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8/18/2011

Cap. 27

Alexandra’s POV
Viernes 04 de Febrero
5:00 P.M.

Después de pensarlo durante unos días, después de convencerme de que todo estaría bien, decidí que le diría a mi mamá de la situación en la que estoy atrapada. Tengo que hacerlo, directamente y sin rodeos, si la verdad saldrá a la luz en unas semanas, ¿para qué posponerlo hasta entonces? Sería mejor que se sepa ahora que después. Respiré profundamente y caminé hasta la habitación del bebé decidida, en la cual me descubriría en unos meses, cuidando de mi propio hijo, o hija.
     –Mamá, necesito hablar contigo –le pedí en cuanto entré.
    –Claro, pero antes me podrías ayudar a cambiar a tu hermano, rápido, lo acabo de bañar, ahora vengo –me pidió y salió de la habitación. Caminé rápidamente hacia el bebé y en lo único que pude pensar es que así serían mis días en unos meses, que ésta sería yo todos los días, cambiando a un bebé, alimentándolo, cuidando de él, verificando que todo esté bien. Le puse su pequeño mameluco y cuando terminé lo cargué para evitar que llorara. Le ofrecí mi dedo, y él lo atrapó entre sus pequeñas manos. Me encanta cuidar de niños pequeños, pero no es lo mismo que sean tus hermanos a que sean tus hijos. Escuché a mi mamá regresar a la habitación–. ¿Ya? –me preguntó–. Ponlo en la cuna, tiene sueño –me ordenó y entonces lo coloqué en la cuna con cuidado, lo observé un momento mientras cerraba sus ojitos lentamente, agradecido por la calma que le brindó el baño. En sólo pensar que ésta pronto sería mi rutina, me alteraba–. ¿Hay algo mal, Alexandra? –me preguntó mi mamá al notar mi comportamiento inusual.
    –No, nada –le contesté. Le ofrecí una de esas grandes sonrisas, de esas cuando estás mintiendo u ocultando algo, pero es obvio que no podía seguir ocultándolo por mucho más tiempo, era ahora o en una semanas y es mejor ahora–. Estoy embarazada –le confesé de golpe, pero me di cuenta que eso había sido a penas un murmullo.
    –¿Qué dijiste? –me preguntó confundida y al notar que no contesté, se acercó a mi–. ¿Qué acabas de decir? –me preguntó de nuevo.
    –Estoy embarazada –le contesté después de aclararme la garganta. Esta vez lo dije claro, y fuerte para no dejarle dudas.
     –¿Qué quieres decir con eso? –me preguntó enojada.
    –Que estoy esperando a un bebé –le respondí dejando que algunas lagrimas saliera, porque pensar en la simple idea de tener un bebé me alteraba en todos los sentidos.
     –No, no lo estás –me dijo riendo–. ¿No estas algo grande para hacer bromas? Casi me la creo –me dijo y suspiró–. Uff, vaya susto –y salió del cuarto nerviosa.
     –¡No es un broma, mamá! –exclamé–. Voy a tener un bebé –le repetí.
     Ella se detuvo y me volteó a ver, me miró por unos segundos.
     –No… no entiendo. Tienes… 15 años –me dijo–. ¡Tienes 15 años! –me gritó.
     –No quería esto pasara, mamá, solo pasó –me defendí con más lagrimas
     Aunque no era una excusa, no había excusa. Fue exclusivamente mi error.
     –¡No, Alexandra, no sólo pasó! –Me gritó furiosa y comenzó a caminar por el pasillo de ida y vuelta–. ¡No sólo pasa! ¡Cómo es que lo hiciste! –me gritó y entonces se encaminó a mi habitación, ya la seguí y una vez dentro cerró la puerta con cautela para no despertar a nadie, mientras lo hacía, yo me senté al borde de la cama. Ella continuó caminando por la habitación enojada, mientras yo trataba de permanecer lo más seria posible aunque no podía evitar que algunas lagrimas salieran cada vez que pensaba en ello–. De acuerdo –me dijo y suspiró–. Vamos a tranquilizarnos, y pensaremos en ello.
     –Voy a quedarme con él –le informé–. O ella.
     –¿Qué? Alexandra… es una gran decisión –sé que ella trataría de persuadirme para no quedarme con el bebé, pero no lo lograría–. Es una gran decisión –me repitió.
     –Mamá, me voy a quedar con el bebé –me puse de pie. Si tenía que darle motivos, se los daría, motivos me sobraban para quedarme con este bebé–. No podría dejarlo. Mamá, tú no me diste en adopción. ¿Por qué tendría que hacerle algo diferente a este bebé? Me amaste desde que supiste que me estabas esperando, aunque fue un camino duro, me quisiste desde el primer momento y sabes que estoy en tu misma situación. No puedo hacerle algo diferente a este bebé –le dije–. Es mío, y aunque sé que es y será duro, no quiero permitirme otra opción –terminé.
     Ella se me quedó viendo un par de minutos y asintió. Eso no significa que esté de acuerdo, significa que aceptará mi decisión y punto final. Todavía le faltan cosas que decirme, lo sé.

Hablamos un par de horas sobre todo lo que implica tener un bebé. De nuevo, trató de persuadirme a dar en adopción al bebé, pero no es algo que me pudiera permitir. ¿Dónde estaría yo si mi mamá me hubiese dado en adopción? No puedo hacerle eso a mi bebé. También me interrogó sobre varias cosas y me dijo que haría una cita con el doctor al cual ha asistido durante sus últimos dos embarazos. Me preguntó otras cosas, yo le respondí con toda sinceridad. Pero nunca preguntó la más importante: ¿De quién es el bebé? Creo que asumió que es de Tony, así que tendría que aclararle que estaba equivocada. Esto sólo provocará que la situación sea aún más difícil.
     –Mamá, también hay otra cosa que necesitas saber –le comenté.
     –¿Otra cosa? –preguntó sorprendida–. Pues continua –me pidió.
     –El bebé... no es de Tony –le confesé.
     –¿Qué quieres decir con qué no es de Tony? –me preguntó ya un poco enojada.
     –Es de Liam –le contesté.
     –¿Liam? ¿Quién es Liam? –me preguntó enojada.
     –Es una relación complicada –le contesté.
     –¿Qué quieres decir con “complicada”? –me preguntó, aún más enojada.
     –Él es mayor que yo –le traté de explicar.
     –¿Qué tan grande? –me preguntó.
     –Tal vez… diez años más grande que…
     –¡Alexandra! –me gritó–. ¿¡Un hombre diez años más grande que tú!? –me preguntó furiosa–. ¿Cómo pudiste? –me preguntó sorprendida, pero igual de furiosa.
     –Estoy enamorada de él –me defendí.
     –¿Nunca pensaste en la mínima opción de que el se estuviera aprovechando de ti por ser mucho menor que él? ¡Lo que hiciste fue simplemente estúpido! –me gritó.
     –Mamá, él no es así. Él me quiere, estoy segura de eso –me seguí defendiendo.
     –No puedo con todo esto, Alexandra –me dijo–. Necesito hablar con tu padre –me pidió.
     –¿Podemos hacerlo mañana? –le pregunté.
     –Pero vamos, tú y yo, a hablar con él y con Liam. ¿Entendiste? Quiero que localices a Liam –me ordenó–. Infórmale de absolutamente todo, y que mañana iremos con tu padre a hablar con él.
     –Liam es el asistente de papá –le comenté, agregando la gota que derramaba el vaso.
     –¿¡Qué!? –me preguntó más enojada–. ¿Qué te pasa, Alexandra? ¡Has perdido la cabeza!
     –Mamá, estoy enamorada –insistí–. Y tú no escoges de quién enamorarte, lo admito, tal vez fue algo que no debió haber ocurrido, pero ocurrió.
     –Hasta lo que yo sé, no sabes que es amor.
     –Mamá, creo qué lo sé muy bien.

Sábado 05
11:00 A.M.

Mi mamá dijo que tenía que hablar con mi papá, nunca dijo que tenía que hablar con él en persona, así que agarré mi teléfono y marqué a casa de mi papá. Sé que estaba mal decirle por esta vía, pero tenía miedo de cómo reaccionaría en persona.
     –¿Hola? –contestó Liam.
     –Hola, Liam, soy yo, Alexandra –lo saludé sin mucho ánimo–. ¿Me comunicas con mi papá, por favor? –le pedí.
     –Ah, claro –me dijo.
     –¿Hola? –contestó mi papá.
     –Hola, soy yo, Alexandra, llamo porque tengo algo que decirte –le dije
     –¿Pasa algo malo? –preguntó, sospechando con anticipación.
     –Hay muchas cosas que necesito decirte.
     –Cariño. ¿Qué pasa? –me preguntó.
     –Papá –dije respirando hondo–. Yo… –suspiré–. Estoy embarazada.
     –¿Qué? –me preguntó poco convencido.
     –Papá, en serio lo siento… –le dije con mi voz quebrantada–. Yo no quería…
     –¡Ven ahora mismo! ¡Ahora! –me gritó y colgó el teléfono.

Después de los largos gritos, de las largas charlas, mi papá se tranquilizó. Pero seguía repitiendo las mismas palabras, la misma conversación la seguía repitiendo:
     –Yo hice todo lo posible para que no te pasara lo mismo que a tu madre, yo no quería que pasaras por todo esto. ¿Qué hice mal? –se preguntó–. ¡Tenía motivos para protegerte! –me gritó mientras me señalaba–. ¡Pero te importó una mierda! –me gritó enojado.
     –Tú no hiciste nada mal, sólo fue una mala decisión de mi parte, si eso te hace sentir mejor –le dije.
     Él sonrió irónico mientras miraba hacia el suelo.
     –Lo único que me haría sentir mejor es mandarte un internado ahora mismo –me replicó.
     Y entonces comenzó a repetir todo de nuevo, hasta que en una de esas, Liam entró a la oficina. No sé que pretendía con eso, pero si yo fuera él ya me hubiera ido del país, no me imagino lo que mi papá le haría si se enterará.
     –Señor, necesitamos hablar –le pidió Liam a mi papá.
     Intercambié gestos con él antes de que mi papá volteara.
     –Te puedes ir, Liam –le dijo mi papá–. No sé si te has dado cuenta, pero estoy ocupado justo ahora, no es un buen momento.
     –No, necesitamos hablar –insistió.
     –Si tan importante es… Alexandra, y Clarice, ¿Pueden salir un momento? –nos pidió mi papá.
     Asentimos, y caminamos hacia la puerta del estudio, antes de salir de éste, me detuve para decirle algo a Liam.
     –¿Qué estás haciendo? –le pregunté.
     –No te preocupes, necesito decirle… la verdad –me contestó.
     –¿Sabes lo que te hará? –le pregunté.
     –Sabes que al final se terminará enterando y será lo mismo, pero después.
     Hice un gesto negativo y salí de la oficina. Liam cerró la puerta casi inmediatamente.
     –¿Hay algo mal, Alex? –me preguntó uno de mis hermanos.
     –Hay algunos problemas, pero todo está bien –le respondí con una sonrisa y entonces él se encogió de hombros y se fue. Esperé unos cuantos minutos a que Liam saliera, no había gritos, así que supongo que mi papá estaba enojado, pero dando una de esas largas charlas. Entonces Liam salió de la habitación, tenía esa cara sería, algo había pasado adentro, tal vez no me diría que fue–. ¿Qué te dijo? –le pregunté preocupada.
     –Bueno, pues tengo que encontrar un trabajo si eso lo explica todo –me contestó.
     –Lo siento, en serio… –le dije.
     –No es tu culpa –entonces se acercó y me abrazo.
     –No quería que esto pasara –le dije mientras lo abrazaba más fuerte.
     –Lo sé –y me dio un beso en la coronilla–. Pero creo que me siento más cómodo si no trabajo con tu papá, así de esa manera tal vez todo será más sencillo, sólo necesito encontrar otro trabajo y estaremos bien –me dijo.
   –Nada de esto en mi casa –nos pidió mi papá al salir de la oficina–. Escuchen, por razones que no mencionaré, es una obligación para Liam mantenerse cerca y habrá reglas para ambos. Este permiso es absolutamente revocable cuando yo lo desee, así que no me den motivos –nos advirtió–. La mejor decisión no sería el prohibirte ver a Liam porque es el padre de tu bebé y si está dispuesto a hacer lo correcto, será mejor que estén juntos y en una sana relación, separarlos no serviría de nada –suspiró–. Debo estar loco si voy a permitir esta relación –murmuró.
    –Papá, lo siento por todo –me disculpé con él.
    –Si, Alexandra, yo también –me replicó.

5 comentarios:

María dijo...

muy bueno el capitulo!

luciana dijo...

me encanto el capitulo!!!
Liam se porto re bien con ella♥
y que bueno que se queden con el bebe!!!
espero el prox!!!
Besos♥!
(la historia de alexandar es la q mas me gusta)

manue. dijo...

QUE BUEN BLOG, PASATE CUANDO QUIERAS. UN BESO ♥

Tefi♥ dijo...

Aiiii me encanto_!!!Es tan tierno Liaam!!Me enamore wee jajaa!!
espero el proximo cap!!
Y me gustaria q te pases x mi blog
http://en-amor--a2.blogspot.com/
Besos!cuidate!!

Rommy (: dijo...

:O :|
Al fin se supo todo... era lo mejor decirlo ahora, porque después si que hubiera sido feo >< pero bueno...
La verdad es que los padres de Alexandra reaccionaron "bien". Era obvio que se iban a enojar pero supieron apoyarla, en algunos sentidos. Lo que más me sorprendió fue la actitud de su papá :| yo pensé que no la dejaría estar con Liam ♥ pero no! todo lo contrario! :D wiii! aunque si hubiera sido un poco más inteligente no lo hubiera despedido porque él tendrá que mantener a su hijo :O jajaa...
Cada vez que encanta más tu nove ♥

Te mando un beso lindura :)