Alexandra’s POV
Viernes 26 de Abril
Es verdad que yo tengo el defecto de arruinar todo lo
que parecer ir bien, me destaco en arruinar mis propias relaciones, pero puede
variar. Mi último caso fue el de Mitchell, yo lo quería besar, fue por eso que
no pude contener mi impulso, y resultó ser, y al mismo tiempo no, como pensaba.
Después del sábado, acordamos pretender que nada había pasado y esta semana
continuamos hablando de todo menos del tema. Ahora mi papá le está dando un
sermón sobre lo que no debería pasar en el baile de graduación. Es una larga
historia, pero resumiendo, lo invité porque sentí lástima. Sentir algo que
jamás va a ser debe ser decepcionante, en mi caso, saberlo y tener que
ignorarlo porque sé que no es correcto es horrible.
–¿Sabes por
qué esto está mal? –le preguntó mi papá a Mitchell, yo me escondí al pie de las
escaleras desde el piso de arriba para que no pudieran verme, recargada en la
baranda.
–Sí –le
contestó Mitchell–. Sé que es extraño yo siendo hermano de Liam, pero le
prometo que sólo seré su cita de esta noche, nada más que amigos –le aseguró y continuó
diciendo algunas cosas, pero decidí que era momento de bajar para llegar
puntuales al baile, me coloqué mi antifaz de lentejuelas color dorado que
combinaba con mi vestido de la misma textura pero color bronce. Con mis zapatos
de tacón se me dificultó bajar las escaleras, hace años que no usaba y perdí
práctica, pero llegué sana y salva al final. Mitchell me sonrió y yo forcé una
sonrisa acompañada de un suspiro. Me arrepiento de absolutamente todo.
–Cariño, te
ves hermosa –me felicitó mi papá y entonces sacó su cámara.
–No fotos
–le pedí y miré a Mitchell incómoda, su sonrisa se desvaneció y mi papá bajó su
cámara extrañado, pero no dijo nada al respecto–. Lo siento, sólo que…
–Entiendo
–me dijo Mitchell–. No necesito fotos, mi baile fue hace seis años.
–De acuerdo
–suspiré y me encaminé a la puerta, Mitchell la abrió por mi–. Nos vemos al
rato, papá –me despedí y salí de la casa, Mitchell me siguió y caminamos hacia
su carro, nos subimos, pero él no arrancó, simplemente permanecimos callados un
momento.
–¿Por qué
tengo el sentimiento de que no quieres estar aquí? –me preguntó.
–Porque no
quiero estar aquí –le contesté–. Contigo –aclaré y lo volteé a ver.
–Bien,
entonces te dejaré en tu escuela y regresaré a casa –me dijo y encendió el
motor al mismo tiempo que colocaba sus manos en el volante, enojado.
–No lo tomes
a mal –le pedí desesperada–. Tienes que entenderme.
–Pero no
puedo –me replicó y me volteó a ver–. Estoy aquí porque tú me pediste que
viniera, de otra manera estaría descansando en mi cama, pensando en cómo
deshacerme de todos estúpidos pensamientos sobre ti –me dijo y yo me quedé
callada.
–¿Tienes los
boletos? –le pregunté y él los sacó del bolsillo interno de saco. Le sonreí y
yo saqué de mi lado su antifaz–. ¿Te lo puedo poner? –le pregunté y él me dio
media sonrisa, suficiente como aprobación, me acomodé en un costado, me acerqué
a él y pasé mis brazos por encima de sus hombros para poder hacer el nudo,
cuando me aseguré de que estuviera ajustado, me alejé un poco y le acomodé el
cabello, le acaricié la mejilla, y así, en la oscuridad absoluta de la calle y
su carro, lo besé una vez más. Rocé mis labios con sus labios y un molesto
ruido surgió de nuestros antifaces chocando, fue un momento breve, hasta que
nos detuvimos y descansé mi frente en la suya–. Todo es tu culpa –le dije.
Sentí sus
labios moverse en los míos para formar una sonrisa.
–¿Cómo puede
ser mi esto mi culpa? –me preguntó.
–Porque no
quiero admitir que soy yo la que está haciendo todos los movimientos –le contesté
y los dos reímos–. ¿Nos vamos? –le pregunté y él se alejó lentamente de mi, yo
me volví a acomodar en mi asiento y él por fin arrancó el automóvil.
Mitchell
uno, Alexandra cero. ¿Cómo se supone que lo convenza de que todo siga igual si
yo no le permito que todo continúe como antes era? Suspiré. A partir de este
momento, la cuenta se reajusta. Para evitar silencios incómodos, subí el
volumen del radio y al llegar al colegio, Mitchell hizo que me bajara antes
para que él pudiera buscar un lugar donde estacionar. Así que me quedé de pie
en la entrada del colegio, esperando. Después de unos minutos, vi a Mitchell
caminar con calma hacia dónde yo estaba.
–Lamento la
tardanza –me dijo nervioso–. ¿Entramos?
Yo asentí y
nos acercamos a la puerta principal, entregué los boletos y pasamos sin ninguna
interrupción. Lo guié hasta el gimnasio y una vez dentro, nos volvimos
inseparables hasta encontrar una mesa vacía. Todos, repito, todos iban vestidos
casi de la misma manera, los antifaces complicaban la identificación de todas
las personas. Meghan propuso esta temática y la aceptaron, si hubiera sido mi
decisión la hubiera rechazado. Al principio quise quitarme mi antifaz, pero
¿dónde quedaría el espíritu?
–¿Bailamos?
–me preguntó Mitchell y yo vacilé–. Está bien, entonces hay que sentarnos toda
la fiesta en la mesa que está por allá –me dijo molesto y caminó hacia esa
dirección, yo lo seguí sin decir nada y me senté en la silla junto a él.
–¿Puedes
traerme un poco de ponche? –le pregunté.
–Seguro,
porque es lo único que puedo hacer –me contestó y se fue. Yo me quedé allí
observando a los demás bailar y arrepintiéndome de siquiera estar aquí. No pasó
mucho tiempo hasta que sentí las manos de Mitchell en mis hombros–. ¿Bailamos
antes de que me vaya? –me preguntó y yo me quedé considerando la idea unos
segundos.
–Sólo una
canción –le advertí y me puse de pie, todavía dándole la espalda–. Y después me
regresas a mi casa –le pedí, pero él no me contestó, sólo me jaló de la mano
hacia la pista de baile, yo caminé mientras miraba al piso para evitar
tropezarme y cuando se detuvo, se volteó hacia mí y colocó sus manos en mi
cintura, levanté la mirada para poder verlo y acomodar mis brazos sobre sus
hombros, pero noté algo diferente, su cabello estaba peinado diferente, al
forzar mi vista, me di cuenta de que incluso había cambiado de tono a algo más
claro. Sólo había una explicación–. ¿Liam? –pregunté sorprendida y él asintió.
–Sé que
prometí que estaría en tu graduación y si no puedo llegar ese día, entonces
esto es una clase de compensación por mis errores –me respondió y yo permanecí
callada, bailando con él–. Tu primer baile lo hice en mi casa, tu segundo baile
viniste sola y hoy estoy aquí para hacer algo que no tendré oportunidad de
hacer después –me dijo y con su mano en mis espalda me empujó hacia él, no
me quedó otra opción que recargar mi cabeza en su pecho, como extra, comencé a
acariciar su cuello con mis manos y detrás de su oreja.
–¿Dónde
dejaste a Hailie? –le pregunté preocupada.
–No sé donde
rayos esté Mitchell, así que la dejé con mis papás –me respondió y yo me separé
de él un poco para poder verlo–. ¿Qué? –me preguntó preocupado.
–Esto no
está bien, deberías estar con Kendra esta noche –le dije–. Planeando tu
boda, la cena de ensayo, tus votos, hay
tantas cosas que tienes que hacer para que estés perdiendo tu tiempo conmigo,
¿por qué estás aquí? –le pregunté.
–Pensé que
es lo que querías –me contestó–. Te lo debo, pero si te hace sentir tan
incómoda, sólo bailamos esta y la siguiente y me voy.
–Es lo que
quiero –admití y lo solté–. Pero tengo una cita hoy y asuntos que terminar –le
dije y comencé a buscar alrededor por Mitchell.
–¿Quién vino
contigo? –me preguntó Liam y se quitó el antifaz. A lo lejos pude ver a
Mitchell observándonos, dejó el vaso de ponche que le había pedido en la mesa,
se arrebató el antifaz de su cara y caminó enojado hacia la puerta, Liam volteó
en esa dirección sólo para verlo salir sin saber quién era–. ¿Esa era tu cita?
–preguntó.
–No es sólo
mi cita, es Mitchell –le contesté y salí caminando rápidamente hacia la salida,
en el transcurso me quité mis tacones para poder alcanzarlo más de prisa,
aunque cuando salí a los pasillos del colegio, él se encontraba deambulando de
un lado a otro hasta que decidió sentarse en la banca y no me fue necesario
correr. Caminé hacia donde él estaba y me paré frente a él–. Mitchell, lo
siento –le dije y él levantó la mirada para verme.
–¿Por qué?
–me preguntó–. No hiciste nada malo, ni siquiera sé porque estoy molesto.
–Alexandra,
¿qué está pasando? –me preguntó Liam una vez que llegó.
–Yo te diré
lo que está pasando –le contestó Mitchell volteándolo a ver –. ¿Pero prometes
que no te enojarás? Pienso que tal vez estoy enamorado de Alexandra.
–¿Qué?
–preguntó Liam a la defensiva y se paró a mi lado.
–Mitchell,
no estás enamorado de mí, no hagas esto –le pedí–. Y Liam, tranquilo.
–Sí, Liam,
tranquilízate, te vas a casar en un mes, tienes una chica de la cual
preocuparte esperándote en casa –le dijo Mitchell–. Además, ¿qué tiene si en
realidad me siento de esta manera? Tengo presente que jamás va a suceder algo,
no realmente; no tenemos un futuro, tómalo como un amor platónico de mi parte o
un amor frustrado entre Alex y yo, se nos pasará –le dijo y me volteó a ver–.
Porque eso es lo que vamos a hacer, olvidarlo.
–¿Ambos?
–preguntó Liam confundido y me volteó a ver–. ¿Tú también sientes algo por él?
–me preguntó y yo dudé un poco antes de contestar.
–Tal vez
–contesté sin dejar de mirar a Mitchell–. Pero él tiene razón, puedes
permanecer tranquilo, jamás va a suceder nada con él ni con nadie, no pronto –y
volteé a ver a Liam–. Pero déjame preguntar, ¿qué es lo que realmente te
molestó? ¿El hecho de que Mitchell y yo estuviéramos involucrados de otra
manera de la que esperabas o el hecho de que yo estuviera involucrada con
alguien más que no fueras tú? –le pregunté.
Él se quedó
callado, miró a Mitchell y después a mi.
–¿Sabes que,
Alexandra? –me preguntó harto–. Estoy cansando de esta clase de preguntas,
siempre lo mismo –se quejó y se adelantó unos pasos hacia el pasillo que guía a
la salida del colegio–. ¡Siempre preguntándome que es lo que siento sobre ti!
–me gritó.
–¡Y tú
siempre huyendo y evitando la respuesta! –le grité mientras lo perseguía, él se
detuvo para esperarme–. Siempre dices lo mismo, siempre dices que no hay nada
entre nosotros dos más que el lazo que nos une a Hailie. ¿Por qué no puedes
decir lo que realmente rompería mi corazón pero me detendría de perseguir un
sentimiento frustrado, un sentimiento roto que, sin embargo, todavía puede ser
reparado si le dan la oportunidad?
–Porque no
sé qué palabras sean –me contestó–. ¡Pero por favor, dime, serían un gran
alivio! –exclamó y se acercó a mi–. ¡Dime, para poder yo decirte y acabar con
esto!
–Di que ya
no me quieres y si es el caso, di que ya no me amas –le pedí–. Dilo porque yo
también necesito oírlo, para poder así seguir con mi vida sin necesitar de ti.
Él miró al
suelo, se aclaró la garganta y después me volteó a ver.
–Parece que
necesitas demasiadas cosas, necesitas saber el por qué de todo y si mal no
recuerdo, ya te había dicho una vez, volviendo al tiempo cuando todavía
estábamos juntos, que yo no tengo la respuesta de todas tus preguntas o
necesidades –me respondió.
–¿Ves? –le
pregunté–. Todavía no puedes decirlo –lo acusé y lo miré alrededor de un
minuto, él no desvió la mirada porque sabía que si lo hacía sería un indicio de
debilidad–. Pero al igual que tú, yo también estoy harta de estos juegos, así
que supongo que tendré que seguir con mi vida preguntándome todas esas cosas
las cuales tú sabes y no quieres decirme –le dije y pasé de largo a su lado
para dar vuelta en el pasillo, me detuve ahí y me recargué en uno de los
casilleros, me dejé resbalar hasta que toqué el suelo, abracé mis rodillas
contra mi pecho, dejé mis tacones a un lado y comencé a llorar sola en la
oscuridad una vez más.
–¡Mitchell!
–lo llamó Liam y escuché pisadas acercándose–. ¿En qué estabas pensando?
–No estaba
pensando –le contestó Mitchell–. Aun así no me arrepiento de lo que pasó.
–No, pero lo
harás –le advirtió Liam–. Un consejo, de hermano a hermano, renuncia antes de
que las cosas se compliquen o la situación se ponga incluso más tensa, además,
ahora que todos sabemos el verdadero motivo de tu estancia y las horas extras
en el trabajo, éstas serán inútiles, Alexandra ha cometido suficientes errores
para saber que tú eres uno más.
No pude ver,
pero pude sentir como Liam lo estaba juzgando con la mirada, probablemente
señalándolo para mostrar su superioridad como su hermano mayor y no estaba
bien, pero no tengo el valor para intervenir porque no tengo argumento para
combatirlo. Así que los dejé seguir, escuché a Liam alejarse y Mitchell detrás
de él, entonces me puse de pie y lo seguí hasta el estacionamiento, pero en vez
de encontrar a Mitchell, encontré a Liam.
–Iba a
volver a buscarte –me dijo y yo seguí caminando, descalza, a pesar del frío.
–¿Crees que
iba a poder quedarme después de esto? –le pregunté con un nudo en la garganta–.
¿Con mi maquillaje arruinado? Esta noche terminó mal, como esperé.
–¿Por qué
esperabas que esta noche fuera un desastre? –me preguntó–. Debió haber salido
todo bien, fui yo quien vino a arruinar todo para ti, desde el principio.
–¿Desde el
principio de qué? –le pregunté y me limpié una lágrima.
–De nosotros
–me respondió–. Desde que supe que algo estaba pasando entre los dos debí
haberme ido, haber renunciado, debí dejarte sola, debí haber seguido el consejo
que le di a Mitchell, antes de que todo se complicara –me dijo–. Ahora estarías
feliz, siendo sólo otra adolescente sin preocupaciones tan grandes como yo,
como una hija.
–Hemos
hablado de esto demasiadas veces, no es justo que cargues con esa culpa –le
dije–. Como le dijiste a Mitchell, he hecho demasiados errores en mi vida para
darme cuenta que él es otro más, pero esos errores no son tú o Hailie, porque
los amo, te amo y seré joven, sí, fuiste mi primer amor, y tal vez no el más
adecuado o el más perfecto, pero estoy segura que jamás amaré a alguien tanto
como te amo a ti y este sentimiento que permanece en mi cada vez que te veo me
hace darme cuenta de que no fuiste un error, sólo algo que se terminó. Y no
todo lo que termina y no perdura para siempre es un error.
–No lo es
–reiteró en voz baja.
–Y la única
razón por la que acepté a Mitchell en primer lugar sabiendo que sería un error
que después no podría reparar, fue porque necesito a alguien desesperadamente
–continué con un nudo en la garganta–. Necesito a alguien para abrazar, a
alguien para pasar mis tardes de los fines de semana, alguien con quien pueda
platicar de todo abiertamente, alguien a quien pueda confiar –hice una pausa–.
Alguien a quien besar, acariciar, acurrucarme –proseguí lentamente–. Y si
te preguntas, Mitchell no estuvo ni siquiera cerca de ser esa persona, pero cada
vez que estoy con él me hace sentir en confianza, tanto que una parte de mi se
preguntó si él podía llegar a ser lo que yo quería, pero no lo es –suspiré–. Y
lo más arduo de esto es verte y recordar que lo más difícil no fue alejarme de
ti, fue ver lo rápido que encontrarse una persona para reemplazar todo lo que
tuvimos.
–No –me dijo–. Tal vez encontré a alguien con
quien compartir todo lo que compartí contigo, pero no significa que te
reemplacé porque no podría mirarte y saber que estoy tratando de revivir
nuestra relación con otra persona, cada relación es diferente y no puedes vivir
tratando de imitar una relación anterior, tienes que dejar que las cosas tomen
su lugar y no intervenir para tratar de cambiar las cosas; si las cosas
funcionan, entonces perduran y si no funcionan, entonces terminan. Es así de
simple y tú todavía eres joven, así que espero de todo corazón que encuentres a
esa persona que tanto anhelas, pero no te apresures como yo lo hice, no siempre
es bueno el resultado que encuentras a mitad del camino.
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Wow. Capítulo 80!!!!! Ochenta!! oh my gawd. Son muchos, mhm....
Bueno, más de Liam y Alexandra y Mitchell, espero que les haya gustado el cap y comenten si pueden! :) Por favor, por favor! :) <3<3
Ale, que bueno que te haya gustado el cap :) Y la verdad si me da a pensar eso de Liam y Alexandra, pero pues de Mitchell y Alexandra ni te preocupes! Y la imagen es de la serie 90210 si no me equivoco :p Comenta de nuevo cuando puedas! :)
4 comentarios:
Vaya! No me pasaba x aki desd ehacia tiempo! Me alegro dk esté tan avanzada la historia, espero ponerm al día, m he perdido mucho!
Nos leemos, Mar!
Holaaaaaaaa Mar,otra vez.Bueno mil disculpas por tardar tanto en comentar,es que rindo este viernes matematica porque me la lleve y estoy estudiando.Quiero aprobar,deseame suerte.
Leí todos los capitulos con los que me quede atrasada y por suerte no eran muchos.Paso a comentar...
Muero de lastima con lo del papa de Regan,va a morir.Es terrible.Lo unico que espero es que pueda manejar Regan esta situacion y su futuro.
Un pequeño detalle que note,no sé,digo..Meghan parece mas madura,me dio la sensacion.Me gusto esa Meghan,vamos bien.
Bueno,y lo de Alex y Mitchell,TENES MI SI PARA ESA PAREJA,ME ENCANTA,O ME ENCANTARIA QUE ESTEN JUNTOS.Primero que Mitchell es hermoso,segundo que me gusta la quimica que tienen,y no se,si se da,se da.A mi personalmente,me gustaria.
Lastima Liam,el tema es que,Liam se caso,no lo creo todavia.Es un maldito,se caso y con otra...tal vez,tambien sea por eso que quiero que este con Alex con Mitchell,seria venganza? no sé,jajaja.
Quiero algo de Hunter y de Jade,quiero saber como van sus vidas.Espero que Hunter este bien.Y que Jade vaya bien con Marco.
Y es verdad,ya llevas dos años y algo no? no lo puedo creer,te estoy leyendo hace menos de dos años yo,pero siempre te seguí.Sos una genia Mar.
Espero con ansias el proximo capitulo,que andes genial.Por cierto,tenes twitter?.
Éxitos♥
Sientoo Un Nudo En Laa Garganta............ Porquee Prke TIenes Qee Tocar Estos Temas XD..... Pero Me Facina!!! Y SOLO ESPERO KE ALEXANDRA LOGRE SEGUIR CON SU VIDA Y SEA LO KE SEA KE LO SUPERE ;)
No me gustó como Alexandra se expresó de Mitchell, fue demasiado asdbfjbsakdj no sé... Mitchell haciendolo por ella y ella por lástima-.-'' Con esta actitud de Liam ya veo lejos la reconciliación :c
MITCHELL NECESITA AMOR.
(Si, la de Tony acabó y esta es una nueva campaña para los menos afortunados (?) )
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