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3/11/2013

Cap. 89


Alexandra’s POV
Viernes 10 de Agosto
9:10 A.M.

Liam se aprovechó de mi estado esta mañana. Llamó a una hora que sabía que yo estaba dormida pero que contestaría la llamada de cualquier manera. Me preguntó si estaba dispuesta a donar sangre en la campaña de caridad que su trabajo ofrece anualmente. Al principio pensé que me había preguntado si quería acompañarlo y le dije que sí; más tarde cuando me estaba duchando me di cuenta de lo que realmente me había pedido y de lo que yo le había contestado. No quiero decepcionarlo, así que seguiré con esto, aunque nunca he donado sangre en mi vida porque hay una parte de mi que me dice que la sangre debería quedarse en tu cuerpo y no servir en el cuerpo de otra persona, pero bueno, siempre hay una primera vez para todo. Me pregunto qué tan doloroso será.
   –¿Qué te ofreció para convencerte de donar sangre? –me preguntó mi papá mientras disfrutaba el desayuno que yo tendré que saltarme esta mañana–. Yo siempre traté de convencerte de la obra caritativa que significa donar sangre pero nunca aceptaste. Necesito saber su truco –me dijo con una sonrisa y yo lo volteé a ver.
     –Tienes que tomarme desprevenida, él lo usó muy bien –le contesté.
     –Entonces iré a las cuatro de la mañana a tu habitación y te pediré que firmes el documento que dices que donarás tus órganos al morir –me dijo y rió–. Al otro día iré y te pediré que hagas los deberes del hogar, a ver si así obedeces a tu madre.
     –Créeme, después de esto escucharé con más atención a lo que la gente me pide –le repliqué. En eso sonó el timbre–. Debe ser él –mencioné y me paré del banco de la barra de la cocina–. Vuelvo en un rato –les dije mientras agarraba mi bolso. Caminé fuera de la cocina y abrí la puerta. Liam se encontraba en su traje, como si fuera a trabajar–. Pensé que iríamos a donar sangre –le dije y me acerqué a él para darle un beso.
     –Eso vamos a hacer, pero después de esto tendrás que conseguirte un aventón a casa porque yo tendré que ir a trabajar. ¿Eso está bien? –me preguntó.
     –Sí, claro –le contesté y caminamos hacia el carro.

Cuando llegamos al hospital, Liam me guió todo el camino hasta el área donde se supone que me… sacarían sangre. Ugh, no. Tan solo pensar en eso me hace temblar, en serio. Creo que él se dio cuenta de eso y me tomó de la mano.
     –Pareces nerviosa –notó y me volteó a ver.
     –Lo estoy –admití mientras asentía.
     –No lo estés –me dijo y me apretó la manos más fuerte.
     –No me digas qué hacer –le dije y él se me quedó viendo como si lo hubiera ofendido. Sonreí para que entendiera que es una broma–. Te quiero.
     –Yo más –me dijo y levantó nuestras manos entrelazadas para besar la mía.
     Al parecer llegamos a tiempo porque no hay demasiada gente. Algunos saludaron a Liam, deben ser compañeros de su trabajo que también se ofrecieron a dar sangre a gente que la pueda llegar a necesitar en el futuro. De acuerdo, si es una obra buena, pero eso no cambia el hecho de que me hace sentir incómoda ver mi sangre abandonando mi cuerpo de manera involuntaria, ya saben, porque alguien más la está sacando.
     –Disculpe –llamó Liam a la recepcionista del área–. Venimos a donar sangre.
    –Claro –le contestó la señorita con una sonrisa y nos entregó dos tablas con una hoja cada una–. Llenen esto y en seguida los pasaremos para unas pruebas antes de que puedan donar sangre, ¿de acuerdo? –nos dijo y Liam y yo comenzamos a contestar las tablas. Era todo sobre enfermedades que quizás tengamos, claro que todo eso es negativo. Estoy tan limpia como una… no lo sé. Pero estoy segura de que estoy limpia.
     Unos minutos después, Liam y yo entregamos nuestras tablas al mismo tiempo.
     –De acuerdo, pueden pasar –dijo la señorita–. Primera puerta a la izquierda –nos indicó y continuó tecleando sin siquiera prestar atención al formulario que contestamos.
     Liam y yo compartimos unas miradas, la suya emocionada, la mía nerviosa y juntos nos dirigimos hacia donde nos dijo la señorita. Nos pasaron a una habitación con una sola camilla y una señorita entró con una pequeña bandeja con instrumentos.
     –¿Es la primera vez que van a donar sangre? –nos preguntó.
     –Sí –contesté al mismo tiempo que Liam contestó que no.
     –Yo trato de donar anualmente –comentó Liam con orgullo–. Usualmente cuando el trabajo hace campañas y cosas así, pero si no acompaño a mis papás a hacerlo y aprovecho para hacerlo también –platicó y yo lo volteé a ver. Se comenzó a preparar quitándose el saco de su traje y después se desabrochó los botones de la manga de su camisa y se la levantó hasta un poco por encima del codo–. ¿Así está bien? –preguntó y la señorita asintió.
     –¿Tengo que hacer eso también? –pregunté mientras observaba.
     Liam se sentó en la camilla y yo me hice a un lado.
   –Sería lo ideal si te vas preparando, así podremos hacerlo más rápido –me contestó la enfermera y se acercó a Liam con una especie de… liga muy grande, no lo sé. Se la colocó en el bíceps y la apretó–. Vaya, tu vena salta muy rápido –mencionó nerviosa.
     –Debe ser por el esfuerzo –dijo Liam y me volteó a ver. Por algún motivo me sonrojé, pero no pude dejar de ver la aguja de la jeringa acercándose a su brazo, y antes de poder ver lo que seguía, me volteé. Liam se rió por ello–. Que no te miedo, no es nada –me dijo, y cuando volví a voltear la mirada hacia él, ya se estaba acomodando su camisa de nuevo.
   Respiré hondo y me quité mi chamarra. No está haciendo frío, pero siempre que estoy nerviosa me siento como si estuviera dentro de un enorme congelador y se me pone la piel de gallina. Mi blusa es de tirantes, así que no hubo necesidad de hacer nada más. Me senté en la camilla y ahora fue Liam quien se alejó un poco para darnos espacio. La enfermera se acercó a mí e hizo exactamente lo que le hizo a Liam. Para no tener que mirar, cerré los ojos y pensé en otras cosas, en lo que sea con tal de no tener que sentir…
     –¡Ouch! –exclamé dolorida y abrí los ojos para ver mi brazo. La enfermera estaba sonriendo, probablemente disfrutando de mi reacción exagerada.
    –Eso es, en seguida vuelvo –dijo la enfermera y se llevó los frascos que contienen nuestra sangre. Volteé a ver a Liam y también estaba sonriendo.
     –¿Qué? –le pregunté con una sonrisa tímida y él se encogió en hombros.
    –Nada –me contestó–. Solo que… te ves tierna cuando estás nerviosa –me dijo y se paró detrás de mi en la camilla, colocó sus manos sobre mis hombros y comenzó a hacerme una clase de masaje. Al contacto de sus manos con mi piel me estremecí al instante–. Vaya, estás bastante estresada –me susurró en el oído y me besó en el cuello. Tuve que respirar lentamente para evitar emocionarme demasiado y por ende, transpirar mucho. Liam prosiguió besando mi cuello hasta mis hombros, pasó sus manos por mi cintura y me envolvió en sus brazos, pegándome hacia él.
     –Liam… –lo interrumpí con dificultad–. ¡Liam! –exclamé alzando la voz y lo empujé un poco hacia atrás–. Estamos en un hospital –lo regañé en un murmuro.
     –¿Y? –me preguntó–. Me gusta la espontaneidad –me dijo con un tono de voz traviesa y me intentó abrazar de nuevo, pero me paré de un salto para alejarme de él.
   –No, la enfermera podría regresar en cualquier momento –le advertí y él rodó los ojos impaciente–. Lo siento –me disculpé por arruinar su atmósfera otra vez.
     –No importa, tienes razón –me dijo y se sentó en la camilla, claramente decepcionado. Y mi predicción estuvo bien. Alrededor de veinte minutos después la enfermera entró al cuarto leyendo una hoja y después la siguiente–. ¿Estamos saludables? ¿Ya podemos pasar al siguiente paso? –preguntó sonriente y me volteó a ver, después a la enfermera otra vez.
     Ella levantó la mirada con su frente arrugada, parecía preocupada.
     –Bueno, tú sí –le contestó a Liam–. Pero tu novia no puede.
     –¿Qué? –preguntó Liam confundido y yo me puse alerta.
    –Por lo que puedo ver… –dijo repasando la hoja una vez más y me volteó a ver–. Felicidades, estás embarazada –anunció y me ofreció una pequeña sonrisa. Me perdí en sus labios pronunciando la palabra y no pude hacer o decir nada, simplemente miré a Liam y él tenía la expresión igual de vacía que la mía, o eso pretendió hasta que las orillas de sus labios se curvearon para formar una casi-inexistente sonrisa.
     –Debe… debe haber un error –dije desesperada y me acerqué a la enfermera, le arrebaté las hojas de la mano y las comencé a leer–. Debiste haberte equivocado de reporte.
    –Lo siento, pero no lo hice –se disculpó–. Y estas son las pruebas más seguras que hay, puedes saber al otro día del encuentro sexual si estás embarazada –me explicó–. ¿No recuerdan cuando fue la última vez que intimaron? –nos preguntó.
     –Fue… fue hace como cinco días –contesté dudosa–. Pe-pero…
    –Los dejaré un tiempo a solas y regresaré para continuar –dijo dirigiéndose a Liam y éste asintió. Ella nos ofreció una ultima pequeña sonrisa y abandonó la habitación.
     Liam y yo permanecimos callados unos minutos hasta que él rompió el silencio.
    –Estará bien –me dijo y se acercó a mí. Yo seguía congelada en medio del cuarto–. Alex, estará bien –repitió y me envolvió en sus brazos. Dejé que me abrazara, pero mis brazos permanecieron a mis costados. Sentí las lágrimas cayendo por mis mejillas.
     –Es fácil decirlo para ti porque es lo que quieres –le repliqué y lo empujé hacia atrás–. Una gran familia, y entiendo si quieres cumplir tu sueño conmigo, pero ¿qué hay sobre mi futuro, Liam? –le pregunté con un nudo atascado en mi garganta–. ¿Qué hay sobre mis planes? ¡No puedo ir a la universidad si tengo que cuidar a dos bebés! –exclamé desesperada–. No quiero que el tiempo pase y no hacer nada al respecto…
     –Pero tendrás que hacerlo –me dijo–. Tendrás que hacer tus sueños a un lado por un rato, pero irás y harás lo que siempre quisiste hacer, te lo prometo –trató de tranquilizarme e intentó acercarse a mí para abrazarme otra vez, tomó mi rostro entre sus manos y limpió las lágrimas con su pulgar y me sonrió–. No voy a dejar que esto arruine tus planes, lo juro. Nunca serás muy grande para ir, y no vas a abandonar tu sueño. ¿De acuerdo?
     –¿Qué sueño? –le pregunté–. No tengo ningún sueño, jamás te he dicho sobre…
     –Pero lo sé, ¿de acuerdo? –me interrumpió–. Sé lo que quieres ser y hacer; y lo vas a lograr porque me tienes a tu lado y no te voy a dejar ir, te voy a ayudar en todo lo que pueda, como siempre he tratado de hacer y no dejaré de hacerlo ahora ni nunca, y harás todo lo que necesitas hacer… pero espera un poco, los baches surgen a mitad del camino, pero te prometo que jamás habrá uno tan grande que te impida cumplir lo que quieres lograr –me prometió y yo asentí. Él medio sonrió–. Te amo, siempre lo he hecho, solo ten presente eso.
    –Ojalá y eso resolviera las cosas –le dije, pero le ofrecí media sonrisa, para que supiera de alguna manera que yo siento lo mismo–. ¿Pero cómo le voy a decir a mis padres ahora? La primera vez fue difícil, esta lo tiene que ser más –me preocupé–. Estarán tan devastados. Mi papá pensará que fracasó en su único más grande objetivo: evitar que precisamente esto pasara; y mi mamá pensará exactamente lo mismo. Piensa que no es una buena madre, que no es un buen ejemplo a seguir, eso solo reafirmará sus miedos. Pensarán que no pudieron criarme para evitar el futuro que ellos fueron forzados a seguir.
    –Eso no es cierto –objetó Liam, pero no dijo nada más porque sabe que es verdad–. Al menos estarán orgullosos sabiendo que tomas responsabilidad por tus acciones, incluso cuando éstas fueron erróneas. Eres una buena madre y fuiste una buena estudiante, jamás renunciaste a ninguno de tus deberes, y creo que eso también tiene que contar. Sólo diles a tiempo como la última vez y todo saldrá bien –me aconsejó y me abrazó nuevamente y esta vez le devolví el abrazo–. Todo estará bien –repitió y me besó en la mejilla–. Te quiero.

Lunes 13

Cosas que no son planeadas pasan. Lamento que cuando Hailie se pregunte si fue planeada o no, sabrá la respuesta, pero al menos sabrá que fue recibida con cariño, y de eso hace exactamente dos años. Su segundo cumpleaños, suena tan poco y es demasiado. Ella está creciendo, un año más y podrá ir a preescolar. Es tan emocionante ver como alguien que comenzó siendo una pequeña cosa dentro de ti, va creciendo y jamás va a parar de crecer. Y todo esto solo me hace pensar en que voy a volver a vivir este sentimiento en poco tiempo.
     Arreglé a Hailie lo más bonita que pude. Es un día como cualquier otro, excepto por el hecho de que mi mamá insistió en hacer esta pequeña fiesta y celebrar el cumpleaños de Hailie con mi papá, eso es, mi papá va a venir a casa de mi mamá. No será la primera vez, pero nunca es menos incómodo. Liam traerá a sus papás y partiremos un pastel. Será un excelente día, aunque Hailie no esté lo suficientemente consciente de porque lo hacemos.
     Primero llegó mi papá y su esposa y mis hermanos, después llegó Liam con sus papás y su hermano. Mitchell ya no trabaja con mi papá y se mudó fuera de la casa de sus papás, así que cuando voy ya no lo veo. Hoy sería en realidad la primera vez que lo veo desde el incidente en el baile de graduación. Traté de ser amable, pero todavía me siento culpable. Él trató de actuar bien conmigo, pero es claro que todavía guarda una clase de resentimiento.
     –¿Ya las dijiste? –me preguntó Liam en un murmuro cuando todos se distrajeron.
     –No he encontrado el momento –le contesté–. Pero trataré de hacerlo pronto –le aseguré y él asintió. Me besó en la frente y continuó con saludar a mis padres.
     Después de que partimos el pastel, nos reunimos en la sala a charlar un poco. Todos tenían buenas historias que contar y yo un gran secreto que confesar. Pero este no es el momento, no es exactamente una historia agradable que compartir ahora. Liam tenía cargada a Hailie en sus piernas, pero de la nada se la entregó a Mitchell y se puso de pie.
     –¿Puedo tener la atención de todos? –preguntó y agarró su vaso de refresco. Todos dejaron de platicar para prestarle atención. Le dio un sorbo a su bebida y tragó saliva–. Sé que han sido épocas de cambios. Hailie ya cumplió dos años, yo recibí una bonita promoción con lo que fui capaz, con un pequeño empujón, de comprar dos agradables regalos para alguien muy especial para mí, para dos personas, en realidad. Espero que no me mate por no haber pedido su opinión al respecto, suegro –rió un poco mientras miraba a mi papá–. Alexandra y yo acabamos de regresar, pero nosotros no volvimos a comenzar, solo resumimos el juego que pausamos por… problemas técnicos –bromeó–. Y quiero creer que si esta pequeña pausa no hubiera ocurrido, ya habríamos pasado por esto, por eso creo que los dos estamos más que preparados para lo siguiente –anunció y me volteó a ver, me hizo movimiento con la cabeza para que me pusiera de pie. Me confundí al principio pero no pregunté el porqué. Liam tomó mi mano entre las suyas y yo le eché un vistazo rápido a mi mamá, estaba mordiéndose el labio inferior y tenía una sonrisa en su rostro, también estaba conteniendo la respiración. Ya sabe lo que sigue, y yo también–. Me pasé horas preguntándome cómo debía hacerlo, cómo es que debía preguntarle a la persona que más amo en esta vida que permanezca dentro de ella… –dijo sin despegar sus ojos de los míos–. Cariño, todavía no sé cuál es la mejor manera, pero te diré esto una vez más. Tú y Hailie son mi vida, pero necesito que sean parte de ella todos los días, todo el tiempo, y no puedo esperar más a decirte esto así que aquí voy… –respiró hondo, le pasó el vaso a mi padrastro que estaba de su lado y se hincó. Del bolsillo interior de su saco sacó un anillo y me miró. Sus labios estaban temblando, al igual que todo mi cuerpo–. Sé que odias tu segundo nombre pero tengo que decirlo –murmuró–. Alexandra Jordan Booker –me nombró. Volteé a ver detrás de él hacia mi papá, quien estaba mirando con la boca abierta. Miré a Liam nuevamente y le sonreí–. Podemos superar cualquier cosa juntos, eso lo sé –me prometió–. Y no quiero pasar más tiempo imaginando cómo sería despertar todos los días con tu hermoso rostro junto al mío…
     –O sobre el tuyo –murmuró Mitchell y su mamá lo regañó. Yo reí por ello.
     –¿Qué dices? –me preguntó y volvió a tragar saliva–. ¿Quieres… compartir impuestos?
    –Vaya, eso es lo más romántico que alguien me haya preguntado –le dije y él sonrió–. Y digo… ¡sí! –exclamé emocionada y extendí mi mano frente a él. Colocó el anillo en mi dedo anular de mi mano izquierda–. Es hermoso –expresé y él se puso de pie para abrazarme. Nos besamos, todos los presentes dijeron aww. Y fue en resumen perfecto.
     –Le queda a su dueña –me dijo y yo sonreí–. Te amo –y me besó una vez más.
     –Y yo te amo a ti –le recordé y volteamos a ver a Hailie. Liam pasó su mano por mi cintura y me pegó a su costado–. Ahora vamos a ser un familia… incluso más grande.
     –Pero más les vale esperar para agrandarla –me advirtió mi mamá y me jaló del brazo para atraerme a ella, despegándome de Liam sin piedad–. ¡Mi vida, te amo! –exclamó feliz y mi padrastro se unió al abrazo. Pero cuando vi a mi papá en la línea, no quise hacerlo esperar más y me separé a la fuerza de mi mamá–. Claro, olvidé que soy la única –rió.
    –Sí, mamá –dije sarcástica y caminé hacia mi papá. Me abrazó  y hasta fui capaz de dejar escapar una lagrima de la emoción. Él lo notó y me abrazó incluso más fuerte.
     –Lo único que espero es que esta sea la decisión correcta –me dijo y yo asentí.
    –Estoy segura de que lo es, futuro-suegro –le dijo Liam detrás de mí–. Y solo porque una sorpresa no es suficiente…–mencionó, atrayendo la atención de todos por segunda vez–. Recuerden que mencioné dos regalos –me volteó a ver y del bolsillo interno de su saco sacó unas llaves. Me pregunto cuántas cosas le cabrán allá dentro–. Estas son las llaves, no de mi departamento porque ese ya no es mío, si no de nuestra nueva casa –explicó.
     –¿¡Qué!? –pregunté sorprendida–. ¡Tienes que estar jugando! –exclamé.
    –No, no lo estoy –dijo nervioso–. Creo me arriesgué, pero valió la pena –se pasó la lengua por los labios y miró hacia el suelo, pensando–. Ahm… ¿quieres conocerla? –me preguntó al levantar la mirada–. No está muy lejos de aquí, y no es una gran casa pero…
   –Me encantaría –lo interrumpí y salté a sus brazos–. Me encantaría, me encantaría, me encantaría –repetí innumerable veces más entre los besos que le daba. Por alguna razón, sus labios nunca se sintieron tan tiernos o suaves o cálidos, y sus ojos jamás se vieron tan claros como en este momento. Lo único que pude hacer fue disfrutar de lo que estaba viendo y sintiendo porque estoy segura que tardaré algún tiempo en sentirlo así otra vez.

Viernes 23

Por algún motivo nunca llamé a Jade el día que me comprometí o al día siguiente. Creo que la noticia merecía una larga charla que costaría demasiado por teléfono y además merece ser dicha en persona, así que quedé de verme con ella en el café al que siempre íbamos cuando teníamos doce años y durante toda esa época donde solo éramos ella y yo. Pareció muy emocionada por todo, pero hay algo en su expresión que no me deja continuar.
     –¿Qué ocurre? –le pregunté preocupada y ella suspiró mientras jugaba con el popote.
     –No lo sé –me contestó–. Siento que… nos distanciamos un poco –confesó–. No tomes esto de la mala manera porque estoy realmente feliz por ti, pero la última vez que tuvimos una conversación real y sobre Liam, las cosas no iban tan bien. Siento que me perdí en alguna parte y no sé que ha sido de ti, excepto por esto que me estás diciendo. La otra vez dijiste que me llamarías para hablar de ello, pero no lo hiciste y no te vi en tres semanas y de pronto estás… comprometida y a punto de mudarte con Liam.
     –Lo siento –me disculpé apenada–. Estuve ocupada, pero tú tampoco tienes mucho tiempo para mi que digamos, con todo eso de que siempre estás con Marco, creo que dejamos que nuestras relaciones sobrepasaran nuestra amistad. ¿No es así?
     –Sí… –murmuró–. Marco terminó conmigo hace tres semanas –me informó con tristeza.
     –¿Hace tres semanas? –pregunté sorprendida–. Jade, lo siento, no lo sabía…
     –Claro que no, porque estabas demasiada ocupada con Liam –me reprochó–. Pero oye, está bien –me dijo–. Entiendo porque cuidar de esta relación es tan importante.
     –Hubiera llamado de haber sabido, lo prometo –le dije y ella asintió–. ¿Qué más ha pasado? –le pregunté ahora mostrando preocupación como nunca antes. Tiene razón, no nos vimos en tres semanas, pero ha pasado más tiempo de que no hablamos como solíamos sobre las cosas que nos preocupaban. Solo ahora puedo ver a lo que se refiere.
   –Mi mamá está forzándome a convivir con el hombre con el que engañó a papá –me respondió–. Y tú eres mi única amiga que me queda en esta ciudad, oficialmente.
    –Tú también eres mi única amiga, no olvides, mi única mejor y verdadera amiga –le dije y ella sonrió–. Por eso te voy a pedir que seas mi dama de honor –le ofrecí y volteé a verla para analizar su reacción. Sus labios pasaron de formar una mueca a una hermosa sonrisa. La sonrisa de mi mejor amiga–. Quiero decir, si quieres…
     –Claro que sí –aceptó con un rayo de ilusión reflejado en sus ojos.
     –Entonces está hecho –le dije y me puse de pie–. No quiero irme tan pronto, pero tengo cosas que hacer, sobre todo de la boda, tengo que empacar para mudarme con Liam, él en serio no puede esperar ni un minuto más –mencioné–. Y oye, necesito un poco de ayuda con todo esto de la planeación, así que si se te ocurre pasar por mi casa y echarme una mano, créeme, no me quejaría.
     Jade asintió con una sonrisa.
     –Pasaré un día de estos –me aseguró.
     –Bien –le dije–. Adiós, te quiero –me despedí y salí del café.

Sábado 24

Me senté con Liam en el suelo, en medio de la sala ya amueblada de nuestra nueva casa, nuestra nueva casa. Bueno, técnicamente es su casa, pero es nuestro nido de amor, sin ser demasiado cursi. En el fondo una canción se comenzó a escuchar, reproduciéndose desde mi iPod conectado a las bocinas que mi papá me regaló porque jamás las usa.
     –¿Así es cómo imaginaste que sería? –me preguntó Liam y yo miré a mi alrededor.
     –No –le contesté–. Es incluso mejor que tu departamento –le dije y él sonrió.
    –Entonces te gusta –analizó–. ¿No te hace feliz? –me preguntó–. Ver que al fin somos una familia, con un bebé en la lista de espera. Sé que el tiempo no es adecuado, pero en unos años no nos importará eso porque seremos felices –me dijo–. Finalmente felices –corrigió.
     –Finalmente –repetí con una sonrisa–. Creo que podemos decir que esto es lo que sería.
     –Desde nuestro primer beso –me dijo.
     –¿Y envejeceremos juntos? –le pregunté con un pequeño nudo en mi garganta.
     –Creceremos juntos –me contestó–. Y eso es una promesa.

———————————————————————————————————
Y hasta que terminé de escribir este capítulo. Pobre Alex, parece no salir de sus líos pero al mismo tiempo es feliz y ella lo sabe, al igual que Liam. Así que un aplauso a la parejita que estaba destinada a comenzar y terminar juntos.

IUADSD.
CHICAS.
ASODIJSD.

Uff, ni siquiera puedo hablar de la emoción.
Esperen el siguiente capítulo porque en serio…
se arrepentirán de no poder leer otro después.
[si saben a lo que me refiero T_T]

SABEN A LO QUE ME REFIERO.

En fin, gracias a Pao por seguir comentando y lo lamento, la próxima vez no será una broma. Mejor dime lo que no entiendes ahora para poder explicarlo antes de que sea muy tarde . _. ok no.jaja

Hey, hola Beatriz, me alegra que te hayas puesto al corriente a tiempo! Y créeme, me entristece más que a ti . _. ¡Lo sé! Se siente como si fuera ayer que tenía doce años y comencé a escribir esta historia asdisd. Ay, gracias, gracias, en serio me alagas :S jaja :) ¡Pásate pronto otra vez, eh! Ten un buen día! :)

3 comentarios:

Ale dijo...

Awwww que lindooos :D Yo tambien quiero algo asi *snif snif*
El siguiente es el ultimo capitulo??? :OO Noo :'( Amo esta historia...deberia dseguir hasta el fin de los dias y etc. :(

Rommy (: dijo...

OH BITCH I'M CRYING! :')
THIS CHAPTER IS FUCKIN PERECT! *.*
OH SHIT! ♥
MAAAAAAAR! *.*
ooooooooooooooooooooooooooooh :3
no me lo puedo creer *.* de verdad!!! O sea, me lo pensé una y mil veces como sería un cap de ellos ¡pero le diste mil patadas a lo que imaginé! :')
Al principio quedé como wtf o.O ¡¿Cuando malditamente volvieron y yo no me enteré!? :D aksjaksjas y ya luego todo fue :3 *.* .___. :| *O* :') :'D ♥
ohdiosmíodetodoslossantos! ¿EMBARAZADA? Oye yapo' dejen el ñaka ñaka xD :$ ops! jaksjaskajs
Que heavy loco! o.o tan joven y siendo madres .-. ¡pero ella tiene a alguien que la apoye! :')
OhDIOS!
Y él tan feliz que estaba ♥ ohdios' es que ...aaaaaw *.* no lo soporto! :c
Y después............... OHSHITNOWAY!' ♥ ♥ ♥ NO WAY, BITH!
MATRIMONIO +O+ !! Te juro que casi me tiro por mi balcón! .-. OHDIOS! ♥ LIAM CONCHALEVALE, DAME UN HIJO A MI! :$ ♥
OH DIOS ESE HOMBRE ES PERFECTO* !!!
Te juro que no tengo palabras :$ Me mató ♥! Y la mámá de Alexandra lo sabía! *-* awwww! de seguro Liam le preguntó como hacerlo y todo! Oh shit! ♥ :')
PERFECTO! *
Aunque no te negaré que en todo momento estaba alerta porque ya veía que el capitulo se venía a pique con algo malo D: ! PERO NO! ♥ OHYES! *.*
Y el final.... aaaaaaaaaaaaaaaaaw ! ya hueón :c lloro :') ♥
"Y eso es una promesa" *.* fuck! ♥
Después de todas las cosas que tuvieron que pasar para esto *.* Cuando se conocieron y era un amor prohibido jiji :$ la hija, la separacion, el matri de Liam D:, y ahora esto ♥ *.*
Me puedo morir tranquila! *.* Mentira, ¡necesito ver esa maldita boda! :3 ahí puedo pegarme un tiro sin importar nada :)

UUUUUUUUUUUUF! ♥ MAR !
Te amo ¿lo sabes? Depsués de tanto que me hiciste sufrir me regalas este pedazo de capitulo que me mató *.* Será como esos capítulos épicos que despues de algunos meses uno recordara y vendrá a tu blog a buscarlo y lo reelerá con una sonrisa y ese sentiminedo tan agradable ♥ aaw! creéme, yo hago eso :|
En fin, si no te quedó claro:
MAR POR EL AMOR DE LOS DIOSES ESTE CAPITULO ESTUVO MALDITAMENTE PERFECTO, REALMENTE TE SUPERTAS A MONTONEOS Y ME DEJATE BABEANDO POR LIAM ♥ COMO SIEMPRE :$ JIJI *.*

ERES LA MEJOR MAAAAAAAAAAAAAAAAR! :3

Lorna dijo...

Bueno debo decir qe es la primera ves qe comento && pz en vdd no qiero qe acabe, es una de las mejores historias qe eh leido... Creaste una historia realista y a la vez interesante, creo qe eso habla mucho de ti... Te rogaria porqe no acabara pero todo tiene qe acabar..
Recuerdo la primera vez qe encontre tu Blog, hace como un año && simplemente ME ENAMORE de esta historia. Sobre todo de la pareja de Emma y Hunter. Como odia a Meghan y termine amandola, como me puse cuando dijiste qe no saldria mas Tony, que en vdd se me hace alguien tan lindo y tierno. Me hubiera encantado para Jade, pero no. Es mejor como esta escrito.

Yo tambn escribo, desde hace tres años una novela llamada MI VIDA SIN REGLAS y apenas la acabe, pero como ME ENAMORE de lo que escribi decidi hacer como una segunda temporada (no esta en blog)

&& Nunca dejes de escribir, es algo hermoso poder expresarte por escritos, es algo que yo amo hacer y por lo que veo tu tambien. De nuevo FELICIDADES por esta grandiosa historia, debo decir que me identifique con Emma al principio, estaba volviendo anorexica, pero aprendi amarme a mi misma y ahora me siente realmente bn conmigo misma.

Creo qe ya escrubi demasidado jeje,

RECUERDA: nunca dejes de escribir