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7/08/2011

Cap. 23


Tony’s POV
Lunes 17 de Enero
3:15 P.M.

Esto no debería estar ocurriendo, quiero decir que me niego a creer que esté pasando. Estoy enojado, pero a la vez herido, todo en menos de un segundo en lo que me daba cuenta de lo que en realidad estaba ocurriendo, pero creo que mi furia es más que el dolor que provocó saber que Alexandra me había estado mintiendo por quién sabe cuanto tiempo. No cabe duda por la cuál me cuesta trabajo admitir que en realidad estoy enamorado de alguien cuando al final lo único que harán es romperte el corazón.
     –Tony, tenemos que hablar de muchas cosas –me dijo Alexandra.
     –Si, tienes varias cosas que explicarme –le dije.
     –Tenemos un problema –me dijo y volteó a ver a Liam, él asintió, como si le estuviera dando permiso de proseguir con lo que tenía que decir–. Estoy, claramente, enamorada de otra persona –me dijo–. Pero ese no es el único problema.
     –Está bien. Somos amigos, ¿cierto? Podemos ser amigos, déjalo así –le dije sarcástico.
     –¿Estás bromeando, cierto? –me preguntó indecisa.
     –Claramente –le contesté–. Tú cometiste el error, ahora explícalo –le demandé. Ella se quedo callada–. ¿Piensas decir algo, o mejor me largo de aquí? –la presioné.
     –Tony estoy embarazada –me confesó de golpe, al principio me sorprendí, pero después me tranquilicé sabiendo que lo más probable es que sea de Liam, no mío.
     –Olvídalo. No me involucres en tus problemas ahora porque ese bebé no es mío. ¿O dirás lo contrario? –le pregunté.
     –No –me contestó.

Llegando a casa me encontré a mi papá en la sala leyendo el periódico, lo cual me resultó extraño porque él siempre está trabajado a esta hora, pero me pareció conveniente, aunque él no necesita necesariamente saber esto, quiero que lo sepa sólo para desquitar y soltar todo lo que tengo adentro, porque en realidad no es algo que me pueda guardar para mi mismo. Estoy enojado, abatido y le tenía que decir todo esto a alguien. ¿Quién mejor que mi papá?
     –Hola, Tony –me recibió con una sonrisa al verme pasar–. Ordené pizza, ¿comemos?
     –Que bien –fue lo único que le pude decir, y entonces me senté en el sofá.
     –¿Qué te ocurre? –me preguntó preocupado.
     –Estoy cansado –le mentí.
     –No me mientas, te conozco –me dijo–. Yo diría que es algo más.
     Me quede callado unos minutos, y después lo solté todo de golpe:
     –Alexandra está embarazada –le dije. Él se quedó callado un momento, supongo que asumió que es mío–. Y lo peor no es eso. El bebé no es mío –terminé de decir.
     –¿Eso es lo peor? –me preguntó–. Hijo, eso es la mejor parte de la historia. No es tuyo, punto y final, prosigamos, sé que eso no es todo, sé que como el bebé no es tuyo, significa que Alexandra…
     –Me engañó –completé mi oración–. Con el asistente de su papá –añadí. Pero tenía que decirle más. Tenía que desahogarme–. Alexandra ya no es asunto mío. Es de Liam, y que esté embarazada es su problema. Pero pobre tipo, le dobla la edad y ni siquiera le pasa por la cabeza de que puede ir a la cárcel por eso.
     –¿Es mayor de edad? –preguntó mi papá sorprendido –Vaya lío. Que bueno que no estés involucrado—
     –Pero lo estoy –lo interrumpí–. Ella era mi novia.
     –Entonces sigue siendo tu problema, te estás contradiciendo –me dijo mi papá.
     –¿Podemos comer ahora? –le pregunté cambiando de tema–. ¿De qué es la pizza?

Miércoles 19
12:30 P.M.

En la hora del receso actuaría como si nada hubiera pasado el lunes ni el martes. Para este día ya todos sabrían lo que había pasado entre Alexandra y yo, no el porqué, pero sabrían lo que había pasado, y en pocos meses notarían el problema de Alexandra. Me senté en la mesa, todos se me quedaron viendo, como si no debiera sentarme con ellos. Pero yo sólo observé a Alexandra, agarré mi hamburguesa y le di un mordisco.
     –¿Por qué me ves así? –me preguntó incomodada–. Si me dejaras explicarte…
     –No quiero explicaciones –le dije–. Lo hecho, hecho está y así estoy bien o solía estarlo, pero como veo que a todos ustedes les incomoda mi presencia, me voy –entonces deposité mi hamburguesa de nuevo y agarré mi bandeja–. Los veo a todos por ahí, me alegro de saber que todos están del lado del que hace daño, mis amigos –les dije remarcando la última palabra–. ¿Saben? ¡Ella no es la única que está sufriendo!, alguno de ustedes pudo haberme preguntando qué estaba mal conmigo, pero a nadie le importó ni le importo, así que supongo que me voy –les dije enojado, me puse de pie y me fui de ahí. Caminé hacia una mesa de chicas, no sé porque hice eso exactamente, pero lo hice. Llegué y me senté entre ellas, las cuales, al parecer, no les molestó realmente mi presencia–. Hola, señoritas –las saludé con una sonrisa mientras me sentaba.
     Mi intención no es afectar a Alexandra ni mucho menos, además de que mi intento sería en vano. De pronto, llegó Hunter y se sentó a mi lado, sonriendo.
     –Yo estoy bien –dijo Hunter–. Y  yo si estoy de tu lado, amigo –me dijo.
     Las chicas solo se nos quedaron viendo, fue incomodo, tengo que admitirlo, lo fue. Pero no había más mesas. ¿Y que mejor que el equipo de animadoras? Claro que faltaba una, Jade, pero tenía una enemistad con Meghan, por lo tanto, no se sienta en esta mesa.
     –Esta mesa es exclusiva de animadoras –nos dijo Meghan.
     –¿Desde cuándo? –le pregunté–. Es sólo una mesa.
     –¿A quién quieres dar celos? –preguntó.
     –A nadie –le contesté.
     –¿Tú y Alexandra siguen juntos? –preguntó.
     –Situación complicada –contestó Hunter.
     –¿Qué tan complicada? –preguntó.
     –Muy complicada –le contesté.
     –Lo he escuchado, Tony –me dijo.
     –¿Qué cosa? –pregunté confundido.
     –El lunes, a la hora de la salida. Olvidé algo en los vestidores de chicas y pasé justo en el momento en que Alexandra lo confesó todo. Están en problemas –me dijo–. Lo sé todo. Y no sé, pienso que sería divertido si se lo digo a todo el mundo.
     –No lo harías… –murmuró Hunter.
     –No sabes de que hablamos, Hunter –intervine.
     –Lo sé, pero ese dialogo es cliché, supuse que lo que tenía que decir en esta situación –dijo, actuando como un niño pequeño, todos en la mesa suspiraron impacientes.

Viernes 21
5:00 P.M.

     –¡Anthony, ve a abrir la puerta! –me ordenó mi papá desde el piso de abajo.
     –¡Tú estás abajo, ábrela tú! –le repliqué.
     –¡Estás castigado… sin coche un mes! –me amenazó. Entonces bajé enojado y abrí la puerta abruptamente, sólo para encontrarme con la cara de Alexandra, la observé un segundo y le cerré la puerta en su cara–. ¿Quién es? –preguntó mi papá.
     –Nadie –le dije–. ¡Sólo quieren molestar! –grité.
     Lo hice a propósito así Alexandra escuchaba a través de la puerta.
     –¡Tony! –me gritó Alexandra mientras tocaba la puerta insistente–. ¡Por favor abre!
     Suspiré. No soy tan malo para cerrarle la puerta en la cara a alguien.
     –¿Qué quieres? –le pregunté mientras abría la puerta de nuevo.
     –Quiero hablar contigo –me pidió.
     –Estás hablando conmigo –le dije.
     –Déjame explicarte lo que paso, como debe ser.
     –No sé si pienses que soy estúpido o algo así, comprendí la primera vez que me lo explicaste todo: nunca me quisiste, desde que comenzamos a salir ya veías a Liam como más. Y estás embarazada y no es mi bebé. Lo comprendí todo –le dije.
     –Yo si te quise, pero tú me ignoraste durante esos dos meses. ¿Qué querías que hiciera? ¿Qué me privara de ver a otras personas? –me preguntó–. No, Tony.
     –Bien, ahora échame la culpa –le dije enojado–. Y si me querías, me hubieras esperado. Yo te dije desde un principio que te quería, me hubieras dado algo de tiempo. Pero sólo usaste ese tiempo para reemplazarme.
     –No es culpa de nadie. Sólo quiero que sepas que podemos ser amigos –me dijo.
     –¿Sabes? Di mi todo por ti, y en pocas palabras, no te importó. Todo vino de repente, todavía no me lo creo, y si pudieras sentir lo que siento… –suspiré–. Mira, déjame. Seremos amigos, sólo lárgate de aquí –le pedí.
     –Eso no es muy convincente, si fuéramos amigos no me estarías corriendo –me acusó.
     –Si no fuéramos amigos no estarías aquí –le dije.
     –Bien, me voy. Te quiero, como amigo –me dijo.
     –Bien, vete. Te amo –le dije.
     –Tony… –se quejó–. No me hagas sentir culpable sobre esto.
     –Bien, entonces vete, te odio –cambié la última palabra.
     –Tampoco quiero que digas eso –suspiro impaciente–. Te quiero, como amigo, nunca va a cambiar, y deseo que podamos ser amigos, en serio, sé que las cosas no terminaron bien, pero me encantaría poder seguir hablando contigo.
     –Sólo han pasado dos días. ¿Crees que ya lo acepté? Claro que no, yo estaba enamorado, no tienes idea de lo que se siente tener el corazón roto. Y te estoy viendo, si tú, la que lo rompió y eso duele aun más –le expliqué.
     –Sólo quiero que digas que podemos ser amigos –me dijo–. En el futuro.
     –Mejores amigos por siempre, ahora vete –entonces cerré la puerta.
    Amigos es solo otra mentira convertida en verdad que hace que se me rompa más el corazón. No puedo.  

2 comentarios:

Na Abarca dijo...

wooow pobre tony
ya de fijo es de liam??
woooow que capitulo mas buuuum!!
me encanto lo que dijo hunter
:)

A.S. dijo...

u.u pobre Tony :c
Tiene que haber alguien para el... yo lo se (?)

xD si al principio no entendia cuando decir ''que Zac Efron se peine'' pero despues de repetir lo mismo 15 veces lo entendi e.e

Siguela cuando puedas♥ :D