Tony’s POV
Lunes 17 de Enero
3:15 P.M.
Esto no debería estar ocurriendo, quiero decir que me
niego a creer que esté pasando. Estoy enojado, pero a la vez herido, todo en
menos de un segundo en lo que me daba cuenta de lo que en realidad estaba
ocurriendo, pero creo que mi furia es más que el dolor que provocó saber que
Alexandra me había estado mintiendo por quién sabe cuanto tiempo. No cabe duda
por la cuál me cuesta trabajo admitir que en realidad estoy enamorado de
alguien cuando al final lo único que harán es romperte el corazón.
–Tony,
tenemos que hablar de muchas cosas –me dijo Alexandra.
–Si, tienes
varias cosas que explicarme –le dije.
–Tenemos un
problema –me dijo y volteó a ver a Liam, él asintió, como si le estuviera dando
permiso de proseguir con lo que tenía que decir–. Estoy, claramente, enamorada
de otra persona –me dijo–. Pero ese no es el único problema.
–Está bien.
Somos amigos, ¿cierto? Podemos ser amigos, déjalo así –le dije sarcástico.
–¿Estás
bromeando, cierto? –me preguntó indecisa.
–Claramente
–le contesté–. Tú cometiste el error, ahora explícalo –le demandé. Ella se
quedo callada–. ¿Piensas decir algo, o mejor me largo de aquí? –la presioné.
–Tony estoy
embarazada –me confesó de golpe, al principio me sorprendí, pero después me
tranquilicé sabiendo que lo más probable es que sea de Liam, no mío.
–Olvídalo.
No me involucres en tus problemas ahora porque ese bebé no es mío. ¿O dirás lo
contrario? –le pregunté.
–No –me
contestó.
Llegando a casa me encontré a mi papá en la sala
leyendo el periódico, lo cual me resultó extraño porque él siempre está
trabajado a esta hora, pero me pareció conveniente, aunque él no necesita
necesariamente saber esto, quiero que lo sepa sólo para desquitar y soltar todo
lo que tengo adentro, porque en realidad no es algo que me pueda guardar para
mi mismo. Estoy enojado, abatido y le tenía que decir todo esto a alguien.
¿Quién mejor que mi papá?
–Hola, Tony
–me recibió con una sonrisa al verme pasar–. Ordené pizza, ¿comemos?
–Que bien
–fue lo único que le pude decir, y entonces me senté en el sofá.
–¿Qué te
ocurre? –me preguntó preocupado.
–Estoy
cansado –le mentí.
–No me
mientas, te conozco –me dijo–. Yo diría que es algo más.
Me quede
callado unos minutos, y después lo solté todo de golpe:
–Alexandra
está embarazada –le dije. Él se quedó callado un momento, supongo que asumió
que es mío–. Y lo peor no es eso. El bebé no es mío –terminé de decir.
–¿Eso es lo
peor? –me preguntó–. Hijo, eso es la mejor parte de la historia. No es tuyo,
punto y final, prosigamos, sé que eso no es todo, sé que como el bebé no es
tuyo, significa que Alexandra…
–Me engañó
–completé mi oración–. Con el asistente de su papá –añadí. Pero tenía que
decirle más. Tenía que desahogarme–. Alexandra ya no es asunto mío. Es de Liam,
y que esté embarazada es su problema. Pero pobre tipo, le dobla la edad y ni
siquiera le pasa por la cabeza de que puede ir a la cárcel por eso.
–¿Es mayor
de edad? –preguntó mi papá sorprendido –Vaya lío. Que bueno que no estés
involucrado—
–Pero lo
estoy –lo interrumpí–. Ella era mi novia.
–Entonces
sigue siendo tu problema, te estás contradiciendo –me dijo mi papá.
–¿Podemos
comer ahora? –le pregunté cambiando de tema–. ¿De qué es la pizza?
Miércoles 19
12:30 P.M.
En la hora del receso actuaría como si nada hubiera
pasado el lunes ni el martes. Para este día ya todos sabrían lo que había
pasado entre Alexandra y yo, no el porqué, pero sabrían lo que había pasado, y
en pocos meses notarían el problema de Alexandra. Me senté en la mesa, todos se
me quedaron viendo, como si no debiera sentarme con ellos. Pero yo sólo observé
a Alexandra, agarré mi hamburguesa y le di un mordisco.
–¿Por qué me
ves así? –me preguntó incomodada–. Si me dejaras explicarte…
–No quiero
explicaciones –le dije–. Lo hecho, hecho está y así estoy bien o solía estarlo,
pero como veo que a todos ustedes les incomoda mi presencia, me voy –entonces
deposité mi hamburguesa de nuevo y agarré mi bandeja–. Los veo a todos por ahí,
me alegro de saber que todos están del lado del que hace daño, mis amigos –les
dije remarcando la última palabra–. ¿Saben? ¡Ella no es la única que está
sufriendo!, alguno de ustedes pudo haberme preguntando qué estaba mal conmigo,
pero a nadie le importó ni le importo, así que supongo que me voy –les dije
enojado, me puse de pie y me fui de ahí. Caminé hacia una mesa de chicas, no sé
porque hice eso exactamente, pero lo hice. Llegué y me senté entre ellas, las
cuales, al parecer, no les molestó realmente mi presencia–. Hola, señoritas
–las saludé con una sonrisa mientras me sentaba.
Mi intención
no es afectar a Alexandra ni mucho menos, además de que mi intento sería en
vano. De pronto, llegó Hunter y se sentó a mi lado, sonriendo.
–Yo estoy
bien –dijo Hunter–. Y yo si estoy de tu lado, amigo –me dijo.
Las chicas
solo se nos quedaron viendo, fue incomodo, tengo que admitirlo, lo fue. Pero no
había más mesas. ¿Y que mejor que el equipo de animadoras? Claro que faltaba una,
Jade, pero tenía una enemistad con Meghan, por lo tanto, no se sienta en esta
mesa.
–Esta mesa
es exclusiva de animadoras –nos dijo Meghan.
–¿Desde
cuándo? –le pregunté–. Es sólo una mesa.
–¿A quién
quieres dar celos? –preguntó.
–A nadie –le
contesté.
–¿Tú y
Alexandra siguen juntos? –preguntó.
–Situación
complicada –contestó Hunter.
–¿Qué tan
complicada? –preguntó.
–Muy
complicada –le contesté.
–Lo he
escuchado, Tony –me dijo.
–¿Qué cosa?
–pregunté confundido.
–El lunes, a
la hora de la salida. Olvidé algo en los vestidores de chicas y pasé justo en
el momento en que Alexandra lo confesó todo. Están en problemas –me dijo–. Lo
sé todo. Y no sé, pienso que sería divertido si se lo digo a todo el
mundo.
–No lo
harías… –murmuró Hunter.
–No sabes de
que hablamos, Hunter –intervine.
–Lo sé, pero
ese dialogo es cliché, supuse que lo que tenía que decir en esta situación
–dijo, actuando como un niño pequeño, todos en la mesa suspiraron impacientes.
Viernes 21
5:00 P.M.
–¡Anthony, ve a abrir la puerta! –me ordenó mi papá desde el piso de
abajo.
–¡Tú estás
abajo, ábrela tú! –le repliqué.
–¡Estás
castigado… sin coche un mes! –me amenazó. Entonces bajé enojado y abrí la
puerta abruptamente, sólo para encontrarme con la cara de Alexandra, la observé
un segundo y le cerré la puerta en su cara–. ¿Quién es? –preguntó mi papá.
–Nadie –le
dije–. ¡Sólo quieren molestar! –grité.
Lo hice a
propósito así Alexandra escuchaba a través de la puerta.
–¡Tony! –me
gritó Alexandra mientras tocaba la puerta insistente–. ¡Por favor abre!
Suspiré. No
soy tan malo para cerrarle la puerta en la cara a alguien.
–¿Qué
quieres? –le pregunté mientras abría la puerta de nuevo.
–Quiero
hablar contigo –me pidió.
–Estás
hablando conmigo –le dije.
–Déjame
explicarte lo que paso, como debe ser.
–No sé si
pienses que soy estúpido o algo así, comprendí la primera vez que me lo
explicaste todo: nunca me quisiste, desde que comenzamos a salir ya veías a
Liam como más. Y estás embarazada y no es mi bebé. Lo comprendí todo –le dije.
–Yo si te
quise, pero tú me ignoraste durante esos dos meses. ¿Qué querías que hiciera?
¿Qué me privara de ver a otras personas? –me preguntó–. No, Tony.
–Bien, ahora
échame la culpa –le dije enojado–. Y si me querías, me hubieras esperado. Yo te
dije desde un principio que te quería, me hubieras dado algo de tiempo. Pero
sólo usaste ese tiempo para reemplazarme.
–No es culpa
de nadie. Sólo quiero que sepas que podemos ser amigos –me dijo.
–¿Sabes? Di
mi todo por ti, y en pocas palabras, no te importó. Todo vino de repente,
todavía no me lo creo, y si pudieras sentir lo que siento… –suspiré–. Mira,
déjame. Seremos amigos, sólo lárgate de aquí –le pedí.
–Eso no es
muy convincente, si fuéramos amigos no me estarías corriendo –me acusó.
–Si no
fuéramos amigos no estarías aquí –le dije.
–Bien, me
voy. Te quiero, como amigo –me dijo.
–Bien,
vete. Te amo –le dije.
–Tony… –se
quejó–. No me hagas sentir culpable sobre esto.
–Bien,
entonces vete, te odio –cambié la última palabra.
–Tampoco
quiero que digas eso –suspiro impaciente–. Te quiero, como amigo, nunca va a
cambiar, y deseo que podamos ser amigos, en serio, sé que las cosas no
terminaron bien, pero me encantaría poder seguir hablando contigo.
–Sólo han
pasado dos días. ¿Crees que ya lo acepté? Claro que no, yo estaba enamorado, no
tienes idea de lo que se siente tener el corazón roto. Y te estoy viendo, si
tú, la que lo rompió y eso duele aun más –le expliqué.
–Sólo quiero
que digas que podemos ser amigos –me dijo–. En el futuro.
–Mejores
amigos por siempre, ahora vete –entonces cerré la puerta.
Amigos es
solo otra mentira convertida en verdad que hace que se me rompa más el corazón.
No puedo.
2 comentarios:
wooow pobre tony
ya de fijo es de liam??
woooow que capitulo mas buuuum!!
me encanto lo que dijo hunter
:)
u.u pobre Tony :c
Tiene que haber alguien para el... yo lo se (?)
xD si al principio no entendia cuando decir ''que Zac Efron se peine'' pero despues de repetir lo mismo 15 veces lo entendi e.e
Siguela cuando puedas♥ :D
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