ella.
     –Hola –la saludé.
     Metí mis pies dentro el agua, estaba fría. Sus pies también estaban en el agua.
     –¿Desde cuándo me hablas? –me preguntó.
     –Desde que eres la única persona despierta en esta casa –le contesté–. ¿Recuerdas algo sobre ayer? –Le pregunté–. ¿Sobre mí? –especifiqué.
     –Bueno… –dudó–. Dijiste algo –mencionó.
     –¿Si? ¿Qué dije? –le pregunté con interés.
     –No lo sé. Sólo que tú y Jade comenzaron discutir, en serio, parecía muy enojada y tú estabas en las nubes, como Hunter, no me sorprende que hayas dicho alguna estupidez –dijo riendo–. Ah, tal vez alguien haya tomado fotos, checa en Facebook mañana o hoy en la tarde –me aconsejó–. Se fue después de eso. Pero a nadie le importó, la fiesta siguió, a ti tampoco te importó –me continuó informando–. Estabas muy divertido haciendo otras cosas.
     –Debería llamarla –le dije.
     –No lo hagas –me pidió. Después hubo un silencio extraño–. Ustedes son como la pareja perfecta, y esta discusión es muestra que son una pareja más que perfecta.
     –¿Qué? –le pregunté–. Eso no tiene sentido.
     –Los he observado, cuando ella está triste, sólo te voltea a ver y dibujas una sonrisa en su rostro, igual tú. Es como si supieran que todo está bien cuando están juntos. Son una pareja perfecta, pero cuando discutieron ayer fue gracioso verlos, porque nunca discuten, lo hicieron de una manera diferente a las demás parejas, ella se fue enojada, pero sé que estará bien después de que tú le digas que tiene unos bonitos ojos o que es hermosa –me dijo–. Son una obra maestra, ustedes en serio tienen un autentico amor adolescente.
     –Si –le dije con una sonrisa–. Estoy enamorado.
     –Lo sé –entonces me volteó a ver–. ¿Estabas enamorado de mi también? –me preguntó.
     No supe que responder  a eso.
     –No lo sé –le contesté incómodo.
     Sentí como sus pies rozaron los míos.
     –¿No lo sabes? –me preguntó decepcionada.
     –Sí, lo sé –corregí–. Si, te quería, y si, lo más probable es que estuviera enamorado de ti, pero fue por unos pocos meses porque en realidad me heriste cuando te marchaste sin decir adiós –le dije–. Fue totalmente inesperado como todo acabó.
     –No lo hice con esa intención –me dijo. Entonces alejé mis pies de los suyos. Ella pasó su mano por su frente para apartar el cabello que caía por ésta–. Bien, ya estamos a mano.
     –¿Qué? –le pregunté confundido.
     –Es increíble que todavía no lo hayas notado –se dijo a si misma–. Cuando estoy cerca de ti actúo diferente –se puso de pie y se volvió a pasar la mano por la frente, acomodando el cabello que nuevamente había caído por su frente y después se acomodó la blusa. Trataba de no darle mucha importancia a esto, lo notaba, pero no podía evitarlo–. Y nunca le diría esto a un chico, no tendría el valor suficiente para hacerlo. Y no sé porque te lo voy a decir a ti. Se me rompe el corazón cada que te veo con Jade, cada que hablo con Jade porque sé que ella está contigo y está enamorada de ti y tú de ella. Es así como estamos a mano –me explicó.
     –No, tú no... pero yo ya no… vamos, eso fue hace años. No puede ser que después de todo eso…
     –Puede ser que si. De hecho, es de esa manera –me interrumpió. Yo me puse de pie también y la miré, no sabía que decir o hacia donde moverme, o como moverme–. ¿Pero sabes qué? Olvídalo, todo lo que te dije. No importa. Quiero ser amiga de Jade, y no sé si esta se la mejor manera de que confíe en mí, pero por favor, no le digas nada de todo esto–me pidió.
     –No planeaba hacerlo –le contesté.

3 comentarios:

luciana dijo...

Tanto q Meghan qeria ser amiga de Jade ¬¬ eso no se hace!!
No puede decirle eso a Reghan ¬¬
aiiii la odio :O
Pero tu historia me encanta jaja
Espero el proximo!!Me gusto mucho este cap.!
Besos!♥~

jad dijo...

wow, simplemwnte.. genial! no puedo esperar por el proximo cap. por favor escrbe pronto que me encanta tu historia...

Anónimo dijo...

Hola MaR! Es Ga! No t comento con mi cuenta xq desde hace 2 días no he podido acceder a blogger y bno...
Como Meghan le va a decir eso a Reghan?!? Eso no es precisamente la situación de amistad entre ella y Jade!! Me pregunto si de verdad se habrá peleado con Jade cuando estaba drogado... O si solo es mentira de Meghan...
Bno, publica pronto, me estaré pasando. Bye, Ga!