Cap. 18

Alexandra’s POV

Lunes 20 De Diciembre

10:00 A.M.

Cuándo desperté observe a mí alrededor. Estoy en un sólo lugar y no es mi lugar: es el de Liam. Estábamos en vacaciones de invierno y mis papás creen que estoy en casa de Jade. Una excusa no tan buena ya que ha sido arruinado en una ocasión cuando pasé la noche en casa de Tony, pero no importa, ha pasado tiempo de eso y mi padres seguro lo olvidaron ya.

     –Hola –me saludó Liam cuando entró a la habitación con una sonrisa dibujada en su rostro, formada con sus perfectos labios y dejando ver sus perfectos y blancos dientes, en su perfecto cara que encajaba a la perfección con su cuerpo porque él, en si, es perfecto–. Buenos días –me dijo y se acercó a la cama. Noté que ya estaba vestido con su traje negro y corbata roja, como cuando va a trabajar con mi papá, pero él también está de vacaciones, así que estoy totalmente despistada de cuál podría ser el motivo de su elegante apariencia.

     Y yo, yo todavía estaba vistiendo nada más que mi ropa interior.

     –Hola –lo saludé, y le ordené con él dedo índice que se acercara. Él lo hizo, y lo jalé de la corbata, atrayéndolo hacía mí. Lo besé, sé que el trataría, de alguna manera, escapar de la situación, pero entonces lo empujé hacia el otro lado, y me monté en él para no dejarle escapatoria–. ¿Tienes que irte ahora? –le pregunté fingiendo lástima.

     –Tengo que salir a hacer algunas cosas, pero regreso pronto –me respondió.

     –¿Ahora? –Le pregunté–. Lo puedes dejar para más tarde… –le sugerí mientras le besaba el cuello y detrás de la oreja. Sentí algo entre mis piernas, pero él me alejó

     –Lo siento, pero en serio tengo que ir –me dijo nervioso. Suspiré y me deje caer del otro lado para dejarlo libre. Él se levantó y antes de cruzar la puerta me volteo a ver–. Lo dejamos para mañana –y me guiñó el ojo–. No me extrañes.

     –Sabes que lo haré –le dije, él sonrió y salió de la habitación.

     Me quedé pensando un momento. ¿Por qué el amor tiene que ser tan complicado? Me refiero a que, cuando estoy con Liam, pienso en Tony porque sé que esto lo lastimará en lo más profundo de su ser, conociéndolo bien, pero cuando estoy con Tony, desearía poder estar siempre con Liam. Todo es un lío y yo soy la cobarde sin las agallas suficientes para terminar con ninguno de los dos, ¿por qué? Además no puedo mencionar a Liam con absolutamente nadie, nadie nos entendería, me dirían que está mal, que no es correcto y en el mayor de los casos, me delatarían con mis papás y/o Tony, quien poco a poco está descubriendo la inmensa verdad detrás de su falsa novia.

     Me paré de la cama, y caminé hacia el vestidor de Liam. Agarré una de sus camisas, y me la puse. Me quedaba tan grande como un vestido que no llegaba más allá de mis muslos. Salí de su habitación, y caminé hacia la cocina en busca de comida.

     –Vaya, no sé nada de ti, pero eres guapa –me dijo un muchacho que estaba en la sala de estar, ni siquiera lo había notado sentado ahí. cuando salir. No supe si cubrirme para que no viera más de la cuenta o quedarme ahí parada sin hacer nada–.¿Te conozco? –me preguntó–. Espera, ¿eres la novia Liam, cierto?

     –¿Y tu eres…? –le pregunté, ignorando la otra pregunta.

     –Soy su hermano, mucho gusto –me contestó con orgullo.

     Después me barrió de pies a cabeza, y me volvió a sonreír.

     –¿Qué me ves? –Le pregunté a la defensiva.

     –Es que eres muy bonita. Tienes un cuerpo muy bonito –me dijo y pude percibir un tono morboso en su voz–. Realmente atractiva y joven.

     –¡Eres un pervertido! –le grité y entonces salí corriendo a la habitación de Liam.

     –¡No quería ofenderte, era un cumplido! –me aclaró.

     –¡Sigues siendo un pervertido! –le grité desde dentro de la habitación.

Martes 21

11:30 A.M.

Desperté con un gran pendiente el día de hoy. ¿Motivo? Hace dos días se supone que me vendría la regla, no vino. Hoy se supone que vendría también, pero no llegó tampoco. Suele pasar, he escuchado que suele pasar por diferentes razones.

     –No te precipites –me dije a mi misma–. Sólo espera otro día.

12:40 P.M.

Regresando de la farmacia, había comprado varias pruebas de embarazo caseras. Fue un momento muy incómodo, porque aunque fui lo más seria que pude, con la ropa que me hiciera lucir más grande, todavía me veía como lo que soy: una adolescente. Me puse muy nerviosa al comprarlas, no quería encontrarme a nadie por ahí, nadie indeseado que no tendría porque saber lo que pasa en mi vida.

     Corrí por las escaleras, y hacia mi cuarto, saqué la cajita de la bolsa de la farmacia, y entré al baño. No pude esperar más días.

Hice todo lo que tenía que hacer para la prueba y lo único que me quedaba hacer era esperar unos cuantos segundos o minutos. Daba vueltas en el baño, respiraba hondo, y después dejaba salir el aire. Hasta que el resultado salió en la prueba, lo único que pude hacer fue sentarme, y mirar el resultado unos minutos más. No sabia que hacer, era como si me hubiesen pegado a la taza del baño, como si no pudiese moverme, ni pensar. No estaba llorando, porque tampoco tenía la cabeza para pensar en llorar. Solo en mi mente el resultado: positivo.

4:00 P.M.

No podía ser real, me precipité. Debe haber otros motivos por el cual salió el resultado positivo, como los nervios, eso debe ser: los nervios. Escuché que pasaba, porque tiene que ser imposible que alguien esté creciendo este momento en mi, ¿cierto? No puede ser nada cierto, así que esperaré hasta mañana para hacer la prueba nuevamente.

Miércoles 22

11:00 A.M.

Estaba acostada en mi cama. Había hecho la prueba una vez más y sigo con el impacto del resultado, simplemente me resultaba difícil de creer. Salió el mismo resultado que ayer, pero entonces no pude concentrarme sólo en eso, otras cosas pasaban por mi mente, como: ¿cómo sería todo en adelante? Dentro de mí, justo ahora, está creciendo alguien, una vida, pero, ¿de quién? ¿Liam o Tony? Un sentimiento de culpabilidad por ser estúpida habita en mi, por no poder controlar los impulsos del momento después de una exhaustiva sesión de besos, por involucrarme de esta manera con un mayor de edad, por no fijarme, ni siquiera preocuparme por la protección, porque jamás pensé que esto podría pasarme a mi, porque pensé que este tipo de dramas era para chicas problemáticas, yo siempre fui buena.

     Haciendo las cuentas mentales, mi segunda vez fue dos días después de mi primera vez. ¿Por qué? Porque una vez los daños hechos, que importaba seguir rompiendo las reglas. Y justo ahora desearía no haber convencido a Liam y no haber incitado a Tony, porque ahora estoy aquí, atrapada en esta situación. Ojalá y mi mente me hubiera hecho reflexionar sobre todos los riesgos que mis acciones conllevarían, pero estaba tan fascinada con Liam, y tan culpable con Tony que ni siquiera pensé en eso, en todo lo que podía pasar. Y las probabilidades están a favor de Liam, lo cual es bueno, y es malo a la vez. En realidad, nada bueno puede resultar de esta nueva noticia.

     Sonó mi celular, interrumpiendo mis pensamientos. Tony.

     –Hola –contesté la llamada, tragándome el nudo en la garganta.

     –Hola –me saludó él, con alegría que partía mi corazón en mil pedazos–. ¿Estás bien? No suenas bien –mencionó–. ¿Alexandra, estás ahí? –me presionó.

     –Tony… –pronuncié, pero me detuve al no poder continuar con lo demás.

     –¿Si? –me preguntó al ver que no continuaba.

     –Nada, te quiero –le contesté–. Tengo que colgar. ¿De acuerdo? –no le di tiempo de decir nada más y colgué.

     Después de eso, me concentré de nuevo en pensar sobre todo. Tengo que terminarlo, pero al vez, no quiero terminarlo porque si el bebé es de Tony, entonces él no querría regresar. Y por otro lado, Liam, es mayor, no quiero tener un hijo de un hombre que me casi me dobla la edad, que es diez años mayor que yo y que siempre deja abierta la posibilidad de desaparecer de mi vida una vez que le diga la verdad.

     Y hablando de la verdad. ¿Cómo y cuándo se lo diría a mis padres? ¿Qué les diría? ¿Cómo les explicaría lo de Liam? Mi mamá había pasado por esto, pero no es lo mismo pasar por eso a que tu hija pase por eso, es muy diferente, y aunque se que de alguna manera comprenderá, no sé como reaccionaran realmente. Mi padre siempre fue muy estricto y sobre protector, y la razón era porque no quería que me pasara nada de esto, y fue justamente lo que terminó pasando. La hija desobediente.

5:00 P.M.

En casa de Liam no sabía que decir, sólo sé que lo necesitaba a mi lado en este momento, no planeaba decirle nada por ahora, pues todavía no tomo una decisión, me acabo de enterar y tengo que tomar tantas decisiones en tan poco tiempo. ¿Cuándo se lo diría a mis padres? ¿Qué les diría exactamente? ¿Cómo se los diría? Y también sobre el bebé. ¿Me quedaré con el bebé? ¿Lo daré en adopción? Y una opción que jamás tendría en cuenta sería el aborto. Porque tener un aborto no te hace ‘desembarazarte’, por así decirlo, sino te convierte en mamá de un bebé muerto, y es demasiado horrible para ser verdad. Así que no. Eso ni siquiera era una opción. Además, este bebé no tiene la culpa de los errores que hice.

     Las mismas preguntas rondaban una y otra vez, iban y venían, y la verdad es que no estoy aquí, entre los brazos de Liam, esperando el momento indicado de dejarlo ir todo.

     –¿En que estás pensando? –me preguntó Liam.

     –En nada. ¿Por qué? –le pregunté casi inmediatamente.

     –Es que parece que estás preocupada. ¿Está pasando algo? –me preguntó.

     –No, nada. Sólo no tengo nada de que hablar –le contesté.

     –Bueno, cuando me llamaste dijiste que tenías algo que decirme –me dijo.

     –¿Lo hice? –le pregunté extrañada.

     –Sí, lo hiciste –me contestó.

            –Solo quería verte –le repliqué.

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 *Hay un pequeño error en las cuentas, lo siento.