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4/06/2012

Cap. 57

Emma's POV
Sábado 18 de Febrero
5:00 P.M.

No ha pasado mucho tiempo, pero sí el suficiente para que mis ideas sobre lo que quería que ocurriera en el futuro cambiaran. Visité a mis amigos, a Hunter y pareciera que esa linda despedida que me dio en el aeropuerto, todo lo que me dijo, quedó en el olvido. Me decepcioné en un principio, pero después comprendí, él está pasando por un tiempo difícil y lo que menos debí esperar es que festejara mi llegada. Yo solo causé esa decepción.
     Por otro lado, Isaac. ¿Cómo puedo describir a Isaac? Extraño. Divertido. Maduro. Guapo. Me encanta su sonrisa. Me encanta su cabello. Me encanta su altura. Me encanta la manera en que me hace sentir mejor cuando entro en una incomprensible depresión. Me encanta cuando me abraza y cuando me besa. Y entonces me doy cuenta de que tengo que retroceder porque no puedo dejar que esto ocurra, no quiero que él sea un inconveniente para regresar a mi verdadero hogar, pero me temo que las cosas han avanzado rápido y tal vez ya es demasiado tarde para deshacer todo lo que ya ocurrido. Odio las comparaciones, pero no puedo evitar hacerlas. Lo extraño, extraño a Hunter y su manera de ser, tan despreocupado de todo, extraño como me solía demostrar su amor, la mayoría del tiempo no lo hacía, pero cuando lo hacía, era inigualable, claramente se preocupaba por mí y extraño eso. Aunque Isaac lo hace, pero de una manera más directa que Hunter.
     Justo ahora, estoy sentada en el suelo de mi habitación, recargada en la cama, sosteniendo la fotografía que Hunter me dio justo antes de que me fuera. Extraño su sonrisa, sus cejas, la manera en que éstas se juntan cuando el estrés lo invade o cuando está enojado. Extraño su nariz, que rozaba la mía cada vez que me besaba, y sus ojos, como se enfocaban en mí a través del salón de clase cuando nos sentábamos por separado. También la manera en que medio abría su boca para decir algo, pero después se quedaba pensando, y al final, no decía nada. O cuando sonreía. No tengo ni la menor idea de porque lo extraño, justo ahora, pero desde el día en que volví de Estados Unidos, siento que lo extraño más de lo que debería, ya que, probablemente, él no piense en mi últimamente.
     En eso, el sonido de los pasos de alguien acercándose interrumpió mis pensamientos, guardé la foto debajo de la cama y me puse de pie rápidamente. A mi mamá no le hubiera molestado que yo estuviera sufriendo en silencio, pero Isaac definitivamente me preguntaría algo al respecto y no quería hablarle de Hunter, estamos juntos y definitivamente le heriría si le hablara de él. Abrieron la puerta, era mi mamá, me encontró sentada en el borde de mi cama haciendo absolutamente nada.
     –Isaac está abajo y… –me informó mi mamá, se detuvo al darse cuenta de que algo no estaba bien–. Emma… ¿Ocurre algo? –me preguntó.
     –Extraño a Hunter –le respondí con sinceridad.
     –¿Qué? –me preguntó extrañada–. No lo extrañaste todo este tiempo, ¿por qué ahora?
     –Porque no tenía tiempo para extrañarlo, no había espacio suficiente para extrañarlo, pero ahora que estoy… libre del motivo por el cual vinimos, lo extraño –le expliqué.
     –Volveremos pronto –me trató de consolar mi mamá.
     –¡Pero no quiero dejar a Isaac! –exclamé.
     –Emma, será mejor que… dejes a Isaac a un lado, volveremos y él no podrá venir con nosotras. ¿De acuerdo? No quiero herirte, ni herirlo, es un buen chico, pero ambos tienen que afrontar la verdad de que te irás pronto de aquí –me dijo mi mamá.
     Yo asentí y me puse de pie, salí de mi habitación y bajé las escaleras. Lo vi sentando en un sofá en la sala de estar mientras observaba un cuadro encima de la chimenea.
     –Hola –lo saludé ofreciendo la más forzada sonrisa que he hecho.
     –Hola –me saludó y a diferencia mía, su sonrisa brotaba inmediatamente, no parecía estar forzando nada. El parece ser de esas personas que dice lo que no les gustaba, de esas personas que no se atreven a mentir. No creo que él mereciera pasar por lo que pasó.
     –No te había visto en toda la semana –mencionó–. ¿Cómo has estado?
     –Bien –le mentí y él asintió.
     –Bien –repitió, poco convencido. Me encanta el acento inglés que tiene. Parece tan elegante. Me encanta su cabello y la manera en que lo peina, hacia arriba, con demasiado gel para mantenerlo en su lugar, aunque la mayoría de las veces usa su gorro, cuando no le da tiempo suficiente de peinarse, hoy no fue la ocasión–. ¿Hay algo mal? –me preguntó.
     Dios, no es posible que se haya dado cuenta.
     –Nah –le negué, y él, poco convencido, continuó.
     –¿Quieres salir al cine, al parque, al centro comercial? –me ofreció.
     –El cine suena genial –admití y él sonrió, dejando ver sus dientes, perfectamente blancos.

Habíamos vuelto de las películas. Entramos a mi habitación y él se sentó en la cama, yo caminé hacia el baño, para acomodarme el cabello y arreglarme un poco, aunque no fuéramos a salir a ningún lado.
     –Así que lo extrañas… –mencionó Isaac de la nada, lo cual me extrañó, yo lo volteé a ver y él tenía la foto que había escondido debajo de la cama, la cual seguramente mi mamá había encontrado cuando limpió mi habitación y la dejó encima, inoportunamente. No respondí–. ¿Por qué? –me preguntó–. Él no era bueno para ti, no es bueno para ti –dijo enojado–. ¿Mencionaste que él alguna vez… te dio drogas? ¡Eso es terrible! –me gritó.
     –Lo sé, pero… –tenía razón, no tengo ningún motivo para defender a Hunter sobre eso, pero hay tantas cosas que Isaac no comprendería sobre él–. Tú no lo conoces, él tiene problemas, como tú y como yo…
     –Pero eso no es excusa para hacerte llegar a eso –dijo, alzando la voz.
     –¿Por qué estás tan enojado? –le pregunté confundida.
     –¿Sabes qué? Me voy, tal vez deberíamos hablar de esto después… –dijo más calmado y salió de mi habitación. Escuché cuando azotó la puerta de la entrada al salir.
     Yo me quedé inmóvil en mi habitación. Esto era, justamente, lo que quería evitar.

Viernes 24
6:00 P.M.

Isaac no me ha hablado en una semana, aunque lo encontré en el parque, menuda coincidencia, pero tal vez inconscientemente fui al parque, sé que él los viernes le gusta pasar sus tardes ahí, hacer los deberes del colegio, etcétera, etcétera.
     –Hola –lo saludé y me senté junto a él, ambos recargados en un árbol.
     –Siento lo de la otra noche –se disculpó–. No debería importarme.
     –No, tienes todo el derecho de enojarte –le dije.
     –No, no lo tengo –me contradijo. Ambos nos quedamos callados un rato–. Emma, es real, por lo menos para mi lo es, pero… –hizo una pausa–. Voy a perderte al final –continuó–. Después de todo el tiempo que pasamos juntos y tengo que saber porqué. ¿Por qué te tengo que perder? ¿Por qué nada bueno se queda conmigo, nunca? –preguntó–. Te irás, y yo me quedaré –pronunció lo obvio con pesar.
     –Me quedaría si pudiera –le dije, tratando de reponer algo.
     –Y puedes quedarte, pero no quieres –dijo–. No quiero estar contigo de esta manera si tú no me dices sinceramente que quieres estar conmigo, y entiendo, entiendo lo que tratas de hacer, entiendo que no quieres "más" porque al final te irás y no quiero verte triste, yo tampoco quiero estar triste, es por eso que tengo que alejarme de ti desde ahora, para que no duela después –propuso.
     –No quiero eso –le dije. Isaac se puso de pie.
     –Pero es mejor –me replicó–. Emma, tú y yo sabíamos que esto, eventualmente, pasaría –dijo, y antes de que pudiera decirle algo más, me puse de pie y lo interrumpí.
     –¿Pero me quieres? –le pregunté.
     –¿Cómo eso puede ser una pregunta? –me preguntó.
     –Entonces… me quieres –afirmé.
     –Desesperadamente –terminó.
     –Entonces, ¿por qué estás haciendo esto? –le pregunté–. No quiero perderte.
     –Lo siento –dijo y se dio media vuelta, listo para irse, pero no se fue.
     –¡Faltan meses, podríamos pasar estos meses juntos! –le grité desesperada y fue cuando él comenzó a caminar lejos de mí, alejándose de mí–. ¡Isaac! –le grité y lo comencé a perseguir, pero él iba corriendo más rápido que yo, llevaba su bicicleta y pronto se monto en ella–. ¡Isaac, no lo hagas! –le grité.
     –¡Lo siento! –me gritó, apenas lo alcancé a oír.

Isaac's POV

Seguí andando en mi bicicleta hasta estar seguro de que había perdido a Emma de vista. Después me bajé de mi bicicleta, la dejé caer y me recargué en un árbol a llorar a solas en paz. Sí, la gente mira, pero qué más da, si todo lo que alguna vez pensé que sería mío, se irá. ¿Cómo es posible que nada bueno se quede conmigo, jamás? La necesito, sentirla cerca es no tener que preocuparme por nada más, no querer estar lejos de ella. Parezca o no, tengo un calendario, tacho los días que faltan para que Emma se vaya, y para ese entonces me gustaría no sentir nada por ella, desafortunadamente, ella ya es alguien en mi vida y olvidarla no será tan fácil. Si hay algo que aprendí de esta vida es que, por lo menos para mí, no hay finales felices. Y me equivoqué pensando que mi futuro sería bueno, el amor no es tan bonito como todos los enamorados reclaman que es. Mentiría al decir que soy otro, de alguna manera, sigo viviendo en un agujero. Soy pesimista, lo admito, y tal vez, siempre seré así. No cambiará hasta que alguien me demuestre la manera en que pueda ser feliz a tiempo completo sin que mi felicidad depende de otra persona u objeto.
     –Isaac… –me dijo una voz detrás de mi, era Emma, me siguió hasta aquí. Yo me puse de pie abruptamente y me alejé de ella, pero ella se acercó–. Isaac…
     –¡Tu no me entiendes! –le grité.
     –Lo hago…
     –¡Cállate! –le grité y ella retrocedió espantada, yo me dejé caer en el césped–. Lo siento –me disculpé–. No quería que me vieras de esta manera, eso es todo. Tú no conocías este lado de mi, pero tengo la costumbre de alejar a toda persona que me rodea y si esas personas tienen el valor suficiente para todavía acercarse a mi, las rechazo. Aprendí que en la única persona que puedo confiar es en mi –hice una pausa–. Estoy trabajando en eso también.
     –Isaac, está bien, entiendo por todo lo que has pasado… –trató de continuar.
     –No tienes ni idea –la interrumpí–. Me hiciste quererte.
     Quizá yo no sea él que está hecho para ella, pero ella definitivamente está hecha para mí.
     –Y tú me hiciste quererte –concluyó.

3 comentarios:

jad dijo...

Decídete.... O Emma e Isaac o Emma y hunter, pero tienes que poner alguna pareja para Emma... Alguna con la que ella se pueda quedar...

Alejandra Valle dijo...

Hace muuuuucho que no comento, y tampoco te he leído pero es que no tenía tiempo. Ahorita mismito me pongo al día.
La verdad es que echaba de menos leer tu nove, es adictiva.
Besos

mary dijo...

Pues. ¿Porque esto a Isaac? Yo pensé enserio que no sentiria nada con Emma....Hay ya quiero saber que pasa. Te juro que no se como le haces para escribir tan bien un cápitulo...en poquito tiempo *-*