Seguidores

9/10/2011

Cap. 30

Hunter’s POV
Lunes 21 de Febrero
7:45 P.M.

Caminé por lo pasillos hasta llegar al casillero de Meghan. Ella recibió una tarjeta el día de San Valentín, piensa que puede ser alguien especial, aunque la persona que realmente dejó esa tarjeta, fui yo. No, no porque me guste o siento algo por Meghan, porque no es así. Es una simple broma, somos amigos, y para ser sinceros, ella quería recibir esa carta. Tal vez sólo para darle celos a Regan, y presumir de tener un admirador secreto, aunque la reacción de Regan no fue la que Meghan tenía contemplada, él actuó indiferente en el asunto pues él está con Jade ahora, todos lo saben y todas las chicas le han dejado de insistir, todas menos Meghan, la única que no se dará por vencida, es por eso que no ha logrado trabar amistad con Jade, aunque quiere, pero se contradice… en fin, no sé porque sé tanto de su vida, que creo que yo soy su único amigo por aquí, entonces recurre a contarme todos sus problemas a mi, y no soy malo, pero sus problemas no es que realmente me importen.
     Además lo de la carta lo hice más que todo por Regan, es uno de mis mejores amigos, él no sabe que yo la envié, pero quería probar, tal vez si Meghan se interesaría y pensaría por un momento en otros chicos, pero creo que no funcionó en absoluto, su primera y única opción fue Regan. Es triste, deprimente y complicado… estar enamorada del novia de que se supone debería ser tu amiga, pero no es porque ella sabe que a ti te gusta su novio, y además no terminaron bien la última vez que se vieron.
     –Hola –la saludé al llegar a su casillero. Ella no respondió–. Ya entiendo, así que no me hablarás hasta que te diga quién es tu pequeño admirador secreto. ¿Cierto? –ella se encogió de hombros, indiferente–. Que infantil, Meghan, pero te lo diré –eso la hizo voltear a verme, y sonrió–. Soy yo –le confesé–. Tu patético admirador secreto, pero no me malinterpretes, todo es una  broma, no estoy enamorado de ti –le expliqué.
     –¿Una broma? –me preguntó enojada–. ¿Por qué harías algo así?
     –Relájate, pensé que sería divertido –le respondí.
     –Si,  jugar con los sentimientos de las personas suele ser bastante interesante –me dijo molesta–. ¿Por qué hiciste algo así?
     –Me pareció divertido, y lo hice. No quería lastimarte –le respondí.
     –No me lastimaste –me dijo–. Me decepcionaste –me aclaró.
     –¿Por qué? ¿Por qué no soy Regan? –le pregunté enojado–. Te lo digo como un muy buen amigo que soy, ¡él no te quiere!
     Ella se quedó callada un momento, y después volteó hacia su casillero de nuevo, sacó sus libros y lo cerró bruscamente, me volteó a ver nuevamente.
     –Él me quiere, que no lo admita es un asunto completamente distinto –me dijo.
     Entonces suspiré impaciente.
     –Olvídalo –le dije–. Además… –Pero entonces se escuchó por el altavoz que me llamaron a la oficina del director–. Te veo después –le dije a Meghan, y me dirigí hacia la dirección. No me habían llamado en el año, así que supongo debe de haber un buen motivo para eso.
     –Hunter, pasa a la oficina del director, por favor –me pidió la secretaria.
     Yo entré a la oficina, y me quedé callado un rato, de pie, esperando a que el director me dijera algo, estaba revisando algunos papeles y unos segundos después me volteo a ver y me señaló a la silla frente a su escritorio y me senté.
     –¿Quería verme, director? –le pregunté
     –Si –me respondió–. Quiero hablar contigo sobre algunas cosas.
     –¿Algún problema? –le pregunté preocupado.
     –Desafortunadamente, si –me contestó.
     –¿Qué problema? –le pregunté nervioso.
     –Tus calificaciones –me contestó. Yo no dije nada, esto debe ser malo para que el director llegue a llamarme, ya que normalmente son los maestros, o el consejero escolar. Así que me puse algo tenso–. Hunter, en serio estoy preocupado por tus calificaciones. Tengo tu archivo de lo que llevamos de este año escolar, tu registro de calificaciones, tus asistencias e inasistencias. En ese mes llevas, en algunas clases, más faltas que asistencias, más trabajos no entregados que los entregados y eso no es conveniente si quieres pasar el año, es más, si quieres terminar el año en este colegio.
     –¿Qué quiere decir? –le pregunté preocupado–. ¿Me van a expulsar? –le pregunté alarmado.
     –Eso depende de ti. Tus maestros han hablado contigo. ¿Cierto? –me preguntó. Suspiré y asentí. Me han llamado varias veces, pero no recuerdo nada de lo que me han dicho, supongo que estaba distraído–. Y al parecer no ha servido de nada. ¿Por qué? –me preguntó, pero yo sólo me encogí de hombros–. Hunter, esto es muy serio. Necesitas reponer tus trabajos de este mes, cada uno de ellos, serán sobre menos calificación por supuesto, pero te daremos esa oportunidad.
     –¿Cada uno? –le pregunté sorprendido–. Eso me tomará un mes –objeté.
     –Te debió haber tomado un mes. Ahora tienes una semana –me informó. Yo suspiré, me quite mi gorra de béisbol, pase mi mano por mi cabello, peinándolo, y después volví a ponerme mi gorra con la visera hacia atrás–. Me puse a revisar tus demás archivos, y pude ver que la mayoría del año vas así, y para salvar el año, necesitas terminar este mes y los meses siguientes perfectos. De no ser así, tu entrada para el siguiente ciclo escolar no te será permitida para este colegio. Y cabe mencionar que también son importantes los créditos –me explicó.
     –Haré los trabajos –le dije.
     –Claro que los harás, no había otra opción –me replicó.
     –Y los créditos… ¿cómo puedo conseguirlos? –le pregunté.
     –Con trabajos, proyectos extra, acciones dentro del colegio. La feria de la escuela se viene pronto, bueno, a decir verdad, en dos semanas, ahí podrás ganar varios créditos si pones algún puesto. Mientras tanto puedes hacer proyectos para los maestros, así tal vez consideren darte unos créditos extra –yo asentí y él continuó–. Y, por falta de todas las tareas e inasistencias injustificadas quedas suspendido una semana –me dijo–. Y quedas fuera del equipo de fútbol por bajas calificaciones.
     –No, no me puedes hacer eso. –Le reclamé.
     –Está en el reglamento, Hunter. Y deberías estar agradecido con que sólo sea una suspensión y tu expulsión del equipo de fútbol, porque todas tus faltas, todo lo que no has hecho a través del año ameritan tu expulsión de colegio por insuficiencia. Aunque es algo que no entiendo, sinceramente, en los años anteriores tenías buenas notas, eras uno de los mejores en tu clase, pisándole los talones a tu compañero, Regan y queremos que vuelvas a ese puesto, te estamos dando una oportunidad –me explicó.
     –Como si pudiera lograrlo –Murmuré para mi mismo.

Había atrasado mi llegada a mi casa una hora como mínimo, había quedado estacionado a unas cuantas cuadras de mi hogar, pensando en que le diría a mis papás, porque lo más seguro es que ya hubieran llamado de la escuela. Trataría de inventar alguna excusa, pero lamentablemente, no tengo ninguna para este caso. ¿Qué les puedo decir al respecto? "Lo siento, pero odio el colegio, prácticamente están gastando dinero en nada, y hay cosas más divertidas que hacer. ¡Qué carajo! Soy joven, y esa es mi única excusa". Entonces me enviarán a una escuela militar.
     Estacioné mi camioneta en el garaje, baje, cerré la puerta con delicadeza y abrí silenciosamente la puerta para entrar a la casa, la cerré sin hacer ruido, y caminé de puntillas hacia las escaleras. Mis papás han de estar en la cocina, o en su estudio, o en algún lado en este piso, así que subiría a mi habitación y esperaría a que uno de ellos fuera. Cuando terminé de subir las escaleras, abrí la puerta y sorprendí a mi papá esperándome dentro de mi habitación y entonces comencé a actuar rápidamente como si nada estuviera pasando.
     –Hola –lo saludé mientras dejaba caer mi mochila en el suelo–. ¿Algún problema?
     –¿Crees que soy idiota, Hunter? –me preguntó mi papá molesto.
     Él puede ser muy estricto, pero nunca se había dirigido con una mala palabra hacia mí, esta vez si lo hice enfadar.
     –¿Qué? No –le respondí con una risa nerviosa.
     –¿No? ¿Y tú eres un idiota? –me preguntó.
     –No –le contesté.
     –Entonces explícame, por favor, porque estas haciéndole esto a tu vida –me pidió.
     –¿Haciendo qué? –le pregunté nervioso.
     Mi papá suspiró impaciente.
     –¿Fumas? –me preguntó, yo negué–. ¿Bebes? –volví a negar–. ¿Te drogas?
     –No señor –le respondí.
     –¿Por qué me mientes? –me preguntó.
     No dije nada por un momento. Creo que si tenía algo que decirle a mi papá, este era el momento justo para desahogarme con él por todos sus años de ausencia.
     –Esto no es mi culpa. ¿Sabes? Si ustedes hubieran estado desde el principio conmigo, sino estuvieran constantemente viajando, sino estuvieran fuera de casa todos los días por tantas horas. Si me prestaran más atención se darían cuenta por lo que estoy pasando. Ustedes no tienen idea. Cuando regresan de viaje siquiera se molestan en preguntarme como me encuentro y no les pasa la mínima maldita idea por la cabeza de que estuve en el hospital el día anterior. ¿Por qué? ¡Porque no les importo en lo más mínimo! –le reclamé enojado.
     –¿Qué estás diciendo? Claro que nos preocupamos. Y estamos aquí para ti –se defendió.
     –No lo están. Nunca estuvieron y supongo que nunca lo estarán.
     –¿Por qué dices eso? –me preguntó sorprendido.
     –Porque es la verdad. Dime que en una semana no te irás de nuevo, ¡Quiero escucharlo! Que tú y mamá no se irán de viaje y me dejarán completamente solo por una semana de nuevo. ¿Por qué no me llevan con ustedes? No se imaginan lo que siento cuando ustedes se van. Soy un chico a quien le gusta estar de fiesta en fiesta y no lo niego, pero igual me siento mal cuando no están. Ustedes prácticamente me guiaron hacia el camino equivocado al no estar conmigo. Por ustedes soy como soy, porque estaba solo, conviví con personas equivocadas, todo porque ustedes no estuvieron allí para decirme que estaba mal lo que hacía. Ahora es demasiado tarde para eso –lo seguí acusando.
     –Nunca estamos porque viajamos por cuestiones de trabajo. ¿Para qué? Para que tengas todo lo que tienes, ¡para que tuvieras un buen futuro!, pero lo malgastas de una manera muy estúpida –me replicó.
     –Prefiero tenerlos aquí todos los días a tener un carro lujoso, a tener una gran casa. Prefiero a mi familia, prefiero amor antes de todo lo que tengo. Supongo que me he refugiado en las drogas porque es como dejar el mundo un momento, es como si todo fuera perfecto por un momento, y realmente me hace feliz, pero cuando vuelves a la realidad es una necesidad incontrolable, es horrible. Pero es lo que elijo para no sentirme sólo todo el tiempo –mi papá se quedó callado un momento, no sabía que era lo siguiente, no sabía si diría algo bueno, algo malo, algo reconfortante, algo que me haría enfadar, pero sólo quería que dijera algo–. En serio siento que no estuvieras aquí para mi.
     –Sólo quería que fueras feliz –se defendió–. ¡Quería que lo tuvieras todo!
     –¡Pero no tengo nada! –le grité con un nudo en la garganta.

1 comentario:

vatz99 dijo...

me gusto mucho el cap y hunter me encanta aunque sea un drogata y tal
bueno espero que publiques pronto
nos leemos
besos