Seguidores

5/08/2011

Cap. 10



Regan’s POV
Lunes 15 de Noviembre
8:10 A.M.

Estaba guardando los libros en mi casillero pensando en lo que había pasado con Jade el sábado. No tenía muchas razones por las cuales enojarse, porque si le había dejado una cosa clara, era que no éramos más que amigos con unos cuantos beneficios, pero también tenía que buscarla forma de demostrarle que ella no es sólo una más y que ha durado más tiempo cautivando mi atención que cualquier chica en este planeta, excepto por Megan Fox.
     Entonces creo que el siguiente paso era tan fácil como respirar, ¿por qué no darlo? Si es verdad que la quiero como jamás, en mi corta y maravillosa vida llena de conquistas, he querido a alguien más, excepto por Megan Fox. ¿Por qué no dar el siguiente paso? A Megan seguro que se le rompe el corazón, pero es necesario. Aunque todavía tengo un problema: tengo miedo de arruinar todo como siempre lo hago.
     Jade capturó mi atención al llamar por el pasillo, me volteó a ver, me barrió con la mirada en cuestión de segundos y continuó su camino.
     –Jade, no puedes hacer esto –me quejé, llamando su atención.
     Entonces ella se detuvo y retrocedió hasta donde yo estaba.
     –¿Hacer qué? –me preguntó confundida.
     –Ignorarme –le contesté.
     Ella sonrió.
     –Regan, sólo hago lo que tú haces –me replicó.
     –¿Qué? –le pregunté–. No te ignoro –me defendí.
     –¡Mira, ahí va Hunter! –exclamó con singular alegría.
     –¿Qué pasa? –preguntó Hunter.
     –¿Qué debería hacer con Hunter? ¿Acompañarlo a su practica de fútbol? ¿Acompañarlo a su casillero? Actuar cómo si fuéramos algo más que amigos aunque realmente no sienta nada por él porque soy una aprovechada que no le importa lo que los demás piensen –me dijo, cada vez alzando un poco más la voz.
     Lo único que pude hacer, fue sonreír.
     –¿Eso es lo que te parece que hago? –le pregunté algo divertido.
     –Eso es lo que haces –me contestó–. Y muchas cosas más.
     –Si, eso es lo que hiciste conmigo el año pasado, por eso a nadie le sorprende que no tengas una novia formal –me dijo una chica pasando–. Sólo nos usas. ¿No es así? Una tras otra, cómo si fuéramos algo que pudieras tener bajo tu control. Y después encuentras a alguien mejor, llevas sus libros, y haces lo que se te plazca con ella, y entonces vuelves a encontrar a alguien  aun mejor, y siempre es así –me explicó con resentimiento.
     –¿En serio? –pregunté escéptico.
     Nunca lo había visto de esa manera.

3:10 P.M.

A la salida caminé hasta el casillero de Jade, que por cierto, estaba con chicos, y chicos, y más chicos. Me abrí paso entre ellos hasta llegar a Jade, quien parecía estar disfrutando de la atención y escena que estaba a punto de hacer.
     –¿A que se debe tanto alboroto? –le pregunté a Jade.
     –Colgué una hoja en varios corchos –me contestó.
     –¿De qué? –le pregunté.
     –Un beso gratis –me contestó–. Hacer caridad no es lo mío, pero de vez no hay problema. Decidí adelantarme a la feria del colegio e hice esto yo misma –me explicó orgullosa.
     –¿Un qué? –le pregunté confundido–. No puedes hacer eso –la regañé.
     –¿Por qué no? No debería afectarte –me dijo–. Sólo necesito atención.
   –Yo diría que esto es mucha atención –me quejé y miré a los chicos a mi alrededor con desprecio.
     –Si, pero no es tú atención y estos chicos, si tienen atención por mi.
     –Ellos son chicos que no han dado su primer beso y están desesperados.
     –¿Qué no son como tú? –me interrumpió–. No lo sé, ese es el problema.
     –¿Entonces va a ser de esa manera? Entonces yo estoy aquí porque quiero darte mi atención, y además quiero mi beso –le dije, acercándome a ella.
     Ella me sonrió y también se acercó a mi, cerré los ojos para recibir mi beso, pero en lugar de sentirlo en los labios, lo sentí en la mejilla, así que rápidamente coloqué mi mano en su quijada y la atraje hacia mi, juntando nuestros labios, pero ella reaccionó rápido y se alejó de mi. Se limpió los labios con su mano.
     –No siempre puedes salir ganando, Regan –me dijo enfadada.
     Entonces se abrió paso entre todos los chicos y salió corriendo de ahí.
     –¿Acaso hice algo malo? –pregunté.
     –Eh, gracias hombre, ahora no tendré mi beso gratis –se quejó uno.
     –Vamos, no te iba a besar de todas maneras, los estaba usando. ¡Quiere que me den celos! –exclamé–. ¿No se dan cuenta?
     –Y creo que ha funcionado –dijo otro.
     –Da igual, yo me largó –dijo otro más.
     Ese chico, que no conozco, tenía razón. Tenía celos de que ella fuera a besar a otro chico, que además nunca había visto. Había sentido por un segundo celos hacia una persona que no conozco. Sólo por ella. Vamos, los celos no son lo mío. La gente siente celos de mi, pero yo por otras personas, jamás… hasta el día de hoy.

4:30 P.M.

Después de la práctica de fútbol, terminé exhausto, como siempre.
     Soy el mariscal de campo, soy importante en este equipo al igual que soy importante en todo lo que hago, siento que las cosas no funcionarían si yo no estuviera ahí para guiarlos, en serio, pero he estado pensando en dejar el equipo, porque ya no lo siento como antes, no lo disfruto como lo antes, además, también me distrae de mis calificaciones, siempre entrenando, después llegar a casa a hacer los deberes, la tarea; que aún así tengo que mantener mis calificaciones altas si quiero estar en el equipo. Estoy harto de todo eso.
     Pero si esto se requiere para merecer el orgullo de mis padres, lo seguiré haciendo.
     Caminé hasta el lugar donde las animadoras tienen sus entrenamientos, a unos cuantos metros de mi lugar de práctica. Practican al mismo tiempo que nosotros entrenamos, me gustaba, porque de esa manera las podía ver durante el descanso, pero debería enfocarme en sólo una chica en especial: Jade, la capitana, igual que el año anterior, y yo no me sorprende el porque sea ella. Tiene esa brillante sonrisa, una voz que derrite y el tan sólo oírla gritar el nombre del colegio, ánima, hace su trabajo muy bien. Pero a pesar de eso, es difícil no fijarse en las otras chicas con minifalda, las de arriba, las de abajo, las de el centro y las que hacen las piruetas, las que sólo agitan los pompones, etcétera.
     –¿Difícil concentrarse en Jade? –me preguntó Hunter mientras se paraba a mi lado para observar a las animadoras.
     –Realmente no lo es –le contesté.
     –Entonces díselo –me dijo–. Porque, amigo, la estás perdiendo.
     –¿Algo ocurrió ahí? –pregunté, al notar que todas las animadoras se juntaron en un circulo, tratando de asomarse al centro.
     Hunter y yo corrimos hacia allá para ver si realmente algo había ocurrido.

6:30 P.M.

Al parecer la práctica de hoy no había terminado como Jade esperaba. Cayó y se fracturo el tobillo, ¿buena suerte, eh? En el hospital hicieron todo lo que tenían que hacer, varias horas ahí y terminabas harto del ruido, de las personas entrando por la sala de emergencias y las que salían. Los doctores corriendo por ahí y regresando unos minutos después, las enfermeras y la gente preocupada.
     Le hablaron a sus padres, y ellos venían en camino, pero me ofrecí a llevarla mientras sus padres arreglaban algunas cosas.
     –¿Y cuanto tiempo tardará en sanar? –le pregunté, examinando su yeso.
     –Un mes y medio –me respondió.
     –¿Quieres que te lleve a casa? –le ofrecí.
     –No, gracias, mis papás están aquí –me respondió.
     –¿Estás segura? Porque quiero llevarte a casa –le insistí.
     –Sólo quieres quedar bien conmigo –me acusó
     –Quiero llevarte a casa para quedar bien contigo porque me importa lo que pienses de mi –corregí.
     Ella sonrío.
     –De acuerdo, entonces llévame a casa –accedió.

6:45 P.M.

Cuando llegamos a su casa, ayudé a Jade como sólo a mí se me hubiera ocurrido. En realidad si quería quedar bien, pero más que eso, era porque quería hacerlo, por ella, quería ayudarla. Estoy seguro que no muchos harían eso, pero yo sí. La cargué hasta el segundo piso de su casa y la llevé hasta su habitación. Nunca me habían conocido por ser un romántico empedernido, pero lo soy muy muy dentro de mi. Sólo ciertas personas podrían hacerme sacar este lado de mi, Jade dio justo en el centro.
     –No tenías que hacer eso, con ésta cosa que me pusieron en el pie puedo caminar perfectamente –me dijo.
     –Quería hacer eso –le expliqué.
     –¿Por qué? –me preguntó–. ¿Por qué estás haciendo esto?
     –¿Hacer qué exactamente? –le pregunté.
     –No estoy segura, nunca pensé que te quedarías conmigo en el hospital, y ahora, mucho menos llevarme todo el camino de las escaleras hasta acá, y nunca me habías mirado de la manera en la que me estas mirando ahora –me respondió–. Nunca me habías hablado en la manera en que me estás hablando, jamás te habías preocupado por mi.
     –¿De qué manera te estoy mirando? –le pregunté interesado.
     Entonces ella desvío la mirada.
     –Como si en realidad me quisieras –me respondió.
     –Pero te quiero –me apresuré a decirle.
     –Pero fue diferente, fue casi cómo si…–
     –Estuviera enamorado –terminé su oración.
     –Claro que aprendí que contigo eso es imposible –me dijo.
     –No lo es –le dije.
     –¿Qué quieres decir? –me preguntó.
     –Ya veremos –le contesté–. Primero quiero cambiar, quiero ser bueno –le respondí.
     –¿Bueno? –preguntó poco convencida–. Regan, tu no eres bueno.
     Yo sonreí.
     –Auch, eso duele –le dije fingiendo estar ofendido.
     –Lo siento –se disculpó.
     –Estás en lo correcto –le di la razón–. Pero puedo tratar, para ti, por ti. Seré tu hombre perfecto.
     –¿No lo ves? –me preguntó–. Yo no quiero un hombre perfecto.
     –¿No? ¿Por qué no? –le pregunté confundido–. Todas quieren uno.
     –No busco a alguien perfecto, sólo a alguien que me quiera y se preocupe por mi, no importan los defectos, todos tenemos y todos cometemos errores. Quiero a alguien a que no le importen otras chicas, y esté ahí para mí, cuando lo necesite. Y tengo entendido que es un sacrificio que no puedes hacer, y va más allá de lo que puedas manejar, simplemente es como eres y sé que no lo puedes evitar –concluyó.
     –Si puedo –le dije–. Lo haré.
     –Demuéstralo –me pidió.
     –Bien, lo demostraré –accedí–. Jade –hice una pausa–. ¿Quieres ser mi novia? –le pregunté nervioso y con pena.
     –¿Sabes lo que eso implica? –me preguntó–. No más chicas –contestó con seriedad.
     –Lo sé –le contesté.
     –¿Prometes estar ahí cuando te necesite? –me preguntó.
     –Lo prometo –le dije.
     Eso no es difícil de cumplir.

3 comentarios:

Forever young dijo...

Me encanta el diseño de la web. Y la historia parece interesante, hoy es tarde mañana me paso y me la leo entera .Me gusta que haya historias que sean realistas ,solo con eso me leeré tu historia encantada.

Gracias!
Me encanta Kaya Scodelario!

Anónimo dijo...

que celosito es ese Regan...jeje ¡besos gratis... corre bamos por uno!! jej

A.S. dijo...

GENIAL!!!!!!!!!!!!!!!!!
ME ENCANTO
ME FASCINO
ME TODO!!!!!!!

Perdon por no haber comentado antes, no estaba en mi casa y acabo de terminar :D
Jajaja besos gratias...mmm... ya lo has intentado? xD
Jaja sigue escribiendo que me enamore de esta novela *-*
Yo hice una sobre una chica que conozco muy pero muy bien, apenas voy en el capitulo 1...

http://chica-ordinaria.blogspot.com
pasate si quieres...

AWC 'NIGHT♥